Si se quiere conocer la historia de Almería se puede acudir a la bibliografía del Instituto de Estudios Almerienses, sentarse a escuchar alguna de las conferencias de la Asociación Amigos de la Alcazaba o comprar una entrada para el musical ‘Érase una vez Almería’. Y es que a los cronistas habituales de la intrahistoria de la provincia, Ginés Valera, Antonio Sevillano y Eduardo del Pino, hay que sumar a partir de ahora a Kikín Fernández y Fernando Labordeta, que han incorporado a su humor ‘made in Almería’ la música en directo de una orquesta y las coreografías de un cuerpo de baile, para confeccionar un espectáculo redondo, con el que los almerienses disfrutarán y se identificarán. El Auditorio Maestro Padilla acogió anoche el estreno mundial y hoy repetirán sesión, a las 19:00 h, con entradas en https://almeriaculturaentradas.es y una hora antes en la taquilla del Auditorio. Dos representaciones enmarcadas en la programación de temporada puesta en marcha por el Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería.
A través de once cuadros escénicos, ‘Erase una vez Almería’ narra la historia de la provincia, desde el neolítico hasta nuestros días, en una crónica irreverente y muy divertida, donde no pueden faltar iconos de la cultura pop almeriense como el Lengüetas, el Kiosko Amalia, la Alcazaba o el deseado AVE. Por el escenario del Auditorio Maestro Padilla se pasearon anoche Neolíticos, Fenicios, Romanos, Árabes, Cristianos, Raperos que cantan y cuentan la edad moderna, Bandoleros, Arquitectos impulsores de la ciudad, ciudadanos de a pie, vendedoras de pescado, madres de ‘la desbandá’… Una serie de estereotipos interpretados por Kikín Fernández y Fernando Labordeta, cuya interpretación bordan y los llevan a su terreno para compartir su característico sentido del humor, sacando a la luz la forma de ser tan particular que tenemos de ver la vida en esta tierra. Un texto muy divertido, salpicado con alguna crítica, como es el mal endémico de la lentitud en desarrollarse los proyectos que sufre Almería, especialmente el AVE, que, según esta historia, ya se reclamaba en la Antigua Roma.
La puesta en escena está muy cuidada. Una narradora, Ana Labordeta, introduce al público en cada época, acompañada de una orquesta dirigida por Azurmendi, para dar paso al diálogo entre dos personajes históricos, interpretados por Kikín y Fernando, que actualizan la conversación con vivencias de hoy en día. Un formato que viaja en el tiempo y alternan con otras experiencias, para favorecer el dinamismo y sorpresa en el espectador, como las coreografías de cinco bailarinas, la interpretación de ‘Si vas pa la mar’, o la sentida voz flamenca de Rocío Zamora, con Antonio Luis López a la guitarra, para reflejar el cuadro entre guerras del siglo XX y la construcción de los Refugios de la Guerra Civil.
El mosaico de historias tiene como ingredientes la diversión, sorpresa y ritmo, con algunos momentos gloriosos, como descubrir que Kikín Fernández puede añadir a su currículo de director, actor y guionista, el de estupendo rapero, o la conversación entre el musulmán y el cristiano, llena de amor y previa a la Reconquista, pasando por el de los salazones de Adra, el romano… ‘Érase una vez Almería’ concluye con los dos personajes, en pleno siglo XXI, sentados, analizando la identidad almeriense, y sentencias demoledoras como la ocurrencia de construir un depuradora al lado del aeropuerto para dar la bienvenida a los turistas. Muy de Almería.
Esta producción tiene la precuela en un encargo de la Diputación para el Bicentenario de la institución provincial, a la que han enriquecido con un armazón de música y baile, en una dramaturgia de Labordeta, para convertirla en un musical, bajo la dirección y composición musical de José Azurmendi, la dirección coreográfica de Mayte Beltrán, la colaboración de Carlos Arróniz, músico y compositor, y el cuerpo técnico encabezado por Fernando Cabeo, que dotan de una atmósfera muy especial a la obra.
Bravo a Kikín y Fernando por atreverse a dar un paso adelante y adentrarse en un espectáculo redondo, con humor, música en directo y baile, que seguro hará disfrutar al público y refuerza el sentimiento almeriense. Si los escolares presenciaran esta versión de la provincia, quizás el amor por la historia crecería (Ahí dejamos la idea). El público les despidió de pie y con continuos aplausos en el Auditorio Maestro Padilla. Hoy, a las 7 de la tarde, segunda sesión.