Un proyecto impulsado por investigadores de la URV pondrá al alcance de personas mayores con demencia un robot foca para mejorar su calidad de vida y la de su entorno
En los últimos años, los robots sociales se han convertido en una herramienta atractiva de apoyo terapéutico. Poco a poco, comienzan a introducirse en el sector de los cuidados, complementando el trabajo de los profesionales en la atención a personas mayores con demencia y el acompañamiento a los pacientes de cáncer en su tratamiento o a los niños ingresados en las alas pediátricas de los hospitales. Un ejemplo destacado es Nuka, un robot con la apariencia de un cachorro de foca, desarrollado por Takanori Shibata, del Instituto de Investigación de Sistemas Inteligentes de Japón.
En este contexto, investigadores del Departamento de Antropología, Filosofía y Trabajo Social de la URV impulsan un proyecto de investigación con el objetivo de evaluar el impacto de los robots de compañía en la calidad de vida de las personas mayores con demencia y su entorno. Aunque existen algunos estudios que demuestran sus efectos positivos en situaciones de ansiedad o agresividad, el equipo de la URV estudiará la capacidad del robot Nuka para influir en las dinámicas sociales y fomentar la inclusión de personas en la comunidad. “Los aspectos tecnológicos y psicológicos de los robots han sido investigados en el pasado, pero todavía queda mucho por entender sobre su papel como herramienta de inclusión social”, considera Blanca Deusdad, coordinadora del proyecto junto a Fernando Vidal.
El proyecto, llamado MyRobot, trabajará con datos recogidos, como mínimo, en 5 residencias de Cataluña, País Valenciano, Extremadura y Castilla y León. Sin embargo, el interés que ha generado la iniciativa en su etapa inicial hace que los investigadores se planteen «ampliar la muestra en la medida de lo posible». MyRobot se desarrollará de forma colaborativa con investigadores de otras universidades españolas e internacionales y se prevé que se alargue hasta agosto de 2027.
Nuka, el robot de asistencia personal
Nuka no es sólo un dispositivo médico, sino un robot de asistencia personal diseñado para interactuar con los usuarios de forma empática. Emula la apariencia de una cría de foca ya que, normalmente, las personas nunca han interactuado con este animal y esto facilita su aceptación. “Si fuera un perro o un gato, el cerebro humano ya sabría cómo son y no habría tanta facilidad para conectar con el robot; se le vería como una herramienta y no como un animal de verdad”, explican los investigadores.
“Una de las preguntas clave del proyecto es cómo se percibe Nuka; ¿es un dispositivo, un animal de mentira, o se puede llegar a ver como una persona?”, se pregunta Deusdad. El proyecto también investigará si su uso modifica las relaciones familiares y sociales del usuario y aportará información para comprender los procesos de aceptación de tecnologías avanzadas en este colectivo.
El uso de robots sociales como Nuka representa un paso importante hacia una atención más inclusiva y humanizada para personas mayores con demencia y otro tipo de pacientes. Este proyecto no sólo busca documentar sus beneficios, sino también establecer los aspectos éticos y sociales para su implementación a gran escala. Con el tiempo, pueden convertirse en herramientas indispensables en residencias y hospitales.