La era del reparto discrecional y del clientelismo kirchnerista en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) ha llegado a su fin con la nueva administración.
En sintonía con las reformas impulsadas por el presidente Javier Milei, el INCAA inicia un proceso histórico de transformación, centrado en la transparencia, la eficiencia y la verdadera promoción del talento. Se reemplaza el viejo esquema de subsidios manejados a conveniencia por una selección rigurosa y objetiva de proyectos audiovisuales.
En este marco, el instituto ha abierto la inscripción al Registro Único de Comités y Jurados, una iniciativa que busca garantizar que la evaluación de los proyectos sea realizada por verdaderos profesionales del sector, alejados de la política y el amiguismo.
Con este cambio, se terminan los privilegios de un pequeño círculo que se beneficiaba de fo+ndos públicos sin rendir cuentas, y se inaugura un nuevo sistema donde solo los proyectos con verdadero valor artístico y cultural recibirán apoyo estatal.

El reordenamiento de los recursos permite ahora premios más grandes para quienes realmente lo merecen, poniendo fin a los subsidios repartidos de manera discrecional. Se acabó la década en la que el dinero del INCAA servía para financiar proyectos de amigos del poder sin criterios objetivos.
La convocatoria está dirigida a profesionales de la industria audiovisual interesados en formar parte de los jurados y comités que tendrán la responsabilidad de seleccionar los mejores proyectos.
La participación en este registro es voluntaria y no implica retribución económica, lo que garantiza que quienes integren el jurado lo hagan por vocación y compromiso con el propio arte y la industria cinematográfica. Además, los jurados podrán seguir presentando sus propios proyectos a los premios, eliminando cualquier posible conflicto de interés.

«Si alguna vez recibiste apoyo del INCAA, es hora de devolverlo», reza el comunicado oficial, llamando a quienes fueron beneficiados en el pasado a contribuir en la selección de nuevos talentos. Y para aquellos que nunca recibieron respaldo del organismo, también se abre la posibilidad de formar parte del jurado y aportar su experiencia en este proceso de cambio.
Con esta medida, el INCAA deja atrás décadas de favoritismo y uso discrecional de los fondos públicos para dar paso a una nueva era de transparencia, meritocracia y verdadero fomento del talento. Un cambio estructural que refuerza la visión de un Estado eficiente, que deja de ser una caja política y se convierte en un verdadero impulsor de la creatividad cultural argentina.