El fotoperiodismo ha centrado las dos últimas sesiones del tercer Seminario Permanente de Periodismo en Zonas de Conflicto “Julio Anguita Parrado”. Reflexiones en torno a la imagen fotográfica, la intersección entre el arte y la fotografía o la ética en el fotoperiodismo de conflictos han sido algunos de los temas centrales de debate de la charla ofrecida por Chema Conesa, fotógrafo y periodista, y el debate a tres bandas entre Gervasio Sánchez, Walter Estrada y Ricardo García Vilanova.
Chema Conesa, que también es comisario de la exposición fotográfica “Creadores de conciencia”, realizó una disertación sobre las distintas formas de abordar la fotografía. Desde la instantánea hasta la edición con Inteligencia Artificial, Conesa argumentó que “la fotografía no demuestra nada, solo sugiere”. En su recorrido por los distintos estilos, repasó la obra y el abordaje fotográfico de nombres icónicos de la historia de la fotografía, desde los retratos crudos de Atin Aya hasta la intervención total de las imágenes de Cristina de Middel o Gregory Crewdson, la búsqueda del puro placer estético en las fotos de Manuel Otumuro o la edición de imágenes icónicas en la obra de Eugene Smith. Asimismo, comparó fotos muy famosas, ganadoras de premios como el World Press Photo, con referencias artísticas de las que beben, por ejemplo, la icónica imagen de Samuel Aranda tomada en Yemen en 2011 que ha sido comparada con la “Piedad” de Miguel Ángel. “Al final, todos los fotógrafos buscamos una imagen claramente elegible, sea cual sea la técnica o el estilo”, argumentó Conesa.
Una parte importante de su intervención se centró en las dificultades a las que se enfrenta el periodismo y el fotoperiodismo para discernir la veracidad y la credibilidad de la información, no solo por la irrupción de la tecnología y dispositivos móviles al alcance de cualquiera, sino también por las nuevas posibilidades que ofrece la Inteligencia Artificial. Conesa animó a los jóvenes presentes en la sala a “dudar” de las informaciones e imágenes gratuitas. “Vosotros, que estáis expuestos a centenares de imágenes al día, ¿hay alguna que se os quede anclada y os sirva para pensar?”, interpeló a los estudiantes.
GALERÍA FOTOGRÁFICA RESUMEN DEL SEMINARIO
Contra la romantización de la guerra
Ayer jueves fue el turno de los fotoperiodistas Ricardo García Vilanova y Walter Astrada, que ofrecieron su testimonio al estudiantado de centros de secundaria, Derecho y Filosofía y Letras. A través de la muestra de sus imágenes y de material audiovisual, Ricardo García apeló a dejar de abordar los conflictos como si fueran una película de acción con música trepidante e intérpretes atractivos. En la guerra, argumentó, no valen los mismos códigos que la “burbuja en la que vivimos”, tal y como mostró en un crudo vídeo de una batalla de Libia. “Lo que nosotros, como fotoperiodistas, sentimos en esos momentos de peligro no es relevante”, argumentó, “porque es nuestro trabajo y lo hacemos porque queremos. Somos meros transmisores. Lo importante es lo que les sucede a las personas que están atrapadas en esos conflictos y que no tienen elección”, indicó; “por eso, el foco no hay que ponerlo en nosotros, sino en ellos”. Ricardo García Vilanova, que pasó seis meses secuestrado en Siria por el ISIS, insistió en su posición de acercarse con empatía y respeto a las víctimas de los conflictos, y apeló al poder de contar historias personales concretas, pues “los conflictos se deshumanizan por completo cuando hablamos solo de cifras y no de personas”. Asimismo, habló del poder de la imagen como herramienta de transformación social, en la cual afirma seguir creyendo, porque la alternativa, indicó, es que no haya testigos directos de los conflictos, “y esa es una peor alternativa”. Aun así, dejó espacio también para la crítica hacia la actitud de muchos medios occidentales por distinguir entre “muertos de primera y de segunda”, en referencia al “falso pudor” a la hora de mostrar imágenes de las víctimas de los atentados de Las Ramblas, en Barcelona, pero no dudar a la hora de abrir portadas con la foto de Aylan, el niño sirio ahogado en una playa de Turquía.
Estas ideas fueron argumentadas y corroboradas por Walter Astrada, fotoperiodista argentino ahora fincado en España, quien también defendió la necesidad de contar con testigos directos en primera línea, puesto que “cuantas más cámaras se apagan, más mentiras se encienden”, aseveró. El fotógrafo argentino compartió con el estudiantado impactantes imágenes de sus reportajes en conflictos de Kenia y Madagascar, algunas de las cuales le han hecho acreedor del World Press Photo en tres ocasiones. Tras este último viaje, Astrada relató que se decidió a dejar el periodismo de guerra por los dilemas morales que le producía trabajar con ciertos medios de comunicación occidentales y sus políticas de publicación. Astrada relató cómo ahora retrata otro tipo de violencias, conflictos cotidianos, especialmente las violencias que sufren las mujeres en países como Congo, Guatemala o India.
Por la tarde se celebró una mesa redonda en el Rectorado donde estuvieron presentes ambos fotógrafos, así como el codirector del seminario, Gervasio Sánchez. Se volvieron a tratar muchos de estos temas, así como la precariedad de los periodistas en las empresas informativas españolas y cómo ello va en detrimento de la calidad periodística, el papel de la tecnología y la irrupción de la Inteligencia Artificial y sus implicaciones en la veracidad de las fuentes, o la ética en el periodismo de conflictos, entre otros temas.