Madrid, 11 de junio de 2025. Las olas de calor se han vuelto más frecuentes, intensas y prolongadas, y afectan de forma especialmente grave a las personas mayores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren aproximadamente medio millón de personas en todo el mundo a causa del calor extremo. De estas, alrededor de 175.000 fallecen en Europa, y la mayoría corresponde a las personas mayores. En España, el informe global 2025 de la ONG Human Rights Watch revela que el 95% de las muertes relacionadas con el calor en 2024 fueron de personas mayores de 65 años.
HelpAge International lleva años alertando sobre la especial vulnerabilidad de las personas mayores frente a las olas de calor y otros fenómenos climáticos extremos, debido a una serie de “multiplicadores de riesgo”. Las personas mayores son más propensas a deshidratarse, a padecer un agravamiento de enfermedades crónicas y a experimentar dificultades para regular su temperatura corporal. A ello se suman las malas condiciones de muchas viviendas, que suelen carecer de aislamiento térmico o sistemas de refrigeración adecuados, y la ausencia de redes familiares o sociales de apoyo. Ante esta realidad, se propone desde hace tiempo la creación de refugios climáticos accesibles, cercanos y bien equipados, especialmente en barrios con alta concentración de población mayor. Estos espacios, como centros de día, bibliotecas o parques con sombra deben permanecer abiertos y operativos durante los picos de calor, estar señalizados de forma clara y ser comunicados adecuadamente a la ciudadanía, en especial a quienes viven solos o en situación de dependencia.
La OMS recomienda diseñar “ciudades y comunidades amigables con la edad y el clima”, integrando un enfoque climático en las políticas de envejecimiento saludable. En este sentido, España ya ha comenzado a dar pasos importantes: Barcelona fue pionera en 2020 y hoy cuenta con más de 150 puntos de refugio distribuidos por toda la ciudad. Otras ciudades internacionales como Chicago, París o Seúl también lideran el diseño y la implementación de estos servicios.
“No basta con recomendar quedarse en casa o beber agua. Es imprescindible ofrecer soluciones reales, espacios seguros y accesibles donde las personas mayores puedan refugiarse del calor y sentirse acompañadas”, señala Isabel Martínez Lozano, presidenta de HelpAge International España.
Las personas mayores necesitan respuestas públicas específicas, adaptadas a sus circunstancias. De lo contrario, el envejecimiento y el calentamiento global se convierten en una combinación letal. Por ello, desde HelpAge International España hacemos un llamamiento a las autoridades locales, autonómicas y estatales para que prioricen la creación, adecuación y ampliación de refugios climáticos.