El embajador de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Amir Saeid Iravani, indicó este viernes que las acciones de Israel contra su país constituyen una «declaración de guerra» y en las que EE.UU. se ha convertido en su cómplice.
«Anoche, el régimen israelí, el régimen más peligroso y terrorista del mundo, con plena inteligencia y apoyo político de la administración estadounidense, llevó a cabo una serie de ataques militares coordinados y premeditados en múltiples ciudades de Irán», indicó el diplomático, citado por IRNA, durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad en Nueva York para discutir los ataques israelíes contra Irán.
Iravani agregó que «estos actos de agresión y ataques ilegales se dirigen a instalaciones nucleares pacíficas, emplazamientos militares, infraestructura civil vital y zonas residenciales». Además, señaló que uno de los objetivos clave de Israel es la instalación nuclear de Natanz, «un sitio protegido bajo la plena vigilancia del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)».
«Estas acciones equivalen a una declaración de guerra. Son los últimos de un largo y bien documentado patrón de comportamiento anárquico, desestabilizador y agresivo del régimen israelí, un régimen que actúa con impunidad porque está protegido por poderosos aliados. Esto debe terminar», dijo el vocero iraní.
Iravani denunció que «está fuera de toda duda», «la complicidad» de EE.UU. en esas acciones que calificó de «ataques terroristas». «Los funcionarios de EE.UU. han confesado expresa y descaradamente su ayuda y asistencia deliberadas en los crímenes y graves violaciones que el régimen israelí cometió anoche, incluida su transferencia deliberada de armas».
Ante esto, el diplomático señaló que Irán no olvidará que en estos ataques parte de la población iraní «perdió la vida como resultado de los ataques israelíes con armas estadounidenses». Además dijo que se trató de una «agresión intencional, coordinada y plenamente respaldada» por un miembro permanente del Consejo de Seguridad: EE.UU., lo que constituye «una grave violación del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas».
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