En la asignatura de Innovación y Emprendimiento, estudiantes de la URV buscan soluciones a problemas planteados por empresas e instituciones del territorio
Aportar soluciones que respondan a las necesidades de la sociedad es una de las misiones de la Universidad. La transferencia de conocimiento y la transferencia tecnológica implica una relación estrecha entre el mundo académico y el tejido productivo que normalmente se hace en esta dirección, de la universidad a la empresa, pero para encontrar respuestas a los desafíos actuales, la relación también puede ser a la inversa.
Es lo que este cuatrimestre se han propuesto en la asignatura de Innovación y Emprendimiento que cursan los estudiantes de cuarto curso del grado en Ingeniería Biomédica y del grado en Ingeniería de Sistemas y Servicios de Telecomunicaciones. Empresas e instituciones públicas del territorio les han planteado retos reales para los cuales tendrán que crear innovaciones que den respuesta a estos desafíos.
“El curso pasado, en esta asignatura salieron ideas muy interesantes, pero no tenían continuidad. Este año, para que el trabajo que hacemos en el aula pueda tener un impacto real, hemos invitado administraciones públicas y empresas, algunas emergentes, a que nos planteen sus retos y podamos encontrar soluciones”, explica Maria Santos, profesora en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSE).
Cada grupo de estudiantes trabaja en un reto concreto, y una persona mentora de la empresa hace un seguimiento para que la propuesta se ajuste a las necesidades reales. El objetivo final de la asignatura es que cada grupo cree un producto mínimo viable que resuelva el problema y que, a la larga, se pueda desarrollar. “Tienen que ser soluciones tangibles, que se puedan implementar e, incluso, que lo puedan hacer los mismos estudiantes, puesto que este trabajo se puede convertir en su primer reto profesional”, asegura Santos.
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Los estudiantes ya han mantenido el primer encuentro con sus mentores, y ahora tienen que encontrar soluciones a retos diversos. Por ejemplo, cómo poner en marcha una nueva línea de negocio relacionada con el cultivo de insectos, encontrar la manera más óptima para prever el uso del transporte en la demarcación de Tarragona y poder hacer previsiones más reales que favorezcan la movilidad, o cómo la tecnología puede mejorar el bienestar de las personas mayores de 55 años en entornos rurales, entre otros.
Saül Garreta es uno de los mentores de esta iniciativa, y el reto que ha planteado a los estudiantes está vinculado a lo que define como “evolución del hogar”, un sistema en que la vivienda se adapte a las personas y cubra las necesidades de cada etapa vital. “La inquietud de la juventud y sus ideas son necesarias para encontrar soluciones a los problemas complejas de hoy en día”, asegura.
Desde la Agrupación para la Promoción del Puerto de Tarragona (APPORTT) también se han implicado y han retado los estudiantes a encontrar soluciones para su proyecto de economía azul. “No habíamos participado nunca en una propuesta así, pero es muy acertado que el talento que tenemos en Tarragona intervenga y lo hagamos partícipe de nuestros proyectos”, afirma el gerente de APPORTT, Marc Roca.
“Con un trabajo así comprobamos cómo nosotros, como técnicos, podemos influir desde nuestra profesión a dar respuesta a servicios o necesidades sociales”, apunta Issam Oudriss, uno de los estudiantes. Su compañera Esther Quijada añade: “Nos acerca a los diferentes campos que hay en el mundo del emprendimiento, y a pesar de que no es una cosa que contemplaba, emprender ahora me resulta más atractivo.”