Si una buena novela literaria tuviera tantos capítulos como los que han sumado las reivindicaciones de las Islas Verdes para mejorar su conectividad marítima y aérea, el autor de dicha obra aún no podría escribir su último capítulo. Este tema, que es una prioridad para la cohesión territorial e igualdad de oportunidades de los habitantes de La Gomera, El Hierro, La Palma y Tenerife, sigue sin la respuesta adecuada.
Hace ya 50 años se iniciaron las conexiones marítimas entre el Puerto de Los Cristianos y el resto de las islas occidentales. Este avance marcó un antes y un después en la movilidad de El Hierro, La Palma, La Gomera y Tenerife, que han encontrado en esta infraestructura portuaria su principal puerta de entrada y salida. Actualmente, el puerto registra más de 1,8 millones de pasajeros y 530 mil vehículos anuales, cifras que reflejan su importancia.
Sin embargo, esas mismas cifras también muestran el problema que enfrentamos: el Puerto de Los Cristianos se ha quedado demasiado pequeño para soportar la movilidad que requieren estas islas. Hasta ahora, no se ha implementado ninguna solución real, más allá de mensajes publicitarios que carecen de una respuesta concreta y efectiva a corto, medio y largo plazo. Esta situación preocupa profundamente a quienes dependemos de este puerto, que son fundamentalmente los habitantes de las Islas Verdes, pero también los habitantes de la isla de Tenerife.
Un refrán popular dice: «lo que no se ve, no se sabe». Bajo esta premisa, quizá sea hora de invitar a todos los responsables públicos implicados a experimentar, durante un fin de semana cualquiera, lo que padecen diariamente los herreños, palmeros, gomeros y tinerfeños que transitan por este puerto. No es raro que las travesías sean más cortas que el tiempo que lleva salir del barco y llegar a la autopista del sur.
No podemos seguir aplazando una respuesta real a esta demanda. El progreso económico de estas islas depende, en gran medida, del tráfico de pasajeros, mercancías y vehículos que pasa por Los Cristianos. El presente y el futuro de las Islas Verdes no serán los mismos si seguimos prolongando la agonía de un problema que exige una solución real y urgente, del mismo modo que es urgente descongestionar las colas y el malestar en la autopista del sur de Tenerife, para hacer de ella una infraestructura moderna y adecuada para los ciudadanos canarios.
Resulta asombroso que, durante más de 20 años, hayamos planteado una solución clara, como es Fonsalía, y que ahora, tras haber ejecutado su acceso, redactar el proyecto y hacer la declaración ambiental e incluirlo en el planeamiento de la isla, se descarte sin un análisis riguroso de los pros y los contras, y sin dar respuesta alternativa al colapso, pero el Parlamento es soberano y ha dicho no a Fonsalía.
Algunos señalan el Puerto de Granadilla como una posible alternativa para mercancías, a pesar de que no lo es para pasajeros. Sin embargo, las navieras ya han alertado de las dificultades de operatividad para los fast-ferries que actualmente operan entre las islas, al igual que lo han hecho con el Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Este último, por la desproporcionada duración de los trayectos que superarían las tres horas.
En este contexto, las opciones son limitadas, pero podemos optar por desarrollar y abordar un plan integral para Los Cristianos que contemple tanto el puerto como sus accesos, con todas las dificultades que ello conlleva.
Hemos perdido demasiado tiempo. Desde La Gomera no estamos dispuestos a desperdiciar ni un minuto más. Es hora de actuar con responsabilidad y entender que este es un asunto que nos compete a todos. Ya no se trata solo de voluntades, hace falta tomar una decisión. El Estado, la Comunidad Autónoma, los cabildos de El Hierro, La Palma, La Gomera y Tenerife, junto al Ayuntamiento de Arona debemos determinar la solución. Nadie debe ponerse nervioso cuando desde La Gomera queremos prestar nuestra ayuda para acabar con este problema. Hasta agosto de este año esperaremos por esa respuesta.
Casimiro Curbelo
Presidente del Cabildo de La Gomera.