La formación universitaria no presencial ha dejado de ser una modalidad complementaria en el sistema educativo superior del espacio común de habla catalana y se ha consolidado como un modelo con identidad propia y con un poder de atracción de estudiantes incuestionable. Así lo demuestra la cuarta edición del informe Via Universitària, impulsado por la Xarxa Vives d’Universitats, en el que han participado 20 universidades del ámbito lingüístico catalán –Cataluña, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares y Andorra–, entre ellas la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), única institución 100 % en línea que ha formado parte de dicho estudio, llevado a cabo a partir de más de 45.000 encuestas realizadas durante el primer trimestre de 2024.
Según los resultados que recoge dicho informe, de cuyo equipo de investigación han formado parte Brígida Cristina Maestres Useche y Míriam Arenas Conejo, profesoras de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación del grupo de investigación CareNet de la UOC, y Iolanda García González, profesora agregada de dichos estudios, uno de cada cinco estudiantes encuestados, más de 8.000, sigue un modelo no presencial. En este contexto, la UOC consolida su propuesta educativa en línea y asíncrona, un formato que dos de cada tres estudiantes, un 63 %, valora de forma positiva, al destacar especialmente la posibilidad de compatibilizar los estudios con la vida laboral, familiar o personal. «Via Universitària nos ofrece una mirada fundamentada y rigurosa sobre los perfiles, las trayectorias y las expectativas de nuestro estudiantado. Es una herramienta clave para entender cómo evolucionan los comportamientos de los futuros y las futuras profesionales y sus necesidades, y cómo la universidad tiene que ser catalizadora para activar una respuesta», declaró Manel Jiménez Morales, vicerrector de Alianzas, Comunidad y Cultura.
Un perfil más diverso y conectado al mercado laboral
El informe muestra que la universidad no presencial acoge estudiantes de perfiles mucho más diversos en términos de edad y trayectoria académica que la presencial. Aunque tradicionalmente este modelo se ha visto como una opción destinada a aquellas personas con carreras interrumpidas o más complejas, los últimos datos recogidos en dicho estudio confirman un cambio de tendencia: crece significativamente la presencia de estudiantes menores de 26 años, un 28,1 % del total, que apuestan por la educación en línea desde el inicio de su trayectoria universitaria.
Además, el perfil del estudiantado no presencial, como el de la UOC, está claramente vinculado al mercado laboral: la mayoría son personas que trabajan y estudian al mismo tiempo. Este fenómeno evidencia la importancia de la flexibilidad que ofrece la modalidad en línea para acceder a la educación superior sin renunciar por ello al desarrollo profesional, sobre todo en un contexto como el que refleja el informe, que destaca que tan solo uno de cada diez estudiantes dispone de un trabajo a tiempo completo.
La importancia de la autonomía formativa
La UOC, pionera en la educación universitaria en línea desde 1995, refuerza con estos datos su apuesta por un modelo basado en el aprendizaje activo, la autonomía y el acompañamiento personalizado, señas de identidad de su metodología propia y no presencial, que permite superar las barreras de espacio y tiempo e impulsa unos enfoques didácticos más innovadores y adaptados a las necesidades actuales del estudiantado, que, como recoge el informe, manifiesta preferir, en general, el trabajo individual y la evaluación continua. «Este año, incorpora de manera destacada la experiencia de la UOC, hecho que sustantiva este estudio y extiende conclusiones a las nuevas maneras que el alumnado tiene de aprender y de crecer profesionalmente, más allá de nuestra universidad», agregó el vicerrector al respecto.
Este avance, además, responde a la evolución que ya se había observado tras la pandemia de la COVID-19, cuando la enseñanza en línea dejó de ser para una gran mayoría una respuesta coyuntural y pasó a convertirse en una opción estratégica de futuro.
Un sistema universitario en constante transformación
Más allá del ámbito no presencial, el estudio Via Universitària identifica otras tendencias que marcan la transformación del sistema universitario de la Xarxa Vives.
Así, el acceso a la educación superior sigue condicionado por el origen social del estudiantado, ya que influye de forma decisiva en la elección y el acceso a los estudios universitarios: dos de cada tres estudiantes son de clase social alta, y menos de uno de cada diez, de clase baja.
En este sentido, la presión económica sobre las familias persiste, dado que sigue siendo un sistema cuya principal fuente de financiación depende de ellas –un 52,7 %–, mientras que las becas continúan teniendo un peso reducido, de apenas una sexta parte sobre la cifra total –un 16,7 %–. Son porcentajes que concuerdan con otras cifras, como el hecho de que seis de cada diez estudiantes vivan con sus progenitores durante la etapa universitaria, o que se detecte un aumento del alquiler compartido, que sobrepasa una cuarta parte del total.
Además, la brecha de género sigue presente, pues persisten las importantes diferencias en la elección de las titulaciones y en la distribución del tiempo personal entre hombres y mujeres, ya que estas, a pesar de suponer el 63 % del estudiantado total, continúan infrarrepresentadas en determinadas áreas del conocimiento.
Otro aspecto negativo que recoge el estudio es que existe una reducción palpable de la dedicación al estudio autónomo, pues el tiempo destinado al aprendizaje fuera del aula sigue por debajo de los estándares recogidos por el espacio europeo de educación superior (EEES), con tan solo 22,8 horas por crédito. También se identifica una disminución del vínculo estudiantil con la vida universitaria, con cuatro de cada cinco estudiantes que aseguran que no participan en ningún órgano, asociación o entidad.
En 2025, cinco años después de la pandemia de la COVID-19, el impacto en la salud mental de la población joven sigue presente, y la ansiedad y otros problemas de bienestar emocional continúan afectando a una parte significativa del estudiantado, concretamente a uno de cada cuatro estudiantes. Sin embargo, la recuperación de la movilidad internacional tras aquella crisis sanitaria es un hecho, y crece el porcentaje de estudiantes que cursan parte de sus estudios en el extranjero, más de un 10 %, para volver a situarse en niveles prepandémicos.
En este complejo escenario, la universidad no presencial y modelos como el de la UOC ganan protagonismo ofreciendo nuevas vías de acceso, conciliación y formación a lo largo de la vida. Y es que la transformación del sistema universitario y su futuro pasan, según el informe, por ofrecer una mayor flexibilidad, mejorar el bienestar del estudiantado y apostar por un aprendizaje más adaptado y equitativo.
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