Imagina qué hubiera pensado si el periodista del Washington Post Bob Woodward hubiera tenido acceso a internet en 1972. Seguramente las reuniones con “Garganta profunda” pasarían de la oscuridad de un parking a un chat de Telegram. Imagina qué cara hubiera puesto Miguel de la Quadra Salcedo o Jesús Gónzalez Green si le hubieran cambiado su pesada cámara de cine y micrófono por un dispositivo que te permitiera hacer directos desde cualquier parte del mundo y que cabe en un bolsillo del chaleco.
Es indiscutible que, tecnológicamente, vivimos buenos momentos para la comunicación. Nunca antes, el ser humano había tenido tantas herramientas a su alcance para estar comunicado, para recibir información. Cualquier cosa que pasa en cualquier rincón del planeta es susceptible de llegar a nosotros.
Si estamos más conectados que nunca, si la tecnología permite llegar a donde antes solo era un sueño, si el flujo de información es inaudito. ¿Por qué el trabajo del periodista está en horas bajas? Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) el “papel de los medios de comunicación y redes: desinformación, manipulación informativa, difusión de bulos” es uno de los principales problemas que detectan los españoles, por encima del cambio climático o las guerras.
Esta nueva avalancha de información nos está arrastrando ladera abajo. Y como el esquiador sepultado en la nieve, que espera el rescate desorientado, sin saber qué es arriba y abajo, la ciudadanía ya no sabe discernir una buena información de otra podrida y falsa. Y son en estos momentos de incertidumbre donde el periodismo es más necesario que nunca. Por eso hemos aprovechado su día (24 de enero) para conocer algunas de las líneas de investigación que se realizan en la Universidad de La Laguna en este sector.
Laboratorio de comunicación
Los laboratorios no son exclusividad de las áreas de Química o Física. En el Departamento de Ciencias de la Comunicación y Trabajo Social de la Universidad de La Laguna también hay laboratorios donde los profesorado y estudiantes ensayan con la información. Sus efectos, propagación, impacto, construcción, valor, etc. Uno de esos entornos educativos para aprender el oficio de periodista es PeriodismoULL. Al frente de este proyecto pionero está José Luis Zurita, profesor del área de periodismo. En su opinión vivimos buenos tiempos en el sector. “Estamos en el mejor momento de la historia para el ejercicio del periodismo, nunca ha habido en toda la historia tanto movimiento informativo”. Y esa convicción la demuestra con PeriodismoULL, un proyecto de medio de comunicación real donde el alumnado aprende ejerciendo un rol multimedia. Nace en 2016 y, aún hoy en día “es el único proyecto de diario digital universitario que hay en España y de los pocos en el mundo”, señala.
PeriodismoULL es una herramienta formidable para el alumnado porque, no es solo un trabajo académico, encadenado en el currículo en la asignatura de producción informativa, también puede participar todo el alumnado, desde primero hasta cuarto. Así aprenden a redactar de manera inclusiva, fotografiar, retocar imágenes, grabar vídeos o titular como lo tendrán que hacer en una empresa de comunicación. Este producto, que tiene en proyecto profesionalizar en un futuro cercano, se ha convertido en un canal destacado dentro de la comunidad universitaria, muy interesante para medios de comunicación públicos.
Es el caso de la RadioTelevisión Canaria que, junto a la Universidad de La Laguna, impulsan la Cátedra de Comunicación RTVC-ULL, qué nace con el objetivo de garantizar la calidad del servicio público y sus productos audiovisuales a través de la colaboración entre la universidad y la televisión pública. Según recoge el convenio específico de colaboración, se encargará de impulsar la formación continua, la divulgación y la investigación sobre el impacto de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación en el sector audiovisual, con especial atención a las nuevas tecnologías y las narrativas transmedia.
Esta cátedra es un producto de otro proyecto con una destacada trayectoria, las Jornadas de Periodismo, un evento que fomenta la sinergia entre los estudiantes de la sección y de otros cinco centros de formación profesional, profesores y profesionales de la radio televisión pública canaria. Para Zurita estas jornadas son muy valiosas porque involucran a todos los actores relacionados con la comunicación audiovisual. “Participan alumnos de casting, maquilladores, técnicos, periodistas o actores, haciendo realidad la formación dual entre la Universidad y la Formación Profesional.
La tecnología ¿Problema o solución a la comunicación?
Vivimos tiempos difíciles para la comunicación veraz. Bulos y noticias falsas se confunden entre la información diaria mimetizándose cada vez mejor con la realidad, tanto que cada día es más complicado saber qué es verdad y qué no lo es. Alberto Ardévol, Patricia Delponti y Samuel Toledano conforman el Laboratorio de Investigación sobre Medios, un grupo que estudia “los efectos que tienen los contenidos una vez que interactúan con el receptor”. A estos docentes les preocupa qué sucede en las mentes de las personas cuando reciben una información.
Ante la reciente llegada, por segunda vez, de Donald Trump a la Casa Blanca, nos preguntamos por el éxito de la estrategia consistente en cuestionar la verdad sistemáticamente y defender hechos alternativos. Cómo puede calar un discurso cargado de mentiras. En este sentido Toledano se muestra preocupado. “Nos encontramos con una grave amenaza porque el periodismo, y el conjunto de la información, siempre ha estado ligado a los hechos. Siempre los hechos han sido sagrados. Ahora parece que lo importante es garantizar que tengas esa adscripción ideológica y esto es un reto, yo diría que más que reto es una amenaza, no solo para el proceso informativo, sino al proceso democrático”. Llama la atención que a medida que aumenta la desinformación aumenta la polarización, y ésta, a su vez, en un bucle infinito, alimenta más la desinformación.
Los investigadores e investigadoras destacan que si nos falla la información falla la democracia. Un pilar democrático fundamental es estar bien informado de lo que sucede en el mundo, para a partir de ahí, tomar decisiones, una de ellas es, por ejemplo, ir a votar. Ardévol pone un ejemplo concreto. “Durante la DANA saltó el bulo de los supuestos cadáveres que habían aparecido en un aparcamiento. Te han vendido este hecho, y rebatirlo, desde el punto de vista informativo, está costando mucho más que demostrar que no es verdad”. La psicología demostró hace muchas décadas que una vez que nos cuentan una mentira, ésta queda adherida a nuestra mente aunque sepamos que se ha desmentido. “Parece que nuestro cerebro no las borra del todo” y esto es un problema, porque hechos indiscutiblemente falsos nos hacen titubear, y de esto se aprovechan los profesionales de la mentira, haciendo bueno el dicho “miente que algo queda”.
Las redes sociales están jugando un papel preponderante en este caudal de desinformación. Delponti hace hincapié en cómo ha cambiado nuestro acceso a la información y sus consecuencias, con las redes convertidas en cámaras de resonancia donde solo escuchamos a gente que opina como nosotros. “Hemos caído en la trampa de escuchar o leer a personas que nos dan la razón. No queremos que nos molesten con otras opiniones y hemos perdido la capacidad de escuchar otras voces, otras opiniones. Nosotros como docentes tenemos que fomentar este ejercicio de cuestionarlo todo y de pensar de una manera crítica”.
Precisamente el fomento del pensamiento crítico y su impacto es uno de los temas de interés del laboratorio. Chesterton escribió en su libro Orthodoxy de 1908: The object of opening the mind, as of opening the mouth, is to shut it again on something solid (El objetivo de abrir la mente, como de abrir la boca, es cerrarla nuevamente sobre algo sólido). En este sentido los investigadores llaman la atención sobre el fenómeno de las News Finds Me (las noticias me encuentran). Un fenómeno que expone a las personas a las noticias sin necesidad de buscarlas. Informaciones que nos llegan por alertas al móvil, globos, avisos o mensajes. Algo que no necesariamente es bueno. “Vemos que la gente que piensa que las noticias le van a encontrar acaba sabiendo menos de lo que pasa en el mundo. Cuanto más piensas eso menos se sabe de la actualidad política, menos se conoce lo que sucede en términos económicos de la realidad social”.
Y llegó la inteligencia artificial
La inteligencia artificial está cambiando nuestro mundo y la manera con la que nos relacionamos. Lo hace cuando nos dice qué camino es el más rápido para llegar al trabajo, cuando nos sugiere una canción o una aspiradora. Lo hace para detectar células cancerígenas, diseñar nuevos fármacos o para decidir si nos conceden o no una hipoteca. Como no podía ser de otra manera la IA también ha desembarcado en la comunicación, y este es uno de los ámbitos de investigación del grupo “Comunicación, periodismo, tecnologías emergentes e inteligencia artificial”.
Para la responsable del grupo, María Dolores Meneses, la IA es una herramienta más que el periodista debe aprender a utilizar. “Antes hacíamos los artículos con máquinas de escribir de cinta, luego llegaron las electrónicas, más tarde el ordenador con los programas de edición. Ahora ha llegado otra, la inteligencia artificial”. Pero esta no es una herramienta comparable al Word de Windows. La mayoría de los expertos coinciden en advertir de los peligros del mal uso de la IA, de su capacidad, casi desconocida, para provocar daños en manos indeseadas. “Hay razones para estar preocupados en función del uso que se le dé a esas tecnologías de inteligencia artificial y de hecho ya estamos viendo ejemplos anecdóticos, por ahora”.
David Fuentefría, investigador del área de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de La Laguna, destaca el choque cultural que conlleva el desembarco de la IA, donde hoy es complejo distinguir la máquina del ser humano y mañana será casi imposible. “Los que hemos crecido leyendo libros y periódicos vamos a enfrentar a una generación que nos sucederá y que no distinguirá un texto sin alma redactado por una máquina de otro creado por una persona”.También, reconoce, lo ha comenzado a detectar en trabajos de clase, por eso la tendencia de trabajar con lápiz y papel está ganando terreno ante los pupitres llenos de portátiles. “Porque los procesos cognitivos que se desatan cuando escribimos a mano favorecen el aprendizaje”.
Sobre la irrupción de la tecnología en nuestras vidas considera que no todos se están beneficiando por igual. “Hay un 60 por ciento de alumnado que paulatinamente cada año vemos que académicamente se desploma un poquito más. Por eso no es una cuestión baladí. Tampoco lo es que se espere del profesor que sea una especie de entretenedor que enseña haciendo cosas y no desde el conocimiento cuando la transmisión del conocimiento sustenta la sociedad”
Sobre el papel de las redes sociales en la desinformación, Milena Trenta, investigadora del Departamento de Ciencias de la Comunicación y Trabajo Social, se muestra preocupada por la decisión de X y Meta de eliminar a los verificadores. “La responsabilidad recaerá sobre la ciudadanía, ahora cada uno tiene que buscarse la vida para averiguar si una información es falsa o no, por lo menos dentro de Estados Unidos”. Decidir qué es verdad y qué es mentira será el caballo de batalla diario al que se enfrentará la población, regular esto será “muy complicado”. Trenta también quiere llamar la atención sobre la antigüedad de este problema. “No demonicemos a la IA, antes de ella existía la desinformación y también mucho antes de las redes sociales”.
El modelo de la comunicación ha cambiado. Las redes sociales están en manos de hombres blancos milmillonarios con una clara afinidad política que ponen sus propias normas según su conveniencia, “unas redes tan influyentes que están sustituyendo a las instituciones democráticas. Los políticos tienen que mirar X antes de decir lo que piensan”.
Ante un panorama tan cambiante los docentes abogan por que la clase sea un reducto donde el alumnado aguante más de 20 minutos sentado reflexionando sobre un tema, promoviendo el pensamiento crítico. Meneses apuesta por fomentar el inherente pensamiento crítico del periodista, donde se cuestione todo permanentemente hasta buscar la verdad. “Me preocupa que la IA automatice nuestro quehacer”. Y para que esto no ocurra apuestan por alfabetizar a toda la sociedad digitalmente en general y en particular respecto a lo que implica las tecnologías de inteligencia artificial.
Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (Cienci@ULL)