El impacto del nivel de ruido en las personas con Alzheimer

Un alto nivel de ruido puede impactar en el bienestar de las personas con Alzheimer en su día a día. En este artículo, hablaremos sobre qué tipo o qué nivel de ruido les puede afectar negativamente y, en contraposición, qué sonidos o actividades sonoras pueden contribuir a mejorar su bienestar.

¿Qué es el ruido y cuáles son los diferentes niveles de ruido?

El ruido se define como un sonido inarticulado, generalmente desagradable. Por ejemplo, el tráfico, las obras y las alarmas, son ruidos considerados molestos para la mayoría de la gente. La exposición a ellos, particularmente si es sostenida y el nivel de ruido es alto, puede causar estrés, confusión y puede resultar perturbador para cualquiera, pero las personas con Alzheimer o con otro tipo de demencia suelen mostrarse especialmente sensibles. 

El ruido se mide en decibelios (dB), y su impacto varía en función de la intensidad y la duración de la exposición. El nivel de ruido en nuestro entorno se puede clasificar de la siguiente manera:

  • De 10 a 30 dB. Sonidos de baja intensidad, como el murmullo en una biblioteca o el ruido ambiental en un hogar tranquilo.
  • De 30 a 50 dB. Conversaciones normales, el sonido de un frigorífico en buen estado o el murmullo de una oficina.
  • De 55 a 75 dB. Ruidos moderadamente altos, como el de un aspirador, una lavadora en funcionamiento, el tráfico en una calle concurrida o una televisión a volumen elevado.
  • De 75 a 100 dB. Sonidos intensos que pueden resultar molestos con exposición prolongada, como el ruido de un atasco, una sirena de policía o el bullicio en un restaurante concurrido.
  • De 100 a 120 dB. Este es un rango de nivel de ruido muy alto, que puede causar incomodidad y daño auditivo si se da una exposición prolongada. Son ejemplos el nivel de ruido en una discoteca, el claxon de un coche a corta distancia o el uso de herramientas eléctricas ruidosas.
  • Más de 120 dB. Se considera el umbral del dolor y la exposición a este nivel de ruido puede ocasionar daños auditivos inmediatos. Algunos ejemplos incluyen el despegue de un avión a corta distancia, una explosión o fuegos artificiales cercanos.

Es importante reducir la exposición a un nivel de ruido elevado, especialmente en personas sensibles, ya que puede afectar a la capacidad de atención y concentración, al estado de ánimo y a la calidad del sueño.

Recomendaciones de la OMS sobre el nivel de ruido

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece directrices y recomendaciones sobre el nivel de ruido al que nos exponemos para minimizar sus efectos adversos en la salud. Estas recomendaciones se basan en la evidencia científica sobre la relación entre la exposición al ruido y diversos problemas de salud, como el estrés, los trastornos del sueño y el deterioro cognitivo.

Las principales recomendaciones de la OMS sobre el nivel de ruido ambiental son las siguientes:

  • Ruido en entornos urbanos y residenciales. Se recomienda que el nivel de ruido ambiental no supere los 55 dB durante el día y los 40 dB por la noche para evitar alteraciones del sueño y problemas de salud a largo plazo.
  • Ruido en interiores. Para espacios cerrados como hogares, hospitales y centros educativos, se aconseja que el nivel de ruido se mantenga por debajo de los 35 dB durante el día para favorecer el bienestar y la concentración.
  • Ruido en hospitales y residencias de personas mayores. En estos entornos, donde hay personas más vulnerables, se recomienda que el nivel de ruido no supere los 30 dB durante la noche para evitar interrupciones del descanso y estrés innecesario.
  • Ruido en escuelas y lugares de aprendizaje. La OMS sugiere que el nivel de ruido en aulas y bibliotecas no sobrepase los 35 dB para favorecer la comprensión y el aprendizaje sin distracciones.
  • Ruido en el tráfico y transporte público. Se considera que niveles superiores a 70 dB pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, por lo que se insta a reducir la contaminación acústica en calles y estaciones de transporte.
  • Ruido en eventos recreativos. La exposición prolongada a niveles superiores a 85 dB en conciertos, discotecas o estadios puede provocar pérdida auditiva, por lo que se recomienda limitar el tiempo de exposición y, si ha de ser prolongada, usar protección auditiva en estos entornos.

Un alto nivel de ruido puede afectar a las personas con Alzheimer 

Cada persona tiene un grado de tolerancia al nivel de ruido que puede ser muy dispar. Lo que para unos puede ser estimulante, a otros les puede molestar. Eso también depende de la intensidad o del tipo de sonido en cuestión. 

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por la pérdida gradual de memoria, así como de otras capacidades cognitivas, lo cual hace mermar progresivamente la autonomía de quien la padece. 

Son varios los factores ambientales que pueden relacionarse con la progresión de la demencia y con la calidad de vida de las personas afectadas. Uno de ellos es el nivel de ruido.

Un alto nivel de ruido suele resultar perturbador para las personas con Alzheimer y dificultar el desarrollo de tareas cotidianas. Suelen concentrarse mejor cuando hay silencio o los sonidos del entorno resultan agradables. 

También hay que tener en cuenta que las dificultades cognitivas propias del Alzheimer, como la agnosia, pueden llevar a una interpretación errónea de algunos sonidos y favorecer la aparición de delirios o temores. Por ejemplo, algunos ruidos del vecindario se pueden interpretar como intentos de acceder a la vivienda o amenazas. 

Además, un entorno ruidoso interferirá en la realización de muchas actividades de la vida cotidiana y dificultan la comunicación que, de por sí, se ve claramente afectada con la progresión de la enfermedad de Alzheimer. 

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