La economía española comienza 2025 con un buen dato de crecimiento anual

Los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral del primer trimestre de 2025, publicados hoy por el INE, registran un aumento trimestral del PIB del 0,6%, que se traduce en un 2,8% en términos anuales. De esta forma, se confirma una desaceleración del crecimiento en 5 décimas respecto al último trimestre de 2024. No obstante, este crecimiento sigue siendo elevado, especialmente en comparación con nuestros homólogos europeos, y marca un inicio de año en positivo, a la espera de que se puedan medir los impactos de la política arancelaria de los Estados Unidos y de los recientes conflictos geopolíticos en este segundo trimestre, sobre todo tras la agresión de Israel y EEUU a Irán, que ha desembocado en un nuevo episodio bélico.

En este sentido, destaca, por el lado de la demanda, que el consumo de los hogares se incrementa en un 3,7% anual y que la inversión lo hace en un 4,2%, datos muy similares a los que se registraron el pasado trimestre. En las importaciones se registra una aceleración de su tasa anual de seis décimas, hasta llegar al 4,4%, mientras que las exportaciones desaceleran hasta el 2,7%. Por el lado de la oferta, todos los sectores aumentan su actividad respecto al mismo trimestre de 2024: el sector primario es el que más lo hace (6,6%) y la construcción el que menos (1,8%).

Estos datos refuerzan la idea de que la economía española ha logrado una mayor capacidad de resiliencia ante las presiones derivadas de los mercados internacionales, que es consecuencia, de un lado, de un moderado grado de exposición a la subida arancelaria, y de otro, del positivo efecto de las políticas aplicadas, como sucedió con la respuesta dada a la crisis inflacionaria. El resultado es una economía que crece más que la media europea, que crea mucho empleo y cada vez de mayor calidad y que ha logrado moderar la inflación hasta el 2,5% de media en lo que va de 2025, logrando a la vez un aumento de los salarios de convenio incluso por encima de los umbrales mínimos acordados por los interlocutores sociales en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) 2023-2025, que eran del 3% (actualmente crecen un 3,4% en promedio). 

En este contexto, el incremento de los salarios no sólo constituye una mejora en las condiciones de vida de la mayoría social, sino que se revela como un elemento imprescindible para sostener el actual ciclo de crecimiento económico. El dinamismo del consumo privado, que representa una parte sustancial del PIB, depende directamente de la capacidad adquisitiva de los hogares. Una evolución salarial positiva fortalece la demanda interna, consolida la inversión empresarial orientada al mercado nacional y contribuye a mantener el empleo. En consecuencia, seguir impulsando la negociación colectiva y asegurando mejoras retributivas sostenidas es una condición necesaria para que el crecimiento económico sea duradero, equilibrado y socialmente justo.

Pese a esta situación de bonanza económica sostenida, siguen existiendo debilidades asociadas a nuestro modelo productivo que requieren de una actuación urgente. Por un lado, la reindustrialización del país es una necesidad cada vez mayor, de manera que se pueda llevar a cabo una transición ecológica justa que posibilite un crecimiento sostenible. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia orienta la política económica en esta dirección y, gracias a los Proyectos Estratégicos de Transición Económica (PERTE), se está invirtiendo en sectores punteros como el aeroespacial o el de producción de microchips. Sin embargo, la inversión productiva sigue sin alcanzar los niveles óptimos para generar un crecimiento estable en el medio y largo plazo. A ello se suma la persistente crisis de acceso a la vivienda, que está afectando gravemente a amplias capas de la población trabajadora y comprometiendo tanto la cohesión social como la competitividad de los territorios. Afrontarla requiere de una política pública decidida en materia de vivienda que garantice precios asequibles, amplíe el parque público residencial y frene la especulación.

Otro aspecto relevante en este sentido es la política monetaria decidida por el Banco Central Europeo (BCE), que ejerce de canalizador de recursos a las entidades bancarias para facilitar o dificultar el acceso a crédito. A pesar de haber subido de julio de 2022 a noviembre de 2023 los tipos de interés hasta valores inéditos en más de dos décadas, la realidad es que actualmente estos ya han descendido hasta el 2% y, previsiblemente, continuarán reduciéndose. Una política monetaria más expansiva desde el BCE podría facilitar el impulso económico que necesitan muchos países europeos que están al borde de la recesión o con crecimientos muy bajos y ayudaría a España a elevar la inversión productiva, además de reducir los intereses de la deuda. Todo ello en un momento estratégico, en el que está en juego el reforzamiento del proyecto europeo y de su modelo de bienestar social, amenazado por las presiones existentes para elevar de manera drástica el gasto armamentístico.

En definitiva, la economía española comienza el año 2025 con un buen dato de crecimiento anual, un 2,8% que coloca las previsiones de crecimiento en el conjunto del año en el entorno del 2,5%. Aun así, los acontecimientos en el ámbito internacional pueden truncar o dificultar dicho crecimiento, por lo que será preciso realizar un seguimiento de lo sucedido y evaluar su impacto en las siguientes publicaciones de la Contabilidad Nacional. En cualquier caso, la transformación del modelo productivo español constituye una necesidad impostergable para mejorar la capacidad de generar riqueza y distribuir sus resultados de manera más eficiente y equitativa.

Datos

Los datos definitivos de la CNTR registran una tasa de variación anual del PIB del 2,8%, seis décimas inferior a la del trimestre anterior, de manera que se trata de una deceleración. Por su parte, la tasa de crecimiento trimestral se ha situado en el 0,6%, una cifra una décima menor que la del último trimestre de 2024. 

Por el lado de la demanda, el consumo final de los hogares aumenta en un 3,7% anual, una décima más de lo que lo hacía el último trimestre de 2024, lo que muestra una estabilidad en el crecimiento del consumo muy positiva para la economía española. La inversión crece en este caso un 4,2%, que pese desacelerar dos décimas sigue siendo un buen dato. Por ello, la demanda nacional aporta 3,2 puntos al crecimiento del PIB anual, lo que significa que el sector exterior no ha contribuido al crecimiento en esta ocasión; de hecho, resta cuatro décimas. Eso sucede pese a que las exportaciones crezcan un 2,7% porque, en contraposición, las importaciones lo han hecho un 4,4%. Ahora bien, analizando las tasas trimestrales se registran un 1,7% y un 1,6% respectivamente, por lo que no parece que hayan sufrido impactos considerables derivados de los anuncios arancelarios que precedieron la subida generalizada del 2 de abril. 

Por parte de la oferta, todos los sectores económicos presentan crecimientos trimestrales. En términos anuales también se incrementan todos ellos; la agricultura lo hace en mayor medida (6,6%), seguido del sector servicios (3,1%), después la industria (2,2%) y, por último, la construcción (1,8%). El sector primario continúa registrando crecimientos muy elevados (una tasa promedio del 8,9% en los últimos dos años) mientras que la industria desacelera su aumento anual por segundo trimestre consecutivo. Estos dos sectores son clave para una más que necesaria autonomía estratégica por lo que debe apoyarse el buen desarrollo del sector agrario y generar las condiciones para un crecimiento sostenido de la industria. 

Por último, respecto al empleo, las horas efectivamente trabajadas se reducen en términos trimestrales un 0,5%, como consecuencia de la estacionalidad propia del primer trimestre, aunque crece un 2,1% interanual. Por su parte, los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo registran un incremento trimestral del 0,9% y en términos anuales lo hacen un 2,9%. En total hay 20.476.900 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, que son 585.400 más que hace un año.

 

 


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