La historia de Itálica arranca en el siglo IV a. C., en el cerro de San Antonio, una pequeña meseta próxima al futuro teatro romano de Santiponce, que aún tardaría dos centurias en ser levantado. A los primitivos pobladores turdetanos, que ya contaban con un urbanismo organizado, se les unió un grupo de soldados veteranos y heridos del ejército de Escipión el Africano, vencedores de la cercana batalla de Ilipa (206 a. C. – Alcalá del Río) quienes, en el marco de la Segunda Guerra Púnica, habían conseguido expulsar a los cartagineses de Aníbal de la península ibérica.
Se calcula, según informa Cristina Rosillo, catedrática de Historia Antigua de la de la Universidad Pablo de Olavide, que esta urbe pudo llegar a alcanzar los 10.000 habitantes, algunos de ellos prohombres tan prósperos como para alumbrar el nacimiento de los primeros emperadores nacidos fuera de Roma: Trajano y Adriano.
Sin embargo, la edad de oro de Itálica estaba aún por llegar. Lo haría en el siglo II d. C. de la mano del propio emperador Adriano, «el más cultivado de todos los que ocuparon la más alta magistratura del Estado», en palabras de Juan Manuel Cortés Copete, catedrático de Historia Antigua de la Universidad Pablo de Olavide y miembro del comité científico que, junto a los también catedráticos Fernando Lozano Gómez (Universidad de Sevilla) y Elena Muñiz Grijalvo (UPO), colaboran con la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en los trabajos para la candidatura del conjunto arqueológico italicense al Sello de Patrimonio Europeo y a la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.
![Una de las piezas singulares que se exhiben en Itálica y que se encontraba en uno de los edificios ceremoniales.](https://www.juntadeandalucia.es/presidencia/portavoz/resources/files/2025/2/7/1738935844097Italica2_Estdn.jpg)
Precisamente, de cómo llegó Itálica a alcanzar su cima de fama y prosperidad, convirtiéndose en una de las ciudades de referencia de todo el Mediterráneo, trata el volumen ‘La Itálica de Adriano, una ciudad ceremonial’, recientemente publicado por la Consejería de Cultura y Deporte.
Bajo la coordinación del profesor Lozano Gómez, el libro reúne 23 estudios firmados por 16 investigadores para explicar de manera divulgativa el proyecto imperial llevado a cabo ex-novo por Adriano con el objetivo principal de convertir a Itálica en una ciudad ceremonial.
Acompañado de decenas de fotografías del enclave, así como de varias ilustraciones firmadas por Arturo Redondo que recrean vistas, planos y escenas de la ciudad adrianea, la obra está dirigida inequívocamente al gran público.
Sin notas a pie de página, ni citas bibliográficas extensas, la publicación hunde sus raíces en un congreso científico internacional celebrado en Roma. A iniciativa de la Junta de Andalucía, sus ponentes han hecho un esfuerzo para hacer accesible sus investigaciones a lectores no especializados, aportando textos e imágenes que han servido, asimismo, de soporte para la exposición homónima abierta al público desde el pasado otoño en el Conjunto Arqueológico de Itálica.
«Adriano convirtió a Itálica en una capital religiosa, espiritual e ideológica del extremo occidente, consagrando la ampliación de la ciudad a la celebración de fiestas y rituales que congregaron periódicamente a una multitud de personas para festejar el imperio y a sus dioses», escribe el profesor Lozano.
Estos eventos festivos –juegos gladiatorios, desfiles, procesiones y competiciones deportivas– explican, en buena medida, el extraordinario tamaño de las calles de Itálica, el esplendor decorativo de sus casas y las grandes dimensiones y riqueza ornamental de sus espacios públicos: templos, termas, palestra y anfiteatro, calificados como «colosales» por algunos de los autores del libro.
Uno a uno, el volumen recorre la arquitectura de estos espacios ceremoniales, deteniéndose, asimismo, en sus infraestructuras, así como en las distintas celebraciones documentadas y en los ejemplos de culto imperial allí desarrollados. También se abordan elementos decorativos, como los exvotos anatómicos con forma de pie hallados en varias ubicaciones del anfiteatro, cuya función no está aún completamente clarificada, o los excepcionales mosaicos figurativos y geométricos de sus domus.
La capacidad del anfiteatro -que recientes investigaciones cifran en 35.000 espectadores, triplicando la población italicense estimada-, o el inaudito tamaño del fragmento de una escultura hallada en Itálica -un antebrazo de más de metro y medio (1,68 cm) que debió pertenecer a una divinidad de entre 9 y 10 metros de altura- son solo dos de los muchos ejemplos y datos disponibles en este libro que demuestra, sin ningún género de dudas, que Itálica fue una urbe pensada para atraer a numerosos visitantes de todo el Imperio.
Y aunque no fue la única ciudad adrianea planificada y edificada como centro ceremonial –también hay que hablar de Esmirna, Pérgamo, Éfeso e incluso de la ampliación de Atenas – sí es cierto que de todas ellas, Itálica es la más impactante, porque al ser abandonada con el paso de los años su legado ha llegado prácticamente intacto hasta nuestros días.
Ficha del libro
Lozano Gómez, Fernando (coord.)
La Itálica de Adriano: una ciudad ceremonial.
Consejería de Cultura y Deporte. Junta de Andalucía, Sevilla, 2024, 267 pp, 21 €.
A la venta en https://www.tiendasculturalesdeandalucia.es/ y en librerías