La OCDE ha publicado un informe que explora el papel emergente de la inteligencia artificial (IA) en el sector sanitario. El documento remarca la importancia de la IA a la hora ayudar a superar los desafíos del sistema sanitario, tales como la escasez de personal y la atención en países con poblaciones envejecidas, optimizando diagnósticos y tratamientos.
La inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de salvar muchas vidas y dicha tecnología podría evitar muchas de las muertes que ocurren hoy en día. En 2023, por ejemplo, se estima que alrededor de 163.000 personas en Europa murieron debido a errores médicos, y un 30% de dichas muertes se atribuyen a fallos de comunicación, las cuales se podrían haber evitado. Por ello, la IA es ideal para mejorar la comunicación, al proporcionar la información correcta a las personas adecuadas en el momento adecuado, lo que ayuda a prevenir errores, salvar vidas y mejorar los resultados de salud. Además, la IA puede ayudar en el tiempo necesario para realizar diferentes tareas para que los profesionales de la salud se centren más en el cuidado de los pacientes, gracias a la automatización de hasta el 36% de las actividades sanitarias y sociales. Este ahorro de tiempo es crucial puesto que, en los próximos años, se estima que habrá un déficit de 3,5 millones de profesionales de la salud en los países de la OCDE y será necesario suplir esa carencia de personal.
Asimismo, la IA puede proteger la infraestructura digital de los sistemas de salud frente a ciberataques y ayudar al posible análisis de una gran cantidad de datos que a día de hoy no son analizados por falta de capacidad.
Sin embargo, el informe también advierte de los posibles riesgos que conlleva el uso de esta tecnología: los sesgos en los algoritmos, las brechas en la privacidad y la posibilidad de que las innovaciones solo beneficien a ciertos sectores de la población son preocupaciones importantes. Es por ello por lo que la OCDE insta a los gobiernos a adoptar marcos regulatorios claros para mitigar estos peligros y garantizar que los beneficios de la IA se distribuyan de manera equitativa.
Desafíos en la implementación
Uno de los mayores obstáculos para el uso efectivo de la IA en la salud es la falta de interoperabilidad entre los sistemas y el acceso desigual a los datos. La OCDE también enfatiza la necesidad de una supervisión adecuada para evitar que el desarrollo de la IA avance sin controles suficientes, lo que podría aumentar la desconfianza pública.
También subraya la necesidad urgente de poner en práctica los principios de IA en las políticas y la práctica del sector sanitario. Argumenta que, aunque ya existe un consenso internacional suficiente sobre los principios para el desarrollo responsable de la IA en salud, es fundamental avanzar hacia su implementación efectiva. Esto incluye maximizar la interoperabilidad de las políticas entre países, aprender de las mejores prácticas en otros sectores y fomentar enfoques coherentes para la supervisión y el cumplimiento.
Para ello, la OCDE ha adoptado unos principios de IA los cuales han sido aceptados por todos los países miembros. Dichos principios, enfatizan la importancia de poner a las personas en el centro del diseño de la IA para que esta tecnología tenga un enfoque centrado en los seres humanos. De todas formas, el documento aclara que solo es el principio y para que realmente sean efectivos dichos principios, deben crearse herramientas, políticas y mecanismo de cumplimiento adecuados.
Por otro lado, la acción gubernamental es crucial para optimizar los beneficios de la IA en salud, al tiempo que se mitigan los riesgos. Para lograr esto, es necesario adaptar las legislaciones, establecer reglas claras para el acceso a los datos personales de salud y promover la colaboración entre diferentes industrias y regiones.
La OCDE sugiere que se necesita liderazgo, inversión y coordinación para asegurar que la IA en la salud beneficie equitativamente a toda la sociedad y respete los derechos fundamentales, como la privacidad y la igualdad. De lo contrario, la IA puede perpetuar soluciones fragmentadas, aumentar los costos y generar resultados contraproducentes.
En resumen, la IA promete ser una herramienta poderosa para mejorar la atención sanitaria, pero su implementación debe gestionarse con cuidado para evitar los riesgos asociados. La OCDE aboga por un enfoque equilibrado que permita aprovechar el potencial de la IA mientras se protegen los derechos y la seguridad de los y las pacientes.
Para más información sobre el estudio, puede consultar el documento completo “IA en la Salud” (“AI in Health Huge Potential, Huge Risk, OCDE 2024) publicado por la OCDE en 2024.