Los primeros años de la década de los 70 en la sociedad occidental estuvieron marcados por una deriva terrorista que afectó también a nuestro país. España, inmersa en el paso del tardofranquismo a la Democracia, sufría el envite del terrorismo de ETA, que perpetraba en esa época dos de sus atentados más letales. La Facultad de Geografía e Historia ha revisado la influencia del terrorismo en la Transición española a través de un seminario.
Josefina Martínez Álvarez, profesora de Geografía e Historia de la UNED y coordinadora del Seminario Terrorismo y política del Tardofranquismo a la Transición que tuvo lugar ayer en el Edificio de Humanidades de la universidad en Madrid, analiza en este artículo cómo el terrorismo tardofranquista influyó en la construcción de la España democrática y parafrasea a Primo Levi para destacar que “meditar sobre lo que pasó es deber de todos”.
Tanto la historiografía como otras ciencias sociales han abordado desde diferentes puntos de vista el Tardofranquismo, periodo de nuestra historia reciente que abarca desde 1968 hasta la muerte de Francisco Franco. En este seminario hemos analizado dos elementos muy particulares, el terrorismo tardofranquista y su influencia en la construcción de la España democrática. Para ello, hemos reunido a tres especialistas que, tras ofrecer una explicación sobre la deriva terrorista desatada en la sociedad occidental en los primeros 70, se centraron en los dos atentados más letales sucedidos en España durante el Tardofranquismo, ambos perpetrados por ETA (Euskadi Ta Askatasuna ‘País Vasco y libertad’, en euskera).
El primero, ejecutado el 20 de diciembre de 1973, contra el presidente del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco, en el que también fallecieron el inspector de policía que le acompañaba como escolta y el conductor del vehículo. El segundo, el atentado de la Calle del Correo, cometido el 13 de septiembre de 1974, al hacer estallar un artefacto en la cafetería Rolando, causando 13 muertos, más de medio centenar de heridos y daños superiores a unos 11 millones de euros actuales. El primero, fue reivindicado por ETA a través de Radio París ese mismo día; el segundo, no lo hizo hasta 2018.
Y si el atentado de Carrero Blanco dio una gran visibilidad internacional a las reivindicaciones ultranacionalistas de ETA, el de la calle del Correo, un atentado indiscriminado que mato e hirió a población civil, lo mantuvo en silencio por los efectos contraproducentes que podría afectar a su causa.
El modus operandi de ETA en Madrid y su red de apoyo fue explicado por Eduardo Sánchez Gatell, muy cercano a los organizadores de los atentados. Su estancia en la prisión de Carabanchel durante casi año y medio (octubre de 1974-enero de 1976), le hicieron reconsiderar su vida y reconducir su actividad política por cauces no violentos.
El terrorismo del periodo postfranquista influyó sobremanera, tal y como explicó el profesor Marín, en el modo de producirse la transición española. Su terrible y constante presencia afectó al gobierno de la Nación, a los grupos políticos en la clandestinidad, a las organizaciones obreras y a las penas impuestas en los juicios celebrados. Asimismo, fue responsable de las enormes tensiones que generó el terrorismo hasta polarizar a la sociedad española. La Ley de Amnistía de 1977 condujo a la excarcelación de todos los reclusos pertenecientes a ETA y extinguió la responsabilidad penal de los delitos de sangre que había cometido el grupo.