Han empezado las obras para convertir el antiguo recinto textil de la Fàbrica Nova en un polo de tecnología y conocimiento, de la mano del Ayuntamiento de Manresa, la UPC y otros agentes vinculados a la formación y la tecnología. La primera fase de las obras incluye la rehabilitación de las fachadas y cubiertas de la nave principal, con un coste de casi diez millones de euros y un plazo de ejecución de 14 meses. El 5 de noviembre ha tenido lugar el acto institucional de inicio de obras.
05/11/2024
La Fàbrica Nova de Manresa fue el buque insignia de la economía de la ciudad. Llegaron a trabajar más de 2.500 personas a la vez, mayoritariamete mujeres. El año 1989 cerró puertas a raíz de la crisis del textil y, desde entonces, no había tenido actividad. Tres décadas y media más tarde, y después de 20 años de proyectos privados fallidos, finalmente han empezado las obras para devolver la vida al recinto y convertirlo en una ‘fábrica del conocimiento’. El 5 de noviembre se han iniciado las obras de la primera fase de la restauración, que consiste en la reforma de las fachadas y las cubiertas. El objetivo es dejar totalmente renovado el exterior del edificio, para, posteriormente, ejecutar el proyecto del interior, por el cual se está preparando el concurso. Es una actuación de iniciativa pública, después de que, en febrero del 2022, el Ayuntamiento comprara la finca.
Por la mañana ha tenido lugar el acto institucional de inicio de obras, al cual han asistido el alcalde de Manresa, Marc Aloy, y miembros de la corporación municipal; el rector de la Universitat Politècnica de Catalunya – BarcelonaTech (UPC), Daniel Crespo, junto con varios vicerrectores, la dirección de la Escuela Politècnica Superior de Ingeniería de Manresa (EPSEM) de la UPC y otros miembros de la comunidad universitaria; representantes de las mujeres que trabajaron durante décadas en la fábrica; y miembros de instituciones, entidades y otros representantes del tejido económico, social y vecinal de la ciudad y de la Cataluña central.
El rector Daniel Crespo ha afirmado: “Estamos muy contentos de dar una segunda vida a la Fàbrica Nova y ofrecer un servicio a la ciudad y a la comarca. Desde la UPC queremos contribuir al bienestar y a la economía productiva. Este es un proyecto con voluntad integradora donde queremos ofrecer docencia, investigación y formación continuada. Como motor de innovación, también queremos ofrecer a las empresas capacidades para mejorar su competitividad».
Por su parte, el alcalde de Manresa, Marc Aloy, ha explicado que “la Fàbrica Nova es un símbolo de prosperidad económica, de esfuerzo, de trabajo, de compromiso y también de lucha por los derechos laborales y de las mujeres. Fue un motor económico de esta ciudad. Hoy es un día histórico porque, después de 35 años con la fábrica parada y de deterioro progresivo, después de varios proyectos privados fallados, empezamos a devolver la vida al recinto, damos el primer paso para convertirlo de nuevo en una fábrica, ahora de conocimiento, de la mano de la UPC.»
Las cifras: 8.000 metros de fachada, 6.000 metros de cubierta, 10 millones de euros y 20 meses de trabajos
El objetivo del proyecto que hoy se empieza a materializar es rehabilitar el conjunto de fachadas y cubiertas de la fábrica, el revestimiento del edificio. Se trata de 8.000 m² de superficie de fachadas y de unos 6.000 m² de cubiertas. El coste de la actuación es de 9,92 millones de euros, que se financian con la ayuda concedida por el Gobierno español. El plazo de ejecución del proyecto es de 14 meses. El proyecto ha sido redactado por el equipo de Julià Arquitectes Asociados, y las obras irán a cargo de la unión temporal de empresas formada por Cots i Claret y Constructora d’Aro.
En concreto, el ámbito de actuación engloba la totalidad de las fachadas y cubiertas de la fábrica y un perímetro de urbanización de un metro de anchura alrededor del edificio.
Del conjunto de edificios que formaban el recinto textil queda la nave principal, que está catalogada y es patrimonio de la ciudad. Se trata de una gran nave de planta rectangular de 37 metros de anchura y 154 de largo, con una superficie total de 5.700 m², formada por dos crujías que se caracterizan por la repetición de un mismo tipo estructural hasta 38 veces. Este cuerpo consta de una planta sótano, planta baja, planta primera y un altillo. En cuanto a la estructura de cubierta, se trata de encaballadas metálicas, que quedan apoyadas sobre las pilastras de los muros de fachada y sobre los pilares metálicos del centro de la nave.
La Fàbrica Nova representa un testigo de excepción del rico pasado industrial de Manresa. Por este motivo, se plantea una actuación sencilla y clara que persigue, básicamente, la rehabilitación de las fachadas, incluyendo el tramo que actualmente está hundido, junto a la Plaça del Remei, que será reconstruido y en el futuro será el nuevo acceso a la equipación. También se recuperarán el conjunto de grandes ventanales que a lo largo de la historia han sido tapiados. Además, se rehabilitarán y consolidarán las cuatro torres que flanquean las esquinas y se renovarán todas las cubiertas.
Restitución íntegra de la nave original
La propuesta restituye íntegramente el volumen y perfilado de la nave original. Desde un punto de vista patrimonial, la propuesta se alinea con los criterios de preservación reconocidos en la ficha del catálogo de patrimonio que intenta, por encima de todo, preservar aquellos valores y atributos intrínsecos de la tipología original del edificio. En la intervención a la nave se utilizarán soluciones constructivas que permitan una lectura biográfica de la vida y las etapas de transformación del edificio.
Escombros: destapiar y desmontar
A nivel de escombros, el proyecto plantea dos estrategias: la primera consiste en abrir todas las aperturas para recuperar las características morfológicas del edificio. Estas operaciones permitirán recuperar la imagen original de la Fàbrica Nova y, a la vez, la entrada de luz a la nave.
La segunda estrategia, que afecta las cubiertas, propone su desmontaje hasta el elemento estructural, para proceder a su reconstrucción, cumpliendo con las prestaciones requeridas a día de hoy. Por lo tanto, consistirán en la extracción de elementos añadidos no originales: cerrajería, hierros, restos de obras, instalaciones obsoletas, elementos superpuestos, etc.
Fachadas: limpiar y rellenar vacíos
Las fachadas de la fábrica serán debidamente restauradas para garantizar una correcta conservación del inmueble. Estas serán limpiadas, se recuperarán los volúmenes perdidos y se rellenarán con obra cerámica los vacíos de la fachada.
Se restituirán los tramos que se han perdido y los ladrillos rotos. La consolidación estructural se basará en el desmontaje de los tramos de fachada afectados mediante la extracción de ladrillos, el cosido de las grietas y la reposición del mortero de cal de los ladrillos manuales de iguales características a los existentes. A nivel general se propone un refuerzo estructural en las cornisas de ladrillo.
En el tratamiento de la fachada se actuará únicamente en los ladrillos que presenten una degradación importante, evitando, de este modo, la implementación de una fachada excesivamente retocada y falseada.
En el tramo que da acceso a la avenida Bertrand i Serra, actualmente derrocado, se recuperarán los vacíos originales y se reharán todos los elementos. En este ámbito se hará una reinterpretación actual de la fachada original, siguiendo el mismo ritmo y orden del vacío y el pleno.
En cuanto a las carpinterías, se propone reinterpretar el diseño original, pero incorporando acristalamientos con cámara de aire y control solar, según la orientación, para mejorar las prestaciones térmicas.
Las aperturas serán sustituidas en su totalidad por carpinterías nuevas de aluminio con rotura de puente térmico en los vacíos de menor dimensión y por carpinterías con sistema de muro cortina de aluminio para las de mayor dimensión.
Cubiertas adaptadas a los nuevos tiempos
El criterio de actuación en las cubiertas se basará en la implementación de medidas para reducir la demanda energética del conjunto, así como la consolidación de la estructura actual de cubierta, realizada con perfil de acero, y la ejecución de capas de compresión en los forjados de cubierta plana, para reforzarlos.
La estructura de la cubierta se rehará en los ámbitos donde se detecte oxidación, y se protegerá mediante una pintura antioxidante. Además, se prevé la consolidación de nuevos elementos de recogida de aguas.
En las cubiertas inclinadas se desmontará la totalidad de la superficie, incluyendo la retirada de la teja plana para reposición, desmontaje del panel cerámico de apoyo y rastrillado de madera inferior. Se dejarán las encaballadas limpias de elementos añadidos, accesorios o instalaciones añadidas y se repararán los elementos malogrados.
Una vez desmontada, se implementará un sistema tipo sándwich de madera con aislamiento y se volverá a implementar la cubierta de teja original ventilada e impermeabilizada de forma contemporánea, pero manteniendo la pieza de cobertura original mediante la recuperación de tejas existentes.
En las cubiertas planas a la catalana, situadas en las torres de los extremos, se desmontarán todas las capas. Se implementará aislamiento térmico como medida para reducir la demanda energética del conjunto y se aplicará la impermeabilización adecuada para garantizar la estanqueidad al agua.
En cuanto al ámbito derrumbado de la Fàbrica Nova, se reconstruirá la cubierta utilizando el mismo sistema constructivo que en el resto de cubiertas inclinadas, sobre una nueva estructura de encaballadas metálicas equivalentes en geometría y dimensiones a las originales, dando así unidad al conjunto.
De industria textil a fábrica de conocimiento
La nave principal de la Fàbrica Nova fue construida entre 1922 y 1926, fruto de la iniciativa del empresario Eusebi Bertrand i Serra, y durante cerca de 70 años fue símbolo del progreso y la prosperidad de una ciudad con un tejido industrial textil potentísimo. De hecho, fue uno de los recintos fabriles urbanos del textil más grande del país y, en el momento de máxima prosperidad, llegaron a trabajar unas 2.500 personas al mismo tiempo, mayoritariamente mujeres. Después de una larga crisis, la Fàbrica Nova cerró puertas el 1989, causando un fuerte impacto en la ciudad.
En el año 2000 el recinto fue adquirido, a través de subasta, por una propiedad inmobiliaria que planteó un proyecto basado en la construcción de un gran centro comercial (en total se preveían 37.000 metros cuadrados de superficie terciaria, el equivalente a cuatro campos de fútbol) con galerías comerciales, salas de cine, oficinas y hoteles. Un proyecto que nunca salió adelante a pesar de que se hicieron reiteradas modificaciones del planeamiento urbanístico para hacerlo viable.
En 2020, el Ayuntamiento de Manresa tomó la iniciativa con la adquisición de los terrenos del complejo para liderar un cambio de rumbo radical con el objetivo final de que la Fàbrica Nova vuelva a ser un motor de transformación de la ciudad, en este caso desde la iniciativa pública. El Ayuntamiento es propietario del recinto desde febrero del 2022, después de largas negociaciones. La operación, impulsada en colaboración con la UPC, permitirá desencallar un ámbito histórico, reconducir el modelo comercial propuesto hace dos décadas y poner en marcha un proyecto basado en el conocimiento y la tecnología que impactará en los barrios y en la ciudad, y que tendrá también un alcance supramunicipal.
La superficie total de las cuatro fincas que se compraron representan 21.414 m² de suelo, donde existen unos derechos para edificar de 41.977 m² de techo. La compra de estas dos hectáreas, sumadas a todos aquellos espacios que ya tenían previsto un destino público por cesión, hacen que la superficie total de terrenos destinados a usos públicos sea de 62.198 m², y que en el conjunto de toda la manzana (incluyendo las piscinas municipales, el parque de San Ignacio y la guardería) se llegue a una superficie destinada a equipaciones y parques públicos de 84.415 m² .