La otra cara del teletrabajo: dolencias físicas que pueden cronificarse
Desde la irrupción de la pandemia, el teletrabajo se ha convertido en una modalidad estable en múltiples sectores. Aunque aporta ventajas en términos de conciliación y flexibilidad, también ha generado una nueva realidad laboral que, en muchos casos, se desarrolla en entornos no preparados físicamente para una jornada prolongada. Más allá de los riesgos psicosociales, el trabajo a distancia está provocando un incremento de trastornos musculoesqueléticos y visuales, vinculados directamente a la actividad profesional y, por tanto, susceptibles de ser considerados enfermedades profesionales, especialmente cuando derivan de una exposición prolongada sin medidas preventivas adecuadas (Álvarez y cols., INSST, 2022; OIT, 2022).
Un puesto no diseñado para trabajar
Los entornos domésticos no siempre cuentan con el equipamiento ergonómico necesario: sillas sin soporte lumbar, mesas bajas o pantallas mal posicionadas generan sobrecargas físicas sostenidas. La falta de pausas activas y la prolongación de la jornada acentúan el riesgo. Las enfermedades profesionales derivadas del teletrabajo incluyen una serie de patologías bien definidas, reconocidas por el RD 1299/2006 y ampliamente documentadas en literatura científica y sindical. Entre ellas se encuentran:
- Lumbalgias crónicas: inflamación de los discos intervertebrales y contracturas paravertebrales.
- Cervicalgias: afectación muscular y nerviosa por prolongadas posturas de flexión o extensión de cuello.
- Tendinitis del manguito rotador: sobrecarga por movimientos repetidos del hombro (De Palma, 2020).
- Epicondilitis lateral (codo de tenista) y epitrocleitis: provocadas por el uso prolongado del ratón o teclado (Vaquero-Abellán y cols., 2015).
- Síndrome del túnel carpiano: compresión del nervio mediano en la muñeca, con sintomatología neurosensorial.
- Astenopía ocupacional: visión borrosa, cefaleas y fotofobia derivadas del uso prolongado de pantallas (Royo y Nogareda, 2018).
Figura 1. Trastornos más frecuentes en el teletrabajo (Elaboración propia a partir de INSST, 2022).
Estas dolencias están recogidas en el Cuadro de Enfermedades Profesionales (RD 1299/2006), dentro del grupo 2 (enfermedades causadas por posturas forzadas y movimientos repetitivos), y en el grupo 4 en el caso de enfermedades visuales vinculadas a pantallas.
Datos que preocupan
Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (Álvarez, T. y cols., 2022), más del 60% de las personas que trabajan desde casa manifiestan síntomas de fatiga física vinculados a malas posturas o equipos inadecuados. El 35% refiere dolores musculares frecuentes, y un 20% ha necesitado atención médica por molestias persistentes. Además, se detecta un aumento de consultas oftalmológicas por síndrome visual informático, especialmente entre personas que trabajan más de 6 horas diarias frente a pantallas sin descansos intermitentes (Eurofound, 2021).
Figura 2. Síntomas físicos asociados al teletrabajo (Elaboración propia a partir de INSST, 2022)
Marco legal y prevención
La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales obliga a evaluar todos los riesgos inherentes al puesto, independientemente de su ubicación. La Ley 10/2021 de trabajo a distancia refuerza esta obligación en el contexto del teletrabajo. Sin embargo, muchas evaluaciones se reducen a cuestionarios autodeclarativos, sin valorar en profundidad la exposición prolongada a posturas forzadas ni realizar estudios ergonómicos individualizados (Álvarez y cols., 2022).
Propuestas para la acción preventiva
Desde una perspectiva de prevención de enfermedades profesionales, el enfoque debe ampliarse e incluir:
- Evaluación ergonómica personalizada del puesto de trabajo en casa, con seguimiento periódico.
- Dotación de equipamiento ergonómico obligatorio por parte de la empresa.
- Implementación de pausas activas dentro del horario laboral.
- Formación práctica y obligatoria en ergonomía doméstica e higiene postural.
- Seguimiento médico específico desde los servicios de prevención.
- Revisión y posible actualización del RD 1299/2006 para contemplar nuevas realidades laborales. Estas medidas se alinean con las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2022) y del propio INSST.
Conclusiones
El teletrabajo ha transformado el mundo laboral, pero también ha traído consigo nuevas dolencias que, si no se detectan y abordan a tiempo, pueden convertirse en enfermedades profesionales crónicas. Una estrategia preventiva eficaz debe mirar más allá de lo psicosocial e incorporar también el cuidado físico en los entornos laborales deslocalizados, con el reconocimiento legal y médico que ello implica. La anticipación y adaptación de las estrategias preventivas no solo protege la salud laboral, sino que también refuerza la sostenibilidad de los nuevos modelos productivos basados en el trabajo remoto.
Bibliografía
- De Palma, A. (2020). Patologías musculoesqueléticas en profesionales digitales. Revista Española de Medicina del Trabajo, 29(3), 211-218.
- Eurofound. (2021). Living, working and COVID-19 – Mental health and telework. Recuperado el 23 de abril de 2025.
- Royo, S. y Nogareda, C. (2018). NTP 139: El trabajo con pantallas de visualización. INSST. Ministerio de Trabajo y Economía Social. Recuperado el 23 de abril de 2025.
- Álvarez, T. y cols. (2022). Orientaciones ergonómicas y psicosociales en situación de teletrabajo (pdf). INSST. Ministerio de Trabajo y Economía Social. Recuperado el 23 de abril de 2025.
- Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales. BOE núm. 269, de 10/11/1995.
- OIT. (2022). Healthy and Safe Telework. Recuperado el 23 de abril de 2025.
- Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre. Cuadro de Enfermedades Profesionales. Recuperado el 23 de abril de 2025.
- Vaquero-Abellán, M. y cols. (2015). Trastornos musculoesqueléticos en los sectores socio-sanitario, hotelero y de dependencia en Andalucía. Sevilla: Laboratorio Observatorio de Enfermedades Profesionales (LADEP). Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales. Recuperado el 23 de abril de 2025.