La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía se suma a la conmemoración del Día Internacional de Cero Desechos, cuyo objetivo es minimizar los residuos y desechos sólidos en el planeta, promoviendo modalidades de producción y consumo más sostenibles. Los residuos domésticos constituyen un importante porcentaje del total que se generan, y por ello es necesario su gestión y tratamiento para reducir al máximo el impacto medioambiental de los mismos.
Así, se incide especialmente en la importancia de separar correctamente los residuos que generamos en el hogar, como la basura orgánica, los vidrios, los envases, el papel y cartón, los electrodomésticos, los muebles y enseres, los aparatos electrónicos, la ropa usada, las pilas o los medicamentos caducados.
Ante la continua generación de estos residuos y desechos, se anima a la ciudadanía a aplicar las ‘R’ de la economía circular, que trascienden la ‘Regla de las 3R’: reflexión en el consumo, reducción en la generación de residuos, reutilización de los productos o residuos, reparación, recuperación de los productos, reciclado de los residuos, rediseño de los productos y rechazo de productos considerados insostenibles.
Contenedor amarillo
El contenedor amarillo es el correspondiente a los envases ligeros. Por ello, se deben depositar en él los envases y residuos como botellas de plástico, latas de conserva, latas de aluminio, tapas y tapones de plástico, tapas de frascos, chapas, bandejas de aluminio, papel film, aerosoles, desodorantes, bolsas de plástico (salvo las de basura), bricks de bebidas, bandejas de corcho blanco, tarrinas y tapas de yogur. En cambio, nunca deben abandonarse en él los plásticos que no sean envases, como los juguetes, las cintas de vídeo o de audio, las tuberías, los cepillos de dientes, los biberones, los chupetes, los utensilios de cocina, los cubos de plástico, las fiambreras, las cápsulas de aluminio de café, los moldes de silicona de cocina o las macetas de plástico.
Contenedor azul
El contenedor azul está destinado al papel y el cartón, concretamente a los envases y cajas, bolsas, papel de uso habitual, periódicos, revistas y libros. Se recomienda que vayan plegados, y que se evite dejar con ellos las bolsas en los que se han transportado, si éstas son de plástico. Asimismo, pañales, compresas, servilletas, pañuelos, papeles sucios, cartón o papel manchados de grasas o aceites tampoco deben dejarse en ellos.
Contenedor verde
El contenedor verde es para el vidrio. Este grupo de residuos está conformado por las botellas y frascos de vidrio, además de los tarros de alimentos (mermeladas, aceitunas, etc.). Los envases deben abandonarse vacíos y limpios, sin tapas, corchos, tapones, o las bolsas empleadas para transportarlos. Se excluyen del contenedor verde objetos de cristal como los que integran la vajilla, las bombillas, los tubos fluorescentes, los espejos, las ventanas, las cerámicas, las porcelanas, los ladrillos, las piedras y los jarrones. Además, las tapas o tapones de plástico deben dejarse en el contenedor amarillo, y los de corcho, en el contenedor para la basura orgánica.
Contenedor gris y marrón
Los residuos domésticos que no disponen de un contenedor específico deben depositarse en el contenedor gris, que se destina a material orgánico como restos de alimentos, alimentos caducados, restos de hojas y plantas o productos elaborados con materiales orgánicos, como tapones de corcho. Asimismo, el contenedor gris admite residuos procedentes de la limpieza doméstica como polvo de barrer y bolsas de aspiradoras, material de vajilla, incluida cerámica y porcelana, colillas de cigarros y sus cenizas, restos de chimeneas, material textil sanitario (pañales, compresas, tampones, bastoncillos de oídos, toallitas húmedas o hilo dental), de curas (vendas, gasas, algodón, tiritas o esparadrapos), preservativos, cepillos de dientes o cuchillas de afeitar.
No obstante, si existe también un contenedor marrón, es en él donde deben dejarse todos los residuos orgánicos, como, por ejemplo, alimentos crudos o cocinados, restos de carne y pescado, cáscaras de huevos, frutas y huesos de las mismas, flores, plantas o serrín natural.
Puntos limpios
Los puntos limpios son aquellas instalaciones donde, de forma temporal y gratuita, se alojan los residuos de aparatos electrónicos en general, como electrodomésticos, equipos de aire acondicionado y climatización, pantallas y televisores, ordenadores, impresoras, lámparas fluorescentes, teléfonos móviles o tabletas, lámparas led, paneles fotovoltaicos, relojes o instrumentos musicales. Estos residuos, por lo general, contienen componentes como metales, plásticos, vidrios y químicos como cobre, mercurio, estaño, cadmio, plomo, u otras sustancias que generan un alto impacto medioambiental.
Asismismo, también se habilitan puntos limpios para otro tipo de desechos procedentes de neumáticos, chatarras, muebles, enseres, maderas o residuos peligrosos, como los procedentes de pinturas, barnices, adhesivos, productos de limpieza, insecticidas, cartuchos de impresoras, aceites de automoción, baterías, pilas, tubos fluorescentes, bombillas o envases, que contienen sustancias nocivas. Las pilas usadas o los restos de neumáticos pueden entregarse también en establecimientos específicos, como los talleres de reparación o ferreterías u otros comercios especializados.
La ropa, los zapatos y los productos textiles del hogar que dejan de usarse pueden dejarse en los puntos limpios o en contenedores autorizados. Antes de dejarlos en estos dispositivos, es aconsejable valorar si pueden ser reutilizados y, si es así, si pueden entregarse a entidades benéficas para que otras personas puedan aprovecharlos.
Puntos SIGRE
Los medicamentos nunca deben arrojarse por desagües o tirarse a la basura, debido a su relevante impacto medioambiental. Los fármacos que ya no se utilicen o estén caducados, así como sus envases (blísteres y cajas), deben depositarse en los puntos SIGRE, ubicados en las farmacias.