La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha confirmado el redescubrimiento en la provincia de Sevilla de una de las especies vegetales más escasas y amenazadas de la flora ibérica: Gyrocaryum oppositifolium Valdés, conocida popularmente como ‘Nomevés’ por su pequeño tamaño y la brevedad de su floración. Esta especie, que no se había vuelto a localizar en Andalucía desde hace más de cuatro décadas, ha sido hallada de nuevo en el Parque Natural Sierra Morena de Sevilla, gracias a los trabajos de seguimiento realizados por los técnicos de la Red Andaluza de Jardines Botánicos y Micológico.
El hallazgo ha supuesto una verdadera sorpresa para los técnicos y botánicos andaluces, ya que desde 1982 no se había detectado ningún ejemplar en su enclave original, a pesar de las visitas continuadas a la zona. La localización reciente de más de un centenar de ejemplares vivos permite no solo confirmar su presencia en el territorio andaluz, sino también abrigar esperanzas sobre su permanencia en el ecosistema, vinculada posiblemente a condiciones climáticas como la abundancia de lluvias registrada este año.
Se trata de una especie endémica de la Península Ibérica, descrita originalmente en Constantina (Sevilla) por el catedrático de Botánica de la Universidad de Sevilla Benito Valdés Castrejón en 1982. Solo se conocen tres poblaciones muy alejadas entre sí: además de la andaluza, se han documentado otras dos en Ponferrada (León) y en Cadalso de los Vidrios (Madrid), descubiertas en los años 90 y principios de los 2000.
La consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Catalina García, ha valorado este hallazgo como un éxito de los esfuerzos de conservación que se llevan a cabo en Andalucía. “Hemos demostrado que el compromiso con la biodiversidad es mucho más que una declaración, es una política pública firme que da sus frutos”, ha señalado. También ha subrayado que la detección de esta planta “es un motivo de alegría, pero también un recordatorio de la fragilidad de muchos elementos de nuestro patrimonio natural y de la necesidad de continuar protegiéndolos”.
El ‘Nomevés’ está catalogado oficialmente como “En Peligro de Extinción” en el Catálogo Andaluz de Flora Amenazada, y figura como taxón prioritario en el Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España. Además, según la Lista Roja de la flora vascular española, su situación es “en estado crítico”. Estas clasificaciones reflejan su extrema vulnerabilidad, con poblaciones formadas por muy pocos individuos y sometidas a múltiples amenazas, aunque el redescubrimiento de esta población podría aportar nuevos datos acerca de su capacidad de adaptación.
Entre las principales presiones que enfrenta la especie, los especialistas identifican una escasa capacidad reproductiva y la proliferación de especies vegetales más competitivas que se benefician de la presencia humana. A esto se suma el riesgo de recolección, tanto por parte de aficionados como con fines científicos, que en el pasado debilitó gravemente la población andaluza.
La consejera ha indicado que “hemos reforzado los mecanismos de seguimiento de especies amenazadas gracias a la labor de los equipos técnicos de la Red de Jardines Botánicos de Andalucía, cuyo trabajo meticuloso permite logros como este”. Al respecto, ha afirmado que el descubrimiento obliga a redoblar los esfuerzos de conservación, “porque ahora tenemos la responsabilidad colectiva de no perder un patrimonio botánico tan valioso como este”. De hecho, ha confirmado que los técnicos ya están trabajando en obtener semillas de las poblaciones halladas, con el objetivo de conservarlas en el Banco de Germoplasma Vegetal Andaluz (BGVA) de cara a futuras acciones.
Asimismo, Catalina García ha insistido en que la protección de esta especie requerirá medidas específicas adaptadas a su rareza y singularidad. “Iniciamos un nuevo capítulo en la conservación del nomevés, y vamos a desarrollar actuaciones acordes a su delicado ciclo vital y a las peculiaridades de su hábitat”, ha dicho. También ha recordado que su pequeño tamaño y floración fugaz pueden haber contribuido a que pase desapercibida en otros enclaves, por lo que se abre una nueva etapa de prospección y búsqueda activa en zonas similares del territorio andaluz.
Finalmente, ha sostenido que “con hechos como éste, comprobamos que nuestra naturaleza aún guarda sorpresas, y que, con constancia, rigor científico y compromiso institucional, es posible recuperar especies que dábamos por perdidas”.