En los últimos 25 años los tenistas profesionales se han retirado de un partido un 25% más en el circuito masculino y un 50% más en el femenino

El período competitivo en el tenis profesional se inicia el mes de enero y finaliza el mes de diciembre, lo que exige que los jugadores mantengan el máximo rendimiento deportivo durante largos períodos de tiempo. Durante los últimos años, las propias demandas del juego, que incluyen acciones de alta intensidad y explosivas, han ido aumentando progresivamente, lo que ha supuesto un incremento paulatino de las exigencias del tenis tanto desde el punto de vista físico como mental. Además, y a diferencia de otros deportes, los partidos de tenis carecen de duración fija, lo que hace que estas exigencias físicas y mentales puedan provocar un desgaste notable. Esta combinación de factores ha llevado a un incremento en los últimos 25 años de las retiradas durante los partidos por lesión o agotamiento en los circuitos profesionales que se sitúa como mínimo en un incremento del 25% en el circuito masculino (ATP) y de un 50 % en el femenino (WTA). 

Tres nuevos estudios epidemiológicos llevados a cabo por un equipo multidisciplinar e internacional de investigadores liderados por los doctores del Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña (INEFC) de la Universidad de Barcelona Ernest Baiget y Martí Casals -profesor también en la Facultad de Medicina de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC)−, junto con Miguel Crespo (International Tennis Federation, ITF) y Jordi Cortés (Universidad Politécnica de Cataluña, UPC), analizan las retiradas en estos torneos durante más de cuatro décadas, ofreciendo datos valiosos para la gestión y planificación de eventos deportivos y para optimizar las estrategias de entrenamiento de tenistas profesionales. 

Desde finales de los años noventa del s. XX, se ha observado un aumento relevante en las retiradas tanto en el circuito ATP como en el WTA, un incremento que coincide con la mayor intensidad y densidad de los calendarios de competición. Los datos subrayan la necesidad de revisar las planificaciones del descanso y recuperación de los jugadores, así como el entrenamiento para reducir el riesgo de retiradas durante los partidos. 

Las investigaciones realizadas muestran que aspectos propios de la competición como la superficie de juego, el tipo de torneo o la ronda ejercen una influencia en las retiradas de los jugadores y las jugadoras profesionales. Por ejemplo, las retiradas son más frecuentes en pistas duras, puesto que las desaceleraciones que se producen durante el juego son más agresivas e intensas y pueden provocar más lesiones. En el tenis los desplazamientos son cortos y se caracterizan por cambios de dirección constantes (de promedio unos 2,5 cambios por punto) que conllevan aceleraciones y desaceleraciones continuas. 

La investigación también evidencia que en los torneos de máximo nivel ATP y WTA las retiradas de tenistas son más habituales en torneos de categoría Máster 1000 en ATP o Premier en WTA, mostrando tasas de 1.03 retiradas en el caso de los hombres y 1.65 retiradas en el de las mujeres por cada 1.000 juegos disputados, en comparación con los Grand Slam o ATP 250 y ATP500. En torneos de segundo y tercer nivel de los circuitos ATP y WTA, los varones tienen una tasa de 1.56 retiradas por cada 1.000 juegos disputados, mientras que las mujeres tienen una tasa de 1.36. La incidencia global de retiradas en torneos ATP y WTA tour es de 0,87 en hombres y 0,81 en mujeres. Además, la edad incrementa el riesgo de retirada en los hombres, pero no tiene un efecto relevante en las mujeres. 

Copa Davis 

En el contexto de la Copa Davis, las retiradas se concentran en los partidos finales de la serie, particularmente en pistas duras, lo que revela los efectos que puede ejercer la presión competitiva sobre las retiradas. Las lesiones en las extremidades inferiores son las más frecuentes, con una incidencia de 1.05 retiradas por cada 1.000 juegos (inferior a la de torneos de los circuitos ATP y WTA). Estos datos proporcionan una información muy útil para replantear la gestión de los torneos de selecciones. 

También debe tenerse en cuenta que, según un estudio de la Copa Davis, a partir de los 27 años de los tenistas masculinos cada 5 años se duplica la incidencia de retiradas. Es decir, los tenistas de 32 años tienen una incidencia estimada de retirarse de un partido que es el doble de los de 27 años. Así pues, y teniendo en cuenta estos factores, los investigadores destacan la necesidad de personalizar las estrategias de entrenamiento y recuperación. Además, subrayan la importancia de tomar en consideración la ciencia de datos y el pensamiento estadístico y epidemiológico en tenis para diseñar estrategias basadas en evidencia, que podrían ofrecer una ventaja competitiva. 

Implicaciones para la planificación y gestión 

Las conclusiones de estos estudios pueden servir de guía para diseñar estrategias que mejoren la salud y rendimiento de los jugadores profesionales. Sus autores proponen, por ejemplo, que la ATP y la WTA valoren bien cuántas competiciones y/o partidos anuales de alto nivel puede realizar un jugador sin que su salud entre en riesgo. Otro elemento a tener en cuenta, según Ernest Baiget y Martí Casals, investigadores del INEFC, es que “a la hora de planificar el calendario de competiciones, debería pensarse bien cuál es el intervalo de tiempo necesario entre competiciones importantes para que el jugador pueda recuperarse de la competición anterior y preparar adecuadamente la siguiente”. Asimismo, convendría que las organizaciones distribuyeran el calendario en función de las superficies de juego con el objetivo de reducir el riesgo de retiradas en los distintos torneos. 

Los organizadores de torneos, entrenadores, preparadores físicos y profesionales de la salud deberían adaptar sus planes de preparación, recuperación y entrenamiento según las condiciones del torneo y las características individuales de los jugadores y las jugadoras profesionales con el objetivo de mejorar su bienestar y su salud. Esta consideración es especialmente relevante en el momento actual, en el que las demandas físicas en el tenis profesional siguen aumentando. 

Futuro de la investigación 

El tenis, y los deportes de raqueta en general, son los deportes más seguidos desde el punto de vista competitivo y más practicados en el ámbito de la salud y la recreación. Esta investigación, que abarca un amplio período de tiempo, ofrece una visión completa de la evolución sobre el fenómeno de las retiradas en la competición y permite comprender mejor algunos factores clave que las influyen. Según Baiget y Casals, «hay una creciente necesidad de recoger más datos y sistemas de información validados sobre las retiradas en el tenis y los deportes de raqueta, ya sean por lesión, enfermedad u otros factores». Estos datos pueden arrojar luz sobre aspectos menos estudiados y ayudar a desarrollar estrategias de prevención más eficientes. 

Con una mirada de futuro, los investigadores están explorando nuevos ámbitos nunca estudiados hasta ahora, como son los factores que pueden influir en los walkovers y defaults, aspectos directamente relacionados con la salud mental (componente crucial en el tenis profesional). También se plantean analizar las incidencias de retiradas en otros colectivos como son los jugadores en formación o jugadores veteranos o senior. «Es esencial promover la investigación científica en los deportes de raqueta», añaden Baiget y Casals, subrayando la necesidad de mejorar las condiciones de práctica tanto al máximo nivel competitivo como para aquellos jugadores que practican este deporte como vía para mejorar su salud. 

Los tres estudios que se han publicado han seguido los estándares de ‘Open Science’, garantizando el acceso abierto y la transparencia de los datos. En estos trabajos también han colaborado investigadores de instituciones como la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), el Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI), la Marshall University y la University of Southern California de Los Ángeles (EE. UU.).