El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha aprobado esta semana declarar Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento, la iglesia parroquial de La Asunción de Nuestra Señora, en Valdemorillo, mientras que el yacimiento de la villa romana de La Torrecilla, en Perales del Río, lo hará en la categoría de Zona Arqueológica.

El templo, de notable interés arquitectónico e histórico, constituye una construcción de estilo tardogótico castellano, relacionada con los talleres abulenses, con fachada de estilo herreriano fechada entre los siglos XV y XVI. Emplea piedra de granito, sobria pero monumental, claramente influenciada por el gótico abulense.
Se incluye así en un grupo de iglesias de la zona occidental de la región que limita con la provincia de Ávila, concretamente en la zona sur de la Sierra de Guadarrama, en la que se sitúan también las de Cerceda, Cadalso de los Vidrios, Cenicientos, Navalagamella, Robledo de Chavela y Villa del Prado.
Los especialistas atribuyen la cabecera a Juan Campero El Viejo, uno de los maestros destacados de la citada escuela. Además, la construcción del último tramo de la nave y la fachada occidental, con la que se concluye esta iglesia a finales del siglo XVI, corresponde a Bartolomé Elorriaga, uno de los maestros que trabajó en las obras del monasterio de El Escorial.
Por su parte, el yacimiento de La Torrecilla fue localizado en 1979 en Perales del Río, Getafe, y desde entonces hasta 1987 fue objeto de excavaciones que se reanudaron en 2016. Corresponde a una hacienda rural de la época romana constituida por estancias residenciales y domésticas, a la que se asocia la necrópolis conocida como El Jardinillo, ubicado a 200 metros.
Se trata de una villa de modelo romano típico del Mediterráneo oriental con un patio o peristilum central, poco frecuente en la región madrileña. Entre los materiales localizados, de notable importancia, destacan los mosaicos, estucos, losetas de yeso con relieves y decoración floral y geométrica y cerámica en buen estado de conservación. Además, es uno de los pocos yacimientos donde se ha encontrado nácar.
Hasta el momento es una de las villas mejor analizadas a nivel científico gracias a un estudio integral llevado a cabo en los años ‘80 que dio lugar a una monografía publicada en el año 2000.