Contra la siniestralidad laboral
Mientras el número de accidentes de trabajo con baja se estanca, con un leve aumento del 0,3%, el incremento de accidentes de trabajo mortales se acelera hasta alcanzar las 741 muertes en el trabajo, lo que supone un aumento del 11,6% en los primeros 11 meses del año.
El avance de estadísticas de accidentes de trabajo del periodo enero-noviembre de 2024, publicado hoy en la web del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, muestra un cierto estancamiento del número de accidentes con baja. Hasta el mes de noviembre se han producido 583.338 accidentes de trabajo con baja, un 0,3% más que en el mismo periodo de 2023. En jornada de trabajo se aprecia un levísimo descenso del -0,1% mientras que los accidentes in itinere se incrementan un 3,2%. Los accidentes con baja crecen un 0,6% para las personas asalariadas, experimentando un sensible descenso del -4,6% para las autónomas. Pero si prestamos atención al índice de incidencia de los accidentes con baja en jornada, que refleja la siniestralidad relativa expresada en número de accidentes por cada 100.000 personas ocupadas, muestra un descenso del -2,6%.
Sin embargo, donde se registra una situación mucho más preocupante es en la siniestralidad mortal. Hasta noviembre se han registrado 741 muertes en el trabajo, un 11,6% más que el año pasado. Los fallecimientos en jornada de trabajo crecen un 12%, por un 10,1% en el caso de los in itinere. Al igual que en los accidentes con baja, las muertes de las personas autónomas retroceden un -11,4%, frente al fuerte incremento del 14,3% de las asalariadas. Como venimos señalando en los anteriores avances de estadísticas, se aprecia que las causas de accidentes mortales que experimentan un incremento más acusado son las relacionadas con los riesgos de seguridad clásicos y fácilmente prevenibles, como los atrapamientos, aplastamientos y amputaciones con un 13,4%, los ahogamientos en un líquido con un 40% o los golpes con objetos que con un 114,3%, que duplican las cifras del año pasado. En el caso de la siniestralidad mortal en jornada, el índice de incidencia aumenta un 9,3%, destacando la industria con un 17,6%, seguida por los servicios con un 15,1% y por la construcción con un 4,8%. El único de los cuatro grandes sectores de actividad en el que desciende la incidencia de accidentes mortales es el agrario con un -12,9%.
“El crecimiento de las cifras de la siniestralidad laboral mortal en España es intolerable y debería de suponer un cambio estructural de las políticas de prevención por parte de las empresas y las administraciones de nuestro país”, señala Mariano Sanz Lubeiro, secretario de salud laboral y sostenibilidad medioambiental de CCOO. “Mes tras mes nos vemos obligados a recordar el deterioro de la prevención en las empresas españolas y a insistir en las mismas causas que están detrás de estos accidentes: el papel de la subcontratación en las actividades productivas, la falta de coordinación de actividades empresariales en materia de salud y seguridad en el trabajo o la externalización de la prevención que configura un modelo de gestión preventiva basado únicamente en la cumplimentación de trámites administrativos y no en evaluaciones de riesgos rigurosas y en la adopción de medidas preventivas eficaces.”
“Esta realidad es plenamente conocida por el Gobierno del Estado y por las autoridades laborales de las Comunidades Autónomas y está recogida en documentos con la vigente Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo. El momento actual lo que exige es de una actuación decidida por parte de los responsables públicos para reforzar el control de las condiciones de trabajo en el interior de las empresas, para garantizar el cumplimiento de la legislación preventiva en las mismas y para derivar las correspondientes responsabilidades administrativas y legales tanto en aquellos casos en los que se producen daños contra la salud y la vida de las personas trabajadoras, como en los que se pone en riesgo a las plantillas en las empresas”, ha añadido Mariano Sanz.