El director general de Cultura, Roberto Iturriaga, ha visitado hoy, 18 de diciembre, la biblioteca y archivo del Instituto de Estudios Riojanos, acompañado por la gerente del IER, Penélope Ramírez, y el responsable del área, Ignacio Peso. Fundado en 1946, el IER “prosigue con la importante labor de reunir, catalogar, conservar y poner a disposición de los riojanos diferentes documentos relativos a la cultura y el patrimonio histórico de La Rioja de variada índole conformando en la actualidad un catálogo de cerca de 43.000 títulos”, ha destacado Iturriaga.
En el Palacio de los Chapiteles, en el centro de Logroño, se ubica la sede del IER, una entidad cuyo objetivo fundamental, como ha recordado Ramírez, “es promover la investigación, la difusión y divulgación de la ciencia y cultura riojanas, y sus valores, con una visión multidisciplinar e intersectorial”. Pieza clave de esa labor son la Biblioteca y el Archivo, situados en la primera planta del palacete del siglo XVI, que en la actualidad dispone y ofrece un catálogo de cerca de 43.000 títulos, 17.612 de fondo antiguo y 1.368 títulos en la hemeroteca. Una colección que, como ha destacado Iturriaga, “ha aumentado un 56% en los últimos diez años, gracias a un trabajo constante de este servicio de biblioteca y archivo del IER”.
Como ha confirmado Iturriaga, “en la actualidad la Biblioteca se ha centrado en las actuaciones encaminadas a la adquisición de fondo antiguo riojano con piezas muy variadas, como partituras, incunables, mapas, folletos, manuscritos, carteles, programas de fiestas, propaganda, pliegos de cordel, etc. A todo ello, se debe sumar los 50.000 documentos pendientes de catalogar”.
En el año 2024, bajo el impulso del Gobierno de La Rioja, el IER ha adquirido 421 obras. Entre todas ellas destacan, entre otros, el manuscrito firmado por los Reyes Católicos; varios privilegios reales; obras impresas por Guillen de Brocar como ‘El espejo’, datada en 1057; así como otras obras de autores riojanos que, hasta ahora, no tenían presencia en bibliotecas patrimoniales de La Rioja, como es el caso de la ‘Suma de Geographia’ de Martín Fernández de Enciso; ‘Historia del Gran Reino de la China’ de Juan González de Mendoza; ‘Historia de las grandezas de la ciudad de Ávila’ de Luis de Ariz; o ‘Practica de Fuentes y sus utilidades’ del cirujano Matías de Lera. Entre los documentos exhibidos hoy, Ramírez ha destacado los referidos al político riojano Práxedes Mateo Sagasta que resultarán fundamentales el próximo año con la celebración del bicentenario de su nacimiento, una fecha que animará a la adquisición de nuevos títulos y obras del riojano.
Para el año 2025, como han adelantado tanto el director como la gerente del IER, la biblioteca aumentará su presupuesto para adquisiciones de los 51.000 euros destinados en 2024 a los 68.900 euros previstos para el próximo año 2025. Una cuantía que se habilitará para la adquisición de libros y documentos históricos, en diferentes formatos y soportes, para seguir ampliando así la documentación y el legado del patrimonio histórico de la región.
Un importante catálogo abierto a su consulta y al interés de los investigadores
Como ha destacado Ignacio Peso, responsable de la Biblioteca y el Archivo desde hace quince años, esta área del IER ha impulsado diferentes proyectos de catalogación, digitalización, planes de restauración y conservación, así como la gestión del departamento de adquisiciones, priorizando la compra de fondo antiguo riojano, tanto a nivel nacional e internacional. De esta forma, se atiende el servicio de información y referencia, en el que se resuelven las demandas de información de los investigadores, y de los ciudadanos en general referentes a cualquier necesidad de información relacionada con La Rioja. Algunas de estas consultas son derivadas desde los propios Servicios de Atención al Ciudadano (SAC) del Gobierno de La Rioja y llegan desde diferentes puntos del país, o desde otros países.
Un perfil de usuarios que, como ha explicado Peso, ha evolucionado con el tiempo. “Antes, nuestras colecciones atraían a eruditos locales —médicos, maestros, sacerdotes— que con gran rigor académico escribían monografías sobre el territorio, su historia y sus gentes. Estos usuarios solían centrarse en los archivos como principal fuente de información, dando lugar a transcripciones de documentos históricos y trabajos en disciplinas como la etnografía, los anales o artículos en revistas culturales y científicas. Lamentablemente, muchos de ellos, debido al ciclo de la vida, ya no están con nosotros”.
En la actualidad, el servicio del IER, atiende una amplia variedad de consultas, presenciales, telefónicas y telemáticas. “Aunque no las contabilizamos, somos conscientes de la diversidad de intereses de quienes se acercan, motivados no solo por el valor de nuestras colecciones, sino también por el componente humano que buscamos ofrecer. Nuestro objetivo es actuar como facilitadores, asesorando para que el ciudadano aproveche al máximo la información disponible. Queremos que quienes nos visitan no perciban que están solos frente a libros o documentos, sino que se sientan acompañados en el proceso de descubrimiento”. De esta forma, ha añadido, “asumimos un rol dinámico y cercano, procurando que cada interacción sea gratificante. Personalmente, me siento afortunado de trabajar rodeado de fondos excepcionales y de poder compartir con el público la memoria colectiva depositada en este lugar”.
Como ha detallado Peso, el acceso libre está limitado a los materiales de consulta de la biblioteca de referencia, de esta forma, los materiales que forman parte del patrimonio bibliográfico se resguardan en depósitos cerrados y acondicionados, priorizando su conservación sobre su acceso.
La biblioteca se encuentra en un edificio monumental con espacios fijos que limitan el crecimiento de la colección. Para solventar esta situación, se han establecido depósitos externos, destinados a materiales con bajos índices de consulta.
Así, la gestión de los depósitos y la organización del fondo bibliográfico deben cumplir diferentes requisitos como temperatura, humedad, medidas de prevención y control de plagas, garantizar el aislamiento o su ubicación en espacios libres de polvo y contaminantes. Unas condiciones que desde el IER se aseguran y garantizan para preservar este importante legado para la sociedad riojana y para futuras generaciones.
De esta forma, “cada material exige unas condiciones de preservación diferentes y especiales, que se deben respetar a la hora de organizar el fondo y gestionar los depósitos de la biblioteca”. En cuanto a los tipos de materiales, en la biblioteca del IER se pueden encontrar: fondo antiguo, folletos, material sonoro, materiales audiovisuales, recursos electrónicos, material gráfico (fotografías, dibujos, grabados, estampas…), material cartográfico (mapas, atlas, fotografías aéreas) publicaciones periódicas (revistas, periódicos.), y microfilms entre otros.
Criterios de selección y adquisición de los fondos del IER
En esa destacada labor de conservar, difundir y enriquecer el patrimonio histórico de La Rioja, el IER ha asumido una importante responsabilidad relacionada con la adquisición de nuevos fondos bibliográficos. Este proceso implica decisiones fundamentadas en criterios técnicos y especializados que garantizan el aporte significativo de estas obras al patrimonio cultural.
Por ejemplo, tener en cuenta el criterio de adquisición, ya que “no todas las bibliotecas pueden asumir este tipo de adquisiciones. Por lo general, son instituciones con un fondo antiguo relevante y con una vocación clara de reconstrucción patrimonial, ya sea a nivel local, regional o nacional”. En el caso de fondos especializados, “las obras seleccionadas son, en muchos casos, representativas y escasamente presentes en bibliotecas del entorno, lo que otorga un valor añadido a su incorporación en nuestros fondos. También se puede hablar de la adquisición retrospectiva, “un concepto que define nuestro enfoque y que no solo se orienta a las grandes obras, sino también a aquellas más raras y difíciles de encontrar en el mercado”.
Atendiendo siempre al ámbito de La Rioja, entre los criterios de selección figuran la disponibilidad y la viabilidad presupuestaria para su adquisición; el nivel de interés, evaluando la relevancia de la obra para los objetivos fijados por la entidad y su capacidad de enriquecer nuestro patrimonio; el estado físico y de conservación del ejemplar, asegurando su preservación y posterior accesibilidad; y, por último, el valor económico sujeto a las dinámicas de la ley de la oferta y la demanda.
Un proceso de selección y adquisición que, como ha subrayado Peso, “conlleva, en ocasiones, la renuncia a otras oportunidades del mercado. Por ello, es crucial calibrar la relación entre lo que compramos y lo que dejamos pasar. Además, la rapidez en la toma de decisiones juega un papel fundamental: cuanto más se retrasa, menores son las posibilidades de adquirir obras únicas y valiosas para La Rioja y los riojanos”.