Vienen de lugares tan diferentes como Japón, Argentina, Estados Unidos o Suecia. Han elegido este año al Universitat Politècnica de València para continuar sus estudios, y lo han hecho con todas las consecuencias: también, viviendo las fallas en su propia piel.

Cada año, la falla Avinguda de Tarongers-Camí de Vera, la falla del Politècnic y única comisión que planta en un campus universitario, invita a varios estudiantes internacionales a vivir con ellos las fiestas josefinas. Les visten con indumentaria valenciana, peinan a las falleras con sus topos y sus pintas, y solo les piden a cambio una cosa: que disfruten de las fallas.

Melanie, desde Estados Unidos, o Franco, desde Argentina, son algunos de los estudiantes que este año se han apuntado a esta vivencia. Este martes su jornada empezó temprano, peinándose y vistiéndose en el casal de la falla para trasladarse al Ayuntamiento de València a disfrutar de la mascletá.

Sabían a lo que iban, y lo dieron todo. Desde el balcón disfrutaron del espectáculo pirotécnico que disparó la pirotecnia Tomás y que hizo vibrar a la plaza. Pero la experiencia fue más allá, porque un día tan importante bien merecía una recepción a la altura. La comitiva fallera, acompañada por el rector de la UPV, Pepe Capilla, parte de su equipo, y los cargos de la falla del Politècnic, fueron recibidos por las falleras mayores de València y Paula Llobet, concejala de Turismo, en el Salón de Cristal del consistorio valenciano.

Por delante tienen ahora una semana repleta de actividades que vivirán junto a la falla, una comisión que les acoge y les permite vivir, como el resto de falleras y falleros, unas fallas inolvidables.