Gran Hermano vivió una nueva noche de eliminación que dejó grandes interrogantes dentro y fuera de la casa. La gala del lunes 24 de marzo, retrasada un día por el feriado nacional, marcó la despedida de Luciana Martínez, quien perdió en un mano a mano con Chiara Mancuso. Sin embargo, su salida pone el foco en lo que vendrá para Santiago «Tato» Algorta y El Tridente, el grupo que ella conformaba junto a Luz Tito.
La semana estuvo marcada por tensiones y estrategias que dejaron a toda la casa expectante. La líder de la semana, Juliana «Furia» Scaglione, jugó con determinación al salvar a Bati Larrivey y subir a Tato Algorta a la placa, dejando a todo El Tridente en riesgo. Su movimiento, sumado a la fulminante que aplicó contra Chiara Mancuso, generó un ambiente de incertidumbre y una fuerte división entre los participantes.

El proceso de salvación fue determinante para el resultado final. Selva Pérez fue la primera en salir de peligro con apenas el 0,3% de los votos en contra, seguida por Tato Algorta con un 1,1%, demostrando una vez más su favoritismo entre el público.Claudio «Papucho» Di Lorenzo, Eugenia Ruiz y Luz Tito también aseguraron su continuidad antes de que el enfrentamiento final quedara entre Luciana y Chiara.
El momento de la verdad llegó cuando Santiago del Moro anunció que con el 51,2% de los votos, Luciana debía abandonar la casa. Su salida dejó un gran impacto en sus aliados, especialmente en Tato y Luz, quienes ahora deberán redefinir su estrategia sin una de sus piezas clave.
El rol de Furia
Otro de los focos de la noche fue Furia Scaglione, quien sigue generando controversia. Su regreso a la casa en esta nueva edición despertó especulaciones y teorías entre los seguidores del programa sobre una manipulación para que gane en esta edición. Muchos cuestionaron la transparencia de la decisión de la producción y se preguntan si su retorno podría estar favoreciendo su juego dentro de la competencia.

Con su liderazgo, Furia logró influir directamente en la configuración de la placa, empujando a Chiara a una nominación fulminante y dejando en jaque a El Tridente. Su estilo de juego frontal y sus estrategias calculadas siguen dividiendo opiniones, mientras su figura se consolida como una de las más polémicas de la edición.
El desenlace de esta eliminación no solo marcó la despedida de Luciana, sino que también reconfiguró el tablero de juego. Con Tato y Luz obligados a adaptarse y Furia en el centro de la controversia, las próximas semanas prometen más tensiones y giros inesperados en Gran Hermano.