Una tesis doctoral –desarrollada por Manuel Carpio en la Universidad de La Rioja- sostiene que la Compañía de Jesús no fue el único factor que provocó la caída en desgracia del marqués de la Ensenada; y descubre su penetración en la Orden de Calatrava para mantener y ennoblecer su red política,
Estas son algunas de las conclusiones de la tesis doctoral Manuel Carpio González, que ha obtenido el grado de doctor por la Universidad de La Rioja tras la defensa de su tesis titulada ‘El marqués de la Ensenada y la Iglesia. Aproximación a su relación con la Compañía de Jesús’, por la que ha logrado la calificación de sobresaliente por parte del tribunal.
Desarrollada en el Departamento de Ciencias Humanas de la Universidad de La Rioja, en el marco del programa de Doctorado 681d (Real Decreto 99/2011), esta tesis –tutorizada por José Luis Gómez Urdáñez hasta su fallecimiento en octubre de 2023- ha sido dirigida por Cristina González Caizán (Universidad de Varsovia) y Pepa Castillo Pascual (Universidad de La Rioja).
La tesis es fruto de una detallada investigación de Manuel Carpio González sobre las relaciones de Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada, con la Iglesia en general y, más concretamente, con la Compañía de Jesús; así como sobre la red clientelar tejida en torno a la Orden de Calatrava.
La investigación del doctor Carpio partía de la hipótesis de que los jesuitas fueron la causa de la desgracia del marqués de la Ensenada, pero ha demostrado que no es la única sino un cofactor no solo en su destitución tras el complot orquestado por el duque de Huéscar, Ricardo Wall y el embajador inglés Benjamin Keene en junio de 1754; sino también, y de forma más evidente, en su definitivo exilio en Medina del Campo ordenado por el conde de Aranda tras el motín de Esquilache en marzo de 1766.
Gracias a su tesis, el doctor Manuel Carpio afirma que varias fueron las causas que concurrieron en la caída en desgracia del marqués de la Ensenada. En primer lugar, las consecuencias del Tratado de Límites con las guerras guaraníes y la actuación del Padre Rávago, confesor del rey Fernando VI.
La tesis fue dirigida por el catedrático José Luis Gómez Urdáñez hasta su fallecimiento
A este se le acusó de connivencia con jesuitas supuestamente rebeldes, mientras que a Zenón de Somodevilla, de haberse chivado al hermanastro de Fernando VI, el entonces rey Carlos VII de Nápoles, y que luego sería Carlos III de España.
Otra concausa fue el Concordato que, aunque constituyó un éxito regalista para Fernando VI, dejaba a las órdenes religiosas en manos del Padre Rávago, ahora más ministro de asuntos religiosos que nunca.
Esto no hizo más que incrementar la inquina de agustinos, franciscanos y dominicos contra los jesuitas, contra los que tenían múltiples casos pendientes: jansenismo del agustino cardenal Noris, pérdida del confesonario religioso, monopolio de la enseñanza, no pago de diezmos en indias con el consiguiente enriquecimiento de la Compañía, control de conciencias de la nobleza, etc.
Por último, también actuó contra el marqués de la Ensenada el Catastro, ya que era la única contribución que hacía tributar al estamento alto, sin títulos de propiedad en los más de los casos, por haberse apropiado de bienes inmuebles como consecuencia de malos usos medievales; estando por el contrario los jesuitas exentos, ya que todas sus propiedades eran frutos de legados y donaciones.
LA ORDEN DE CALATRAVA
Además, la tesis doctoral de Manuel Carpio ha descubierto la penetración de la red política del marqués de la Ensenada en la Orden Militar de Calatrava, en la que entró ayudado por ensenadistas ya calatravos.
Zenón de Somodevilla usó la Orden como vehículo de ennoblecimiento de su red política, estudiada en su momento por Cristina González Caizán, ya que era el mismo rey quien otorgaba la dignidad (el manto y la cruz) en virtud de ser Gran Maestre; y en las pruebas de limpieza de sangre unos eran testigos de otros.
La relación del marqués de la Ensenada con la Compañía de Jesús fue doble. Por una parte, su relación con el confesor regio el P. Rávago con el que intentó tener unidad de acción; y, por otra, su relación con los jesuitas, que nunca fue de favor puesto que Zenón de Somodevilla actuó siempre a favor del Estado y sobre todo como ministro de Hacienda.
Los jesuitas y el padre Rávago eran muy regalistas, pero aquellos se aprovecharon calladamente de la presencia de Ensenada en el Ministerio e iniciaron su caída tras el destierro de Ensenada y la salida de Rávago del confesionario regio.
En su investigación, el doctor Carpio ha analizado fuentes originales depositadas en el Archivo General de Simancas, Archivo Histórico Nacional y Archivo Histórico de la Compañía de Jesús en Loyola, además de un exhaustivo análisis de toda la bibliografía hasta ahora publicada.