La Comisión de Convivencia se presenta en el Paraninfo de Ortega, Lorca o María Zambrano

Texto: Alberto Martín, Fotografía: Jesús de Miguel – 14 may 2025 13:55 CET

El Paraninfo de las Facultades de Filosofía y de Filología ha sido testigo este 12 de mayo de la presentación de la Comisión de Convivencia de la UCM. Y lo ha sido de manera buscada, como destacó Victoria Miguélez, la presidenta de este nuevo servicio que busca, ante todo, fomentar un ambiente de respeto y armonía en la universidad, porque no puede haber mejor lugar para hablar de convivencia que “entre las viejas paredes que acogieron a Ortega y Gasset, Lorca o María Zambrano, entre otros”.

 

La Comisión de Convivencia es la respuesta de la UCM a una ley, la 3/2022 de Convivencia Universitaria, que derogaba el hasta entonces vigente -aunque no utilizado desde hacía ya bastantes décadas- Reglamento de Disciplina Académica de 1954. La nueva Ley pedía a las universidades desarrollar instrumentos menos punitivos que garanticen la convivencia entre todos los sectores universitarios, es decir, entre estudiantes, profesores y personal técnico, de gestión y de administración y servicios (PTGAS).

 

La nueva Comisión es el resultado de un largo trabajo –“un parto largo, pero placentero”, lo definió el presidente de la Delegación Central de Estudiantes (DCE), Pablo Pezo- en el que han participado representantes de todos los señalados sectores, alentados por la propia institución, a través de diferentes órganos y servicios como el Defensor del Universitario, la Inspección de Servicios, el Instituto Universitario de Mediación (IMEDIA), el Psicall, las delegaciones del rector de Políticas Sociales, Igualdad y Promoción de la Cultura Preventiva, y el Vicerrectorado de Estudiantes. También los integrantes de la Comisión han sido elegidos de manera igualitaria entre los tres sectores. Victoria Miguélez es la presidenta; Christian Eduardo Durán, el vicepresidente; Paula Viviana Moyano-Cires, la secretaria; siendo el resto de integrantes los PDI Elena María Ayllón y Manuel San Andrés, los estudiantes Raquel Pozo y Pablo Pezo y los PTGAS Pedro Bas y Mónica Arias.

 

La presidenta explicó cuáles son los objetivos de la nueva Comisión y cómo va a ser su funcionamiento. Entre los primeros, destacó los de promover la convivencia positiva -recordando la riqueza de la diversidad-, tratar de prevenir los conflictos o atajarlos antes de que vayan a más, y promover modalidades alternativas para su resolución. Una de estas alternativas, la mediación, es piedra angular en el funcionamiento de la Comisión. Sus miembros y colaboradores han recibido formación a través del IMEDIA, y cuentan con este instituto, con su director, Ignacio Bolaños, a la cabeza, para asesorarles en todo momento. No obstante, Victoria Miguélez aclara que la Comisión no sustituye a los órganos preceptivos en la tramitación de expedientes, sanciones, etcétera, y que, incluso, una de sus funciones es derivar a esos órganos los casos que les competan. La Comisión de Convivencia hará, eso sí, todo lo posible para que los problemas no vayan a más, para que los malos entendidos o, por ejemplo,  las divergencias de opiniones no se conviertan en algo más grave. “Convivir en paz -señaló la presidenta de la Comisión- consiste en aceptar las diferencias y tener la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir de forma pacífica y unida. Las personas que conformamos la comunidad universitaria nos pasamos muchas horas de nuestra vida en la universidad y la vida humana precisa del trato de unos con otros”, concluyó.

 

En sus primeros meses de funcionamiento -la Comisión está constituida desde julio de 2024- ya le han llegado casos procedentes de la Inspección de Servicios, del Vicerrectorado de Estudiantes, del Psicall, y también a través de la propia web de la Comisión, en la que se ha habilitado un formulario de contacto para que cualquier complutense “puede iniciar un caso ante la Comisión de Convivencia de la UCM

 

La presentación de la nueva Comisión tuvo dos invitados de honor -además de la vicerrectora de Estudiantes, Rosa de la Fuente, quien ejerció de maestra de ceremonias durante toda la jornada-: el filósofo José Luis Pardo y la cantante, socióloga y activista feminista Lourdes Pastor. Pardo ofreció una conferencia sobre Convivencia. En ella detalló como el mundo actual no vive sus momentos de mejor convivencia, ni mucho menos, sino que sufre una polarización exacerbada. Es por ello por lo que se agradece este tipo de iniciativas que llaman a poner freno a este sinsentido, y más aún si estas provienen de la universidad. “Cuando acabe esta guerra, en la que todos somos combatientes, y en cierto sentido también víctimas, que alguna vez acabará, la universidad seguirá siendo uno de los instrumentos imprescindibles para articular la convivencia civil y, dicho de otra manera, combatir la desigualdad, combatir la coacción”.

 

Lourdes Pastor, por su parte, fue nombrada “Embajadora de la Convivencia de la Universidad Complutense”, uniéndose al también cantante Jorge Drexler, nombrado en enero de 2023. En esta ocasión es la Comisión de Convivencia la que lleva a cabo el nombramiento. Su presidenta, Victoria Migúelez, expuso los motivos: “Lourdes reúne por si misma muchas cualidades para hablar de convivencia. Cordobesa, hija de padre gitano y madre paya, en este año 2025, declarado “Año del pueblo gitano” corre por sus venas la convivencia de razas. Está considerada entre las voces que reinterpretan la tradición del flamenco en sus letras. Letras en las que hace un posicionamiento vital que habla de derechos humanos, feminismo, convivencia y libertad. A través de la palabra y la música nos invita a la reflexión. Y aún hay más: Lourdes conjuga la creación artística, en la que queda de manifiesto su mestizaje, con la impartición de conferencias y talleres”.

 

La artista no solo agradeció el nombramiento –“No puede haber un título más bonito que este”, exclamó– sino que obsequió a los asistentes con un pequeño concierto en el que interpretó los temas, acompañada por la guitarra de Ángel Dobao, “Andaluces de Jaén”, versión del poema de Miguel Hernández, en el que incluye a las mujeres, “las más explotadas de entre los explotados”, “13 Rosas, memoria”, tema principal del documental “Las cartas perdidas”, por el que estuvo nominada al Goya a la mejor canción original; “Palabras para Julia”, del poeta José Agustín Goytisolo, “una de las canciones más bellas que existen y que siembra esperanza, que es tan necesaria en los tiempos que corren”, y “Bello Ciao”, versión de reivindicación feminista de la popular canción italiana Bella Ciao: “Porque mi vida me pertenece: bello ciao. […] Porque soy libre, soy libre y consciente, porque en mi vida mando yo”.

 

La universidad de los cuidados

Junto a la presentación de la Comisión de Convivencia, la jornada celebrada en el Paraninfo de las facultades de Filosofía y Filología también dedicó un espacio a los programas que la Complutense destina a los estudiantes más vulnerables. La proyección del documental “Dignidad”, del profesor complutense Sergio Rodríguez Blanco, promovido por el Observatorio del Estudiantes de la UCM, dio pie a recordar, como el mismo profesor señaló, que en la universidad “no todo el mundo tiene las mismas circunstancias” o que, como enfatizó la vicerrectora Rosa de la Fuente, casi nunca “sabemos quién tenemos delante”.

 

La vicerrectora explicó como el buzón de necesidades que su Vicerrectorado abrió al producirse el confinamiento por Covid-19 hizo que quienes allí trabajan “aprendiéramos un montón”. Por ejemplo, que hay estudiantes que viven en situación de vulnerabilidad extrema, personas como Sara y Carlos, que protagonizan el documental, que hasta hace no demasiado ni siquiera se sentían con derecho a ser parte de la universidad, y que ahora, gracias en buena medida a programas como el Concepción Arenal, creado después de la pandemia con una ayuda económica de 4.500 € al curso y acompañamiento a sus beneficiarios, les ha “afianzado su sensación de ser”, les ha dado ese pequeño empujón que necesitaban. También en esa misma línea va el Campamento de Vocaciones Lamarr, que junto a la Fundación Tomillo y el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, permite a jóvenes, “que quieren, pero creen que no pueden”, pasar unos días en la Universidad, conocerla y enterarse de las posibilidades y ayudas que tienen a su disposición para pasar a formar parte de ella. La vicerrectora no solo defiende esta “universidad de los cuidados”, sino que enfatiza su necesidad. Gracias a ella jóvenes refugiados de Nicaragua, Palestina o Ucrania, también pueden ser hoy parte de la Complutense y la Complutense de sus vidas.