El Museo de Cáceres amplía su exposición permanente con dos tesoros de monedas romanas y un conjunto de terracotas helenísticas

El Museo de Cáceres ha incorporado a su exposición permanente, exhibidas por primera vez y en calidad de depósito, tres valiosos conjuntos arqueológicos que vienen a reforzar el atractivo y el valor histórico de las salas dedicadas a la época romana: el Tesoro de Monroy, el Tesoro de Valdesalor y una excepcional colección de terracotas helenísticas procedentes de Calvi (Italia).

Las nuevas piezas, expuestas en las Salas IV y V del Museo, ofrecen al visitante un recorrido más completo por el mundo romano y helenístico, a través de elementos materiales de gran valor documental y artístico.

El Tesoro de Monroy, descubierto de forma fortuita en 1964 en esta localidad cacereña, está formado por 24 denarios romanos de plata, de los cuales 22 están completos, uno fragmentado en tres partes y otro incompleto.

Ninguna de las monedas es posterior al año 80 a.C., lo que indica que fueron enterradas poco después, posiblemente como pertenencia de un soldado o comerciante vinculado al campamento romano de Castra Caecilia, en tiempos de las Guerras de Sertorio.

En sus grabados se aprecian emblemas de deidades, escenas bélicas y leyendas latinas, testimonio directo del imaginario simbólico y político de la época.

También encontrado en 1964, el Tesoro de Valdesalor incluye un conjunto de 160 denarios romanos en un estado de conservación notable. La mayoría de los anversos muestran figuras mitológicas como Palas Minerva, Juno, Apolo o Marte, mientras que los reversos presentan escenas dinámicas como los Dioscuros a caballo o cuádrigas guiadas por la Victoria alada.

Este tesoro también se asocia al contexto de las Guerras Sertorianas, y fue ocultado hacia el año 79 a.C., en un momento de gran agitación política y militar en Hispania.

Junto a estos dos tesoros monetarios, el Museo de Cáceres incorpora un conjunto de 89 terracotas helenísticas datadas entre los siglos II y I a.C., procedentes del santuario de Calés (Calvi Risorta, Campania, Italia).

Estas piezas formaban parte de una gran colección descubierta durante las obras del ferrocarril financiadas por el marqués de Salamanca. Tras pasar por el Museo Arqueológico Nacional, una parte fue distribuida en 1953 a varios museos provinciales.

Estas figuras de terracota, que representan cabezas humanas, extremidades, animales y máscaras, eran utilizadas como exvotos, es decir, ofrendas realizadas a divinidades para pedir protección o agradecer una curación.

Las piezas ya pueden contemplarse en el recorrido habitual del museo, donde el visitante podrá disfrutar de nuevos elementos que conectan Extremadura con la historia del Mediterráneo antiguo.