Los españoles demandan programas de formación flexible, en modalidad en línea y de corta duración, ya que el 46 % busca mejorar sus habilidades para hacer mejor su trabajo. Esta es una de las principales conclusiones de la Encuesta de necesidades de formación continua que la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha realizado a 1.787 personas de entre 25 y 65 años para conocer sus necesidades formativas y su percepción de la oferta disponible en la actualidad.
De la encuesta se desprende que, aunque los grados y másteres se han considerado tradicionalmente como la vía preferente a la hora de formarse, ahora los españoles optan mayoritariamente por los ciclos formativos para alcanzar sus objetivos de desarrollo profesional. De hecho, esta opción es la más mencionada por el 59,43 % de los encuestados, frente al 55,68 % que ha elegido los grados o las licenciaturas.
En este sentido, cabe destacar que las microcredenciales —una fórmula educativa que se abre paso en el ecosistema universitario español por la flexibilidad que ofrece para actualizar y adaptar los contenidos a la realidad social y profesional— superan por unas décimas a los másteres y los programas de postgrado (el 48,85 % frente al 48,13 %, respectivamente). Los MOOC (massive online open courses, cursos en línea masivos de acceso gratuito), son la opción formativa para el 43,76 % de los encuestados, lo que refleja una tendencia creciente en lo que respecta a programas más breves, pero hiperespecializados, y en línea.
«Los cambios cada vez más rápidos en el mercado laboral y los ritmos acelerados de la sociedad actual empujan a los trabajadores a buscar alternativas de formación continua cortas para adaptarse a las nuevas demandas del mercado y conseguir que la formación encaje con su modo de vida», explica Paula Pedro Aznar, socióloga, politóloga y ayudante de investigación en la Unidad de Prospección y Análisis Laboral (UPAL) de la UOC. «En este sentido, la flexibilidad y la especialización de estas tipologías formativas se ajustan a las nuevas necesidades de los trabajadores», añade.
Nuevas fórmulas educativas
El auge de las microcredenciales y de los MOOC no implica necesariamente un declive ni desafección por la educación universitaria tradicional, aunque es cierto que, cuando se preguntó a los encuestados por la formación realizada en el último año, casi un tercio mencionó los MOOC. Un 17 % había cursado ciclos formativos y otro 12 % había participado en microcredenciales. Por último, algo más del 28 % no había recibido ninguna formación, lo que evidencia que la formación continua sigue siendo un reto en las empresas españolas.
En este sentido, los programas de duración breve impartidos en modalidad en línea y enfocados a la especialización en determinados ámbitos podrían responder a algunas de las demandas del mercado a la hora de actualizar los conocimientos y las aptitudes de la población activa. Sin embargo, emergen otros desafíos al respecto, como el hecho de que casi la mitad de los encuestados considera que tiene un buen conocimiento de las habilidades necesarias para alcanzar sus objetivos profesionales. Solo alrededor del 10 % de los encuestados cree que sus conocimientos son bajos o nulos. Esto evidencia un optimismo que no siempre se alinea con la percepción de las empresas, que a menudo lamentan no encontrar el talento que necesitan sus negocios.
Otro de los desafíos es extender el conocimiento sobre la existencia de nuevas fórmulas educativas, como las microcredenciales. Y es que la encuesta destaca que 8 de cada 10 españoles desconoce qué son las microcredenciales y solo un 22 % de los encuestados ha participado alguna vez en una formación de este tipo —del que la UOC ofrece un amplio catálogo, con más de 60 títulos diferentes—. «El concepto de microcredencial aún es reciente y todavía no está implantado en el imaginario colectivo de la población activa», advierte Paula Pedro Aznar. No obstante, apunta que «tanto desde la Unión Europea como desde las universidades se ha dado un fuerte impulso a las microcredenciales en los últimos años y, aunque aún queda camino por recorrer, la combinación de esfuerzos entre la UE y las entidades educativas fomentará un mayor conocimiento y familiaridad con las microcredenciales entre los trabajadores y las empresas».
Flexibilidad y economía
Las microcredenciales y las formaciones como los MOOC tienen a su favor la capacidad de ofrecer programas de especialización o reciclaje profesional con una estructura modular flexible y adaptable al estilo de vida del alumnado. De hecho, el 14 % elegiría estas formaciones por la actualidad de sus contenidos, mientras que el 13,82 % y el 13,49 %, respectivamente, lo harían por su flexibilidad y coste asequible.
En este sentido, los encuestados prefieren formaciones cortas, de un máximo de 6 meses de duración, y que requieran una dedicación semanal de entre 5 y 20 horas, cursadas en modalidad en línea. Además, y dentro de la modalidad en línea, los españoles prefieren formaciones asíncronas, es decir, que no requieran conectarse a clases en directo y que, por lo tanto, les permitan cursar los contenidos en el horario que elijan. No obstante, un tercio de los encuestados valoraría positivamente un formato mixto presencial y en línea.
Asimismo, y aunque un porcentaje importante de los encuestados cursaría formaciones nuevas simplemente para actualizarse o aprender algo nuevo, el 32 % estaría dispuesto a pagar por una microcredencial oficial reconocida en el ámbito europeo, por lo que valora el papel que estas formaciones pueden desempeñar a la hora de impulsar su carrera profesional. «Los cambios en el mercado laboral fomentan la necesidad de los trabajadores de formarse o actualizarse (reskilling y upskilling) para adaptarse a las nuevas demandas de las empresas. Las microcredenciales tienen un papel importante en este proceso, ya que su flexibilidad permite tanto adaptarlas a los modos de vida de los trabajadores para que puedan formarse a su ritmo como ajustarlas a las demandas cambiantes del mercado, a diferencia de formaciones más tradicionales, que son más rígidas y en las que hacer cambios es más complicado», destaca la experta. Como ejemplo, pone algunas microcredenciales de la UOC «con formación muy demandada, que van desde el análisis de datos hasta el desarrollo de soft skills, pasando por otros temas como la educación, la programación o la sostenibilidad».
Ventajas y desventajas de las microcredenciales
La encuesta incidió especialmente en el papel de las microcredenciales en la actualización de las aptitudes y los conocimientos de los encuestados. Los principales beneficios que aportan estas formaciones son las posibilidades de reciclaje y la actualización profesional (para el 41 %), la flexibilidad frente a formaciones de mayor duración (40 %) y contenidos actualizados y conectados con la realidad (36,82 %).
Por el contrario, los encuestados consideraron una desventaja la sobrecualificación de los títulos ofertados (35,81 %), el escaso reconocimiento y las opciones de convalidación de estas formaciones (33 %) y la poca profundización en los contenidos objeto del curso (29,77 %). Esto da pistas sobre las fortalezas y debilidades de las microcredenciales a la hora de trazar estrategias para impulsarlas en el ecosistema educativo español.
En todo caso, la encuesta de la UOC refleja una nueva realidad en los entornos universitarios. La digitalización y el rápido cambio social y profesional que esta nueva realidad conlleva exigen la convivencia de distintas fórmulas educativas que se complementen entre sí y permitan a los ciudadanos alcanzar sus objetivos formativos y profesionales con flexibilidad, rapidez y rigor.
«La transformación del mercado de trabajo motivada por la digitalización, la automatización o la transición ecológica propicia demandas nuevas entre los empleadores, lo que a su vez crea necesidades de formación continua entre los profesionales para adaptarse a esas demandas. Este proceso requiere ajustar la oferta y crear nueva oferta formativa para cubrir esa demanda creciente de formación. Apostar por formaciones flexibles como las microcredenciales y facilitar el acceso a este tipo de formación repercutirá de forma positiva tanto en los profesionales, que verán mejorar su empleabilidad e impulsar su carrera profesional, como en las empresas, que contarán con profesionales actualizados», subraya la experta acerca de este nuevo fenómeno en la formación universitaria.