Fotografía de compromiso y cercanía

Hasta el próximo 14 de febrero podrá visitarse, en la Biblioteca Federico Sanz de la Universidad de Burgos, la exposición “Gagauzia” del fotoperiodista Diego Herrera Carcedo. Esta muestra fotográfica ofrece una profunda mirada a la vida cotidiana, los problemas sociales, la historia, la cultura y la religión de Gagauzia, una región autónoma al sur de Moldavia, habitada por la minoría étnica gagaúz.

Durante la inauguración, Carlos Lozano, director de Actividades de la Universidad de Burgos, mostró su satisfacción por presentar el trabajo de un egresado de la UBU – finalizó sus estudios de Comunicación Audiovisual en 2017, donde además ejerció como fotoperiodista hasta 2019 – que ha logrado importantes reconocimientos, como el Premio Internacional Rey de España de Periodismo de Fotografía 2024, por su trabajo ‘Ucrania, crónica en imágenes de un año de guerra’ «reflejar perfectamente la muerte y la precariedad» del conflicto, causado por la invasión rusa de Ucrania.

Lozano, también señaló el compromiso de Herrera con la ética periodística y su vocación de contar en imágenes historias que nos acercan la realidad de conflictos como el de Ucrania o Armenia, la crisis de refugiados en Grecia, o, como en este caso, la cotidianeidad del pueblo gagaúz.  Además, puso en valor un trabajo que ha tenido eco en medios de comunicación internacionales como The Guardian, Liberation, BBC, CNN, Zeit, Time, NBC News, Fox News, El País, El Mundo, La Vanguardia…

Como explicó Herrera en la inauguración, los gagaúz, cuya lengua pertenece a la familia turca, han mantenido a lo largo de los siglos una identidad cultural única, que combina influencias de Rusia – incluida una cierta nostalgia de la era soviética – y Turquía, pero que también se ve marcada por su cristianismo ortodoxo. A través de su trabajo fotográfico, ha retratado las tradiciones, los desafíos económicos y la difícil situación social de una población que, a pesar de sus profundas raíces y sentido de comunidad, enfrenta una constante fuga de jóvenes hacia otros países “la mayoría de la población está migrando debido a las dificultades de la vida en la región. Esta es una minoría vulnerable, y es importante visibilizarla.”

Para lograr este enfoque antropológico, Diego ha convivido con esta población durante meses, algo que ha dotado a sus imágenes de cercanía y humanidad que sería imposible de otra manera.

“Durante más de un año he convivido con Ana, una periodista de 82 años, he aprendido ruso y establecido relaciones de amistad con personas a las que visito cada vez que regreso”, cuenta Diego para explicar como ha logrado esa visión tan íntima del pueblo gagaúz.

La invasión de Ucrania

El conocimiento del idioma y la facilidad de Diego para acercarse a la gente también le ha permitido cubrir en profundidad la invasión rusa de Ucrania. “Estaba trabajando sobre el conflicto latente en el Donbas cuanto tuvo lugar la invasión y me desplace hasta el frente”, recuerda destacando que, al tener coche propio y no necesitar interprete, pudo hacerlo de forma más ágil que otros colegas.

A lo largo de estos casi tres años, Herrera ha demostrado que la fotografía puede ser una herramienta poderosa para contar y entender las realidades sociales y políticas de las personas “lo que da valor a las fotos es el poder contar lo que has vivido allí, lo que has visto, lo que te han contado y mi enfoque siempre ha sido estar cerca de la gente, convivir con ellos, comprender su historia y sus sentimientos”, afirma, subrayando la importancia de un periodismo que valore la cercanía humana y la interacción directa con las comunidades. Precisamente esta implicación y esta proximidad es algo que echa de menos en algunos colegas, que trabajan “como si estuvieran en un safari”, algo que le ha sorprendido y decepcionado.

Sobre la situación actual del conflicto, el fotoperiodista reflexionó también sobre el impacto de la cobertura mediática y comentó que ha percibido una disminución en el interés internacional y la repercusión que eso tiene, “eso provoca también que la moral baje, porque cuando se habla poco se olvida más”.  En cuanto a la posible evolución, en su opinión, el conflicto no se extenderá más allá de este 2025 y que “aunque Rusia gané terreno en Ucrania, perderá la guerra, porque muchos países que estaban bajo su influencia, en su mayoría ex repúblicas soviéticas, ahora se alejan de ella”.

Diego volverá a Ucrania en las próximas semanas a Ucrania para retomar su trabajo. “Viajaré hasta Kostiantynivka, una ciudad a unos 10 km del frente, donde convivo con un grupo de bomberos, hacia la que el ejército ruso avanza en los últimos meses, así que probablemente tengamos que replegarnos”.