Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas – 11 dic 2024 09:09 CET
¿Qué compromisos tiene la UCM, en materias de docencia, investigación y cooperación internacional con la erradicación de la pobreza? ¿Qué se come en la UCM, dónde se compran los productos? ¿Cómo cuida la UCM a los miembros de la comunidad universitaria? ¿Qué alianzas tiene la Complutense y existe una coherencia política en ellas? ¿Cómo se lucha contra la desigualdad dentro de la universidad? Estas son sólo algunas de las preguntas que un grupo de más de 30 investigadores, de siete facultades diferentes, se planteó a la hora de crear el Observatorio UCM 2030, que acaba de presentar su primer informe, en la Facultad de Ciencias de la Información.
Esther del Campo, decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, ha destacado que el Observatorio surgió como respuesta a un estudio que llevaban haciendo ya desde hace varios años en torno a la problemática de la sostenibilidad en nuestras sociedades y en nuestras universidades. De ese trabajo nació la necesidad de transformar la relación que tenemos como universidad con respecto a los nuevos problemas que afrontamos “y que tienen que ver con la crisis ecológica, la emergencia climática, el aumento de las desigualdades y el deterioro de la democracia, e incluso con un cambio de valores, que nos hace cada vez más individualistas”.
Opina la decana que este Observatorio se posiciona en una nueva relación entre la sociedad, la ciencia y las instituciones, “defendiendo una ciencia ciudadana, con participación de todos los sectores, transparente y sin cortapisas, y que ilumine las decisiones políticas que se puedan producir”.
Para medir como los cambios afectan al contexto universitario, el Observatorio ha creado un sistema con más de 450 indicadores que permiten explorar y visibilizar el papel de la sostenibilidad en las universidades españoles y, de manera más específica, en la Complutense.
Tanto la decana como Ignacio Martínez Martínez, profesor de esa misma Facultad y uno de los investigadores principales del Observatorio, han destacado que los tres ámbitos de estudio donde se van a aplicar esos indicadores son la gestión del campus, la docencia e investigación, y el discurso.
El profesor Martínez ha reconocido que el principal desafío es conseguir la información necesaria para poder llevar a cabo el trabajo del Observatorio. Para ello cuentan con varias fuentes, entre las que se destacan la oficial de la propia UCM, los datos de la experimentación directa, los análisis cualitativos, el análisis de la política universitaria y, por último, una encuesta que se ha realizado en colaboración con el Observatorio del Estudiante, en la que han participado más de 1.200 estudiantes.
En el informe se destaca el papel de la universidad pública y su defensa, que “debe ir más allá de la reivindicación sobre las condiciones de acceso (financiación pública y acceso universal), y enfocarse en qué queremos investigar, qué queremos financiar, qué queremos enseñar… La ciencia ha de ser un proyecto social y, por tanto, ha de estar al servicio de la sociedad que queremos”. La decana de Políticas ha recordado, de todos modos, que vivimos en un momento coyuntural difícil, donde la Comunidad Autónoma de Madrid, infravalora de manera continuada a la universidad pública y minimiza el impacto de las reflexiones que se llevan a cabo en el interior de las instituciones.
Eso no impide que desde el Observatorio se apueste por abrir un debate público y multidisciplinar que permita que mejore una sociedad que cada vez es más compleja, diversa y dinámica. Ahí el papel de la universidad es conseguir que se apliquen políticas ecosociales más justas y que la juventud “ascienda en ese escalón que supone la universidad para conocer nuestro mundo”.