La delegación vasca rinde homenaje a Ignacio Ellacuría y al resto de los llamados Mártires de la UCA, en el 35 aniversario de su asesinato en El Salvador

La delegación vasca, encabezada por el director de Derechos Humanos y Víctimas, Jagoba Álvarez, realizó ayer un emotivo homenaje al sacerdote vasco Ignacio Ellacuría y a los demás “Mártires de la UCA”, asesinados en El Salvador hace 35 años. El acto, que incluyó una ofrenda floral en el campus de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), lugar donde fueron asesinados, también recordó a los otros cinco jesuitas y a las dos mujeres salvadoreños, que también perdieron la vida a manos de un comando de élite del Ejército de El Salvador.

El director de Derechos Humanos y Víctimas, Jagoba Álvarez, depositó un ramo de flores en el monolito instalado en el campus de la UCA. Al acto también asistieron representantes de eLankidetza-Agencia Vasca de Cooperación y Solidaridad, el Parlamento Vasco y organizaciones de derechos humanos y cooperación (Bakerako Lankidetza Batzarrea BLB, Paz y Solidaridad Euskadi y Zehar-Errefuxiatuekin, además de la Coordinadora de ONGD de Euskadi.

La ofrenda floral tuvo lugar ayer lunes, 27 de enero, a las 15:00, hora local de El Salvador, en el marco de la visita a este país por parte de una delegación vasca, que tiene como objetivo realizar un seguimiento a las personas y colectivos que han participado en NARE, Programa Vasco de Protección para Defensoras y Defensores de Derechos Humanos. Un total de 13 personas forman parte de dicha delegación, que visita El Salvador y que concluye el 30 de enero.

El director de Derechos Humanos y Víctimas, Jagoba Álvarez, ha explicado que con este homenaje se busca recordar y reivindicar el legado de los llamados “Mártires de la UCA”, quienes, liderados por el rector de la universidad, Ignacio Ellacuría, estaban comprometidos con el pueblo salvadoreño y con la búsqueda de la paz. “El legado de Ellacuría sigue vivo”, ha subrayado Álvarez, quien ha destacado que sus asesinatos no han logrado silenciar su mensaje a favor de la construcción de la paz a través del diálogo y la reconciliación.

Por último, el director de Derechos Humanos y Víctimas del Gobierno Vasco ha insistido en la importancia de seguir apoyando programas como Nare, que dan esperanza y representan un motor de cambio que busca contribuir a crear un mundo donde prevalezcan la paz, la justicia y el respeto a la dignidad de cada persona. “Todavía queda mucho por hacer, y la sociedad vasca tiene un papel fundamental en la construcción de un futuro donde la dignidad humana y los derechos de todas las personas sean respetados», ha concluido.

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