28.01.25
Es doctor cum laude y con mención internacional en ciencias de la computación por la Universidad Politécnica de Madrid en 2023.
Es investigador del Laboratorio de Sistemas Interactivos Avanzados (MadHCILab) en la ETSI Informáticos y del AgeingLab en el Centro de Tecnología Biomédica (CTB). Ha sido invitado al National Institute of Informatics en Tokio, Japón, en 2016 y 2019, y fue Ingeniero Informático especializado en Sistemas Distribuidos en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en 2016-2017. Su investigación se centra en la inteligencia artificial distribuida y la experiencia de usuario en sistemas interactivos inteligentes, sistemas multi-agente e interacción humano-agente.
Ha sido docente en el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (U-TAD), adscrito a la Universidad Camilo José Cela, y en la universidad CEU San Pablo. Actualmente es profesor Ayudante Doctor en la ETSI Informáticos e imparte docencia en los grados de Ingeniería Informática y diversos Máster de la escuela, los cuales incluyen asignaturas como Interacción persona-Ordenador, Desarrollo Software basado en Agentes, Sistemas interactivos y Fundamentos de Videojuegos, entre otros. También es miembro fundacional del Grupo de Innovación Educativa del mismo laboratorio (GIE-SINUA) desde 2024. Su labor en innovación docente está enfocada en el uso y desarrollo de los videojuegos como escenario vehicular del aprendizaje de la Ingeniería Informática y de la incorporación y uso ético de la IA generativa en el aula por alumnos y profesores en clase.
Para José Mª Barambones, “este premio no hubiera sido posible sin el apoyo de mis compañeros de trabajo profesores, pero es sobre todo gracias a la confianza depositada por los alumnos en mi labor y en la confianza mutua que surge en clase. En mi breve experiencia, los alumnos perciben la falta de cohesión en el contenido y actividades que imparten a lo largo de su vida universitaria, reforzando su síndrome del impostor a la hora de plantear proyectos más complejos en los cursos más altos y/o en sus prácticas. Fomentar el uso de todas las herramientas a su disposición y formar lazos de colaboración tanto en equipos pequeños y como colectivo cohesionado en el aula les ha permitido integrar e implementar teoría y práctica de una forma que ni los propios alumnos ni mis compañeros profesores se esperaban. Con todo esto y para mí, este reconocimiento supone desde la humildad confirmar la efectividad en la confianza mutua alumno-profesor, así como reivindicar la labor docente centrada en el alumno siempre y cuando estos reciban el apoyo y los recursos necesarios para una docencia de calidad, justa y ética”.