“La formación profesional constituye un elemento fundamental para el progreso económico y social de Castilla-La Mancha. En una región que enfrenta desafíos demográficos y la necesidad de modernizar su estructura productiva, proporcionar oportunidades de aprendizaje continuo a los trabajadores y trabajadoras se convierte en una estrategia esencial para mejorar la empleabilidad y fomentar el crecimiento empresarial.
Uno de los principales retos del mercado laboral actual es la obsolescencia de las habilidades. La rápida evolución de la tecnología y los modelos productivos puede dejar a muchos trabajadores y trabajadoras en una situación de desventaja si no disponen de las herramientas necesarias para adaptarse. La formación profesional en el ámbito laboral tiene como objetivo precisamente actualizar estas competencias, brindando segundas oportunidades a quienes buscan mejorar sus condiciones laborales o reinventarse en un nuevo sector.
En este marco, la formación profesional dual se presenta como una opción eficaz para vincular el aprendizaje con la realidad del mercado laboral. Esta modalidad, que integra la formación teórica con la práctica en empresas, es crucial para asegurar que los estudiantes obtengan experiencia real mientras se capacitan. No obstante, su éxito no solo depende de su implementación, sino también de la supervisión y el compromiso de todos los actores involucrados.
En este sentido, los agentes sociales, entre ellos UGT, desempeñan un papel fundamental. Estos actores deben asegurar que la formación dual se lleve a cabo en condiciones equitativas, evitando que los estudiantes sean utilizados como mano de obra barata y garantizando que reciban una educación de calidad. Además, su participación en el diseño de los programas formativos es esencial para que la oferta educativa se ajuste a las necesidades reales del mercado laboral en Castilla-La Mancha.
El compromiso de la administración es igualmente fundamental. Es imperativo asignar recursos adecuados para la capacitación de adultos y promover la colaboración entre instituciones educativas, empresas y agentes sociales. Solo de esta manera se podrá establecer un sistema de formación profesional robusto, capaz de potenciar la competitividad de Castilla-La Mancha y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
En resumen, invertir en la formación profesional y reforzar la formación dual con el apoyo de los agentes sociales representa una inversión hacia el futuro. La formación de los trabajadores y trabajadoras no solo beneficia a las empresas, sino que también favorece el desarrollo de una sociedad más justa y equitativa. Castilla-La Mancha tiene la oportunidad de establecer un modelo de formación profesional que responda a los retos del siglo XXI, y es responsabilidad de todos los actores involucrados asegurar su éxito».
Óscar Molina, secretario de Formación y Proyectos de UGT Castilla-La Mancha
