¿La endometriosis afecta a la fertilidad?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 10 % de las mujeres sufren endometriosis. Se trata de una dolencia benigna que se caracteriza por el crecimiento fuera del útero del tejido endometrial, que invade otras zonas de la pelvis como los ovarios o incluso el intestino. Esto causa un dolor que muchas veces es invalidante durante el periodo menstrual y, en algunos casos, durante las relaciones sexuales. La tasa de incidencia es probablemente más alta porque hay mujeres que no saben que la tienen y que creen que el dolor que sienten es normal y no causado por una patología.

Con motivo del Día Mundial de la Salud, este año dedicado a la salud de las madres y los recién nacidos, los expertos de la UOC Cristian de Guirior y Marta Massip resuelven dudas sobre cómo esta dolencia afecta a la capacidad reproductiva de las mujeres y de qué manera la nutrición puede ayudar en el proceso.

«Es una dolencia que, históricamente, se ha despreciado por el hecho de que afecta a las mujeres —está científicamente demostrado que hay menos investigación en dolencias femeninas— y porque, al tratarse de una patología relacionada con la regla, considerada siempre un tema tabú, vamos muchos años por detrás con respecto a otras dolencias menos prevalentes», explica Cristian de Guirior, ginecólogo, profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigador del Hospital Clínic de Barcelona.

 «La buena noticia es que la mayoría de las mujeres con endometriosis no tienen ningún problema para quedarse embarazadas: un 70% pueden conseguir un embarazo, dado que la infertilidad afecta a un 30% de las pacientes. En la población general, sufren infertilidad un 15% de las mujeres «, explica de Guirior. La esterilidad de la endometriosis está asociada a la inflamación que genera y, en algunos casos, al hecho de que el tejido endometrial obstruye las trompas, cosa que imposibilita el embarazo. «El factor que continúa teniendo más peso a la hora de conseguir un embarazo es la edad, que está relacionada con la calidad del óvulo. Padecer endometriosis no tiene por qué ser un obstáculo. En todo caso, si después de un año de investigación activa la mujer no se queda embarazada, analizamos el caso», asegura.

 

No condiciona el parto ni la salud del bebé

«El embarazo de una paciente con endometriosis no necesariamente tiene que ser más complicado que el de cualquier otra mujer ni condiciona el parto, excepto en algún caso muy excepcional», afirma de Guirior. Más bien al contrario, ya que los síntomas de la dolencia desaparecen durante el periodo de gestación porque la progesterona, la hormona del embarazo, inactiva el tejido endometrial. El hecho de que la madre tenga endometriosis tampoco afecta a la salud del bebé. Lo que sí que es importante es hacer un abordaje integral de la dolencia, tanto durante el embarazo como antes, y la nutrición es un elemento crítico que puede condicionar la calidad de vida de la paciente.

Según la profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud y directora de la especialización  Nutrición y Estilos de Vida Saludables de la Mujer de la UOC Marta Massip, «los estrógenos son clave en la patogénesis de la endometriosis, una dolencia que tiene un alto componente inflamatorio y que es sensible a los radicales libres de oxígeno. Así, los elementos de la dieta que modulan la actividad de los estrógenos y la respuesta inflamatoria pueden ser de ayuda para mejorar los síntomas y la progresión de la dolencia».

Massip, también investigadora del grupo epi4health de la UOC, recomienda a las pacientes el consumo de una serie de alimentos: fruta y verdura, por su actividad antioxidante y por ser ricas en fibra, un componente que tiene capacidad para regular los estrógenos activos circulantes; ácidos grasos esenciales como el omega-3 (presente en alimentos como el pescado azul o las nueces), que pueden calmar el dolor de la endometriosis, y vitaminas C y E, que actúan como un escudo contra los radicales libres y pueden modular la inflamación. También recomienda la vitamina D, que regula la respuesta inflamatoria. Además, hay que mantener unos niveles de hierro adecuados, moderar el consumo de carne roja, que puede causar desequilibrios hormonales, y reducir la ingesta de alcohol al mínimo, ya que el alcohol aumenta la actividad de la aromatasa, enzima que interviene en la síntesis de los estrógenos y estimula la inflamación.

Las recomendaciones dietéticas son las mismas que para cualquier mujer durante el embarazo y en el periodo de lactancia de la criatura. Así, Massip explica que «hay que seguir una dieta equilibrada y variada que permita cubrir los requisitos nutricionales de la madre y el bebé. Y no solo eso, también hay que prestar atención a otros factores que aportan calidad de vida: ejercicio físico, descanso y apoyo emocional». Además, propone dejarse asesorar por un profesional de la nutrición para garantizar la incorporación de todos los nutrientes necesarios a la dieta.

 

Un paso adelante en la calidad de vida de las pacientes

Aunque todavía no existe un tratamiento específico para curar la endometriosis, recientemente se ha aprobado en España la comercialización de dos fármacos nuevos que actúan hormonalmente y pueden hacer desaparecer hasta un 80 % de los síntomas en la mayoría de las pacientes. En todo caso, «queda mucho por hacer, vamos muy por detrás en comparación con otras dolencias que tienen una prevalencia mucho menor. Es importante incrementar los esfuerzos para conseguir un tratamiento específico que actúe sobre el tejido endometrial fuera de su localización normal», explica de Guirior, que quiere dar un mensaje de esperanza a las pacientes: «Cada vez se dedican más recursos a investigar sobre tratamientos y mejorar el diagnóstico. Estamos en el buen camino. En los próximos años veremos una revolución en esta dolencia».