La Facultad de Trabajo Social organiza la primera Carrera a Ciegas

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel – 7 abr 2025 08:37 CET

Domingo por la mañana. Decenas de personas se preparan para una carrera en un día caluroso y soleado. Algunos calientan por el campus de Somosaguas, otros charlan con sus colegas mientras se colocan el dorsal. A las 11 da la salida y los corredores se lanzan cuesta abajo, desde las paradas de autobús, en dirección a la Facultad de Trabajo Social. Hasta ahí, la carrera parece una más de las muchas que se celebran en Madrid a lo largo del año, pero en esta ocasión existe una diferencia importante: los corredores van por parejas y uno de los miembros lleva los ojos vendados o es invidente. Se trata de la Primera Carrera a Ciegas que organizan la Facultad de Trabajo Social y la Delegación del Rector para el Campus de Somosaguas, en la que además, como recuerda Aurora Castillo, decana de la Facultad, no hay trofeo, porque “no se trata de competir, se trata de concienciar”. O como apunta Tabatha, una de las estudiantes organizadoras, “aquí ganamos todos porque nos concienciamos todos”.

 

La idea de esta carrera, como recuerda la decana Aurora Castillo, surgió hace dos años, de la asignatura de Trabajo Social con Comunidades, cuando “un grupo de estudiantes decidió montar esta iniciativa, que en principio se quiso que fuese a gran escala, pero optaron por hacerla a nivel de la clase, algo pequeñito, dando una vuelta a la Facultad”. Los estudiantes involucrados, Tabatha, Guillermo, Paula, Vero, Vera e Isa, aseguran que consideraron que “era muy buena idea concienciar sobre las barreras que tienen las personas con diversidad funcional, en este caso la ceguera”, y ya que a todos ellos les gusta mucho el deporte, pensaron que una carrera sería muy buena idea”.

 

Tras el éxito de la iniciativa en la calse, entre todos pensaron que se podría escalar para incluir a más personas que se conciencien sobre “la importancia que tiene aprender a guiar a las personas ciegas a través de las barreras arquitectónicas que hay en la ciudad”.

 

De hecho, antes de la carrera, los responsables dieron algunas instrucciones básicas, como la de correr mejor de la mano, o si se quiere del brazo, pero haciendo que la persona que no puede ver vaya detrás. Además, el que guía debe dar las instrucciones claras y necesarias para que su compañero pueda evitar los inevitables obstáculos que hay en toda carrera urbana, en este caso incluso algún escalón.

 

La decana de Trabajo Social reconoce que para sensibilizar a un mayor número de personas se ha extendido la carrera a la población de Pozuelo de Alarcón, gracias al apoyo de la concejalía de Educación, Conciliación y relaciones con las Universidades. Aunque no hacía falta inscribirse con pareja, porque la organización aportaba una a los corredores solos, la mayoría se han apuntado de dos en dos, con un total de “80 parejas inscritas, que para ser la primera vez está muy bien”.

 

Entre los participantes de la carrera, además de niños (de hecho los primeros que llegaron eran menores), y estudiantes universitarios hubo también muchos representantes de la Universidad Complutense, como la propia decana de Trabajo Social Aurora Castillo; Juncal González, delegada del Rector para el Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria de Madrid y campus universitarios; David Carabantes, delegado del Rector para la Promoción de la Cultura Preventiva; Jorge Clemente, decano de la Facultad de Ciencias de la Información; Carmen Miguel Vicente, delegada de la decana de Trabajo Social para Diversidad y Sostenibilidado Adolfo Arias, de la Unidad de Gestión de Actividades Deportivas. También corrió en familia la concejala de Pozuelo de Alarcón, Almudena Ruiz Escudero.