MIGRADMI es el acrónimo elegido para denominar el “Encuentro estatal sobre planificación en gestión de las migraciones, diversidad cultural y convivencia social desde las Administraciones Públicas”, que se celebra en el Campus del Obelisco de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria entre los días 13 y 14 de febrero, se plantea como un espacio de encuentro para generar marcos de reflexión y debate sobre planificación en materia migratoria, entre personas y entidades vinculadas con las administraciones públicas y con las organizaciones del tercer sector, responsables de la gestión de la inmigración y sus efectos, la diversidad cultural y la convivencia social en el territorio del Estado español. Alrededor de 350 personas de 11 comunidades autónomas han asistido a su primera sesión, unas 200 de manera presencial y el resto a través de su difusión online.
Promovido por la Consejería de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias del Gobierno de Canarias, en el marco de su Programa Canarias Convive que gestiona la Universidad de La Laguna a través de su Fundación General, esta segunda edición se ha organizado contando con la implicación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, porque el evento tiene vocación de realizarse en distintas islas del archipiélago, entre otras cosas, para facilitar la posibilidad de conocer y darle valor a iniciativas locales que pueda ser una referencia en materia de acogida, inclusión y convivencia con enfoque intercultural. Asimismo ha registrado la participación de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones a través del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE). Se ha contado con representantes de 34 ayuntamientos, varios Cabildos insulares y 9 universidades españolas.
Entre las principales conclusiones de la primera jornada de trabajo, puede señalarse la demanda de mayor protagonismo de los municipios en la concepción de las estrategias que pretenden la gestión de las migraciones y sus efectos en la escala local, marco donde se concreta la expresión de la creciente movilidad de personas que se viene registrando en nuestro país. Movilidad que se observa de manera positiva, porque tiene evidentes beneficios en distintos renglones de la vida económica, social y cultural de los municipios, mayores en cuanto exista una adecuada planificación y un trabajo específico dirigido a la inclusión de las personas que llegan y a la convivencia que incluye al conjunto social.
Desde la premisa de hacer valer los derechos de todas las personas y asegurar su acceso a los servicios públicos en igualdad de condiciones, se hace énfasis en la necesidad de impulsar modelos de trabajo más estructurados y a largo plazo, que permitan concebir estrategias, organizar recursos, adecuar estructuras, capacitar profesionales, etc., imprescindibles para poder ofrecer mejores respuestas ante poblaciones que continúan diversificándose. Precisamente esa creciente complejidad de las sociedades requiere mejor preparación institucional, al mismo tiempo que su disposición para establecer más y más sólidos espacios de confluencia y colaboración.
Se demanda asimismo más política y trabajo desde las administraciones y menos ruido institucional, formalizando además la aspiración de contar con contextos sociales más incluyentes, conseguidos mejor siempre desde el consenso, mediante la definición de planes que incorporen una visión estratégica y a largo plazo, dado que las trayectorias suelen ser sinónimo de éxito ante el desarrollo de acciones deslavazadas. Liderazgo político y compromiso social constituyen ingredientes esenciales para enfrentar este tipo de retos.
En el sentido apuntado, también es clave la incorporación de adecuados enfoques que proponen la participación activa de la sociedad en su permanente reconfiguración, como es el caso del interculturalismo, que conecta con la construcción comunitaria de las relaciones, esenciales para avanzar hacia el logro de la convivencia. Y también, para evitar que a las nuevas vecindades solo se les ofrezcan “los márgenes”, puesto que, cada vez es más evidente que las personas recién llegadas contribuyen a asegurar el bienestar general en muchos lugares, en particular, en aquellos que generan las condiciones para que ocurra.
En este tipo de procesos se estima que es relevante la implicación y el aporte de las universidades, tanto desde la esfera de su participación en el conocimiento integral de la realidad a distintas escalas, como en el acompañamiento de iniciativas aportando su experiencia. Se valora entonces el ejemplo que está ofreciendo Canarias a través de sus universidades públicas, sobre todo porque están consiguiendo profundizar en sus vínculos y dando una respuesta conjunta ante muchas de las demandas que se formulan desde la esfera institucional y social en el archipiélago.