El Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias de la Universidad de La Laguna es una de las entidades que, a petición de la Universidad de Valencia, está colaborando en el análisis de muestras de lodos y aguas recogidas en las zonas afectadas por la catastrófica DANA de Valencia, con el objetivo de detectar la presencia de potenciales organismos patógenos que puedan afectar a la salud humana.
Esta colaboración se está produciendo desde los primeros momentos de esta emergencia, puesto que tanto el centro valenciano como el tinerfeño ya tiene una trayectoria común de colaboración al ser ambos integrantes del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Infecciosas (Ciber INFEC), junto a otros organismos como el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, que también está colaborando en esta tarea.
El director del instituto de la Universidad de La Laguna, Jacob Lorenzo, explica que los análisis se centran en la detección de bacterias, virus y otros organismos de puedan estar presentes en las aguas y lodos de la zona siniestrada, y sean capaces de producir enfermedades de tipo gastrointestinal o de otra clase.
La DANA estalló el 29 de octubre y se han podido recoger muestras muy tempranas, del día 4 de noviembre. También se están realizando análisis de muestras tomadas en días posteriores con el fin de comprobar la hipótesis de que estos patógenos se van acumulado a lo largo del tiempo, de tal modo que los lodos y aguas estancadas serían cada vez más peligrosas para la salud. Los análisis realizados hasta ahora parecen refrendar esa teoría.
Actualmente, la obturación del alcantarillado, la saturación de aguas residuales, la contaminación de tuberías de agua potable, el contacto personal directo con el lodazal, la aspiración de aire húmedo de locales cerrados como garajes totalmente inundados, y la insuficiencia de productos de limpieza y desinfección puede derivar en epidemias, de ahí la necesidad de controlar a través del análisis las potenciales infecciones.
Como explica Santiago Mas-Coma, catedrático emérito de Parasitología de la Universidad de Valencia, la inundación ha afectado a 75 municipios de l’Horta Sud, la Ribera Alta, la Hoya de Buñol-Chiva y la Plana de Utiel-Requena, además del sur de la ciudad de Valencia, e incluyó aportes de agua de presas en los ríos a través de barrancos, interconectadas por canalizaciones artificiales de la amplia red hidrográfica local, espacios habitados también por gran cantidad de poblaciones humanas y animales domésticos y roedores peridomésticos, factores que deben tenerse en cuenta en cuenta en los análisis.