El Gobierno andaluz ha atendido a cerca de 1.600 menores víctimas de violencia vicaria y violencia de género durante 2024 a través de los programas de apoyo psicológico del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) dirigidos a hijas e hijos de mujeres víctimas de violencia de género y a chicas jóvenes que sufren violencia en sus primeras relaciones de pareja, lo que supone un 9% más que el año anterior. Además, a través de estos recursos se ha asesorado a más de 1.100 madres, padres y/o tutores legales.
La consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, ha resaltado “la importancia de este tipo de programas para la recuperación integral de una población especialmente vulnerable ante las diferentes manifestaciones de la violencia de género, en este caso, tanto de la violencia vicaria, que es la que los maltratadores ejercen sobre los hijos e hijas con el objetivo de causar el mayor daño posible a sus parejas o exparejas; como en las primeras relaciones de parejas, que a estas edades suele estar muy vinculada con el entorno digital y la violencia de índole sexual”.
López ha recordado que el Instituto Andaluz de la Mujer reforzó el pasado año todos los programas de atención psicológica a víctimas de violencia de género, que cuentan ahora con una inversión anual de 2,1 millones de euros, lo que implica un incremento del 19% con respecto al anterior contrato que finalizó en junio de 2023.
De esta forma, el servicio de atención psicológica a hijas e hijos de mujeres víctimas de violencia de género se dirige a menores de 0 a 17 años, incluyendo a atención perinatal, es decir, desde la gestación. También asesora a las madres con el objetivo de informarlas sobre los efectos psicosociales de la violencia machista en sus hijas e hijos, aprendan a identificar las señales de alarma previas a la reproducción de conductas de violencia, así como a mejorar las relaciones y la comunicación. En 2024 este programa atendió a 1.406 menores y 914 madres. La franja de edad entre los 6 a 10 años fue la mayoritaria, seguida de la de 11 a 14 años.
Tras el refuerzo, este programa se puede prestar en centros cuyas características impidan el desplazamiento de las usuarias, como centros cerrados de tratamiento de adicciones, módulos de mujeres en prisiones, módulos de madres en prisiones, etc. Así, el taller orientado a madres se va a llevar a cabo en el centro penitenciario de Sevilla I tras celebrarse de manera piloto en la antigua prisión de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Asimismo, la mejora incluye el acompañamiento a juicio por citaciones judicial y la realización de talleres formativos para profesionales.
La violencia en la juventud
Mientras que el programa de atención psicológica a mujeres menores de edad víctimas de violencia de género y sexual ofrece asistencia psicológica, individual y grupal, a adolescentes de entre 14 y 17 años que sufren o han sufrido violencia en sus primeras relaciones de pareja. Además, se orienta e informa a las madres, padres y/o tutores. Las menores atendidas en este recurso sufren mayoritariamente ciberviolencia de género a través de las redes sociales y servicios de mensajería, así como violencia sexual. El pasado año se prestó atención a 173 chicas, siendo la franja de edad mayoritaria la comprendida entre 16-17 años, y a 229 familiares.
La mejora de este programa ha permitido aumentar el número de horas en la terapia individual a las menores, así como de las madres y padres. Además, se incluye la realización de talleres formativos dirigido a profesiones con el objeto de avanzar en la detección precoz de nuevos casos.
La consejera de Igualad ha señalado que “la prevención de la violencia de género en la juventud se trabaja también mediante campañas de sensibilización”. A este respecto, ha apuntado el lanzamiento de campañas “que buscan la implicación de chicos y chicos para evitar este tipo de situaciones bajo el lema ‘Y tú… ¿qué harías?’”, así como para hacer frente a la violencia digital como el spot ‘Empieza por un mensaje, termina con una vida’ y contra el consumo precoz de pornografía con el lema ‘Lo que quieras saber del sexo, que no te lo enseñe el porno’.