El IFCA colabora en la competición CanSat 2025 apoyando al equipo cántabro

El Instituto de Física de Cantabria (IFCA, CSIC-UC) ha colaborado por segundo año en la Competición CanSat, una iniciativa educativa de la Agencia Espacial Europea (ESA) que reta a estudiantes de toda Europa a diseñar, construir y lanzar un minisatélite del tamaño de una lata de refresco.

En esta edición de 2025, el investigador del grupo de Computación Avanzada y e-Ciencia del IFCA, Daniel García Díaz, ha prestado su apoyo técnico al equipo representante de Cantabria, formado por Sofía de Saro, Miguel Merino, Daniel Salcines y Diego García, cuatro alumnos del Colegio Castroverde de Santander, que se alzaron como ganadores de la fase autonómica del desafío.

La colaboración del IFCA se ha enmarcado en la fase del experimento a bordo del CanSat, centrado en la medición de variables atmosféricas clave como la temperatura del aire, la presión, la humedad y los niveles de dióxido de carbono (CO₂). Estas mediciones se llevaron a cabo durante el descenso del satélite, tras ser lanzado desde la azotea del IFCA hasta una altitud aproximada de un kilómetro.  

Durante la caída se realiza un experimento científico real, además se debe conseguir un aterrizaje seguro, y lograr analizar los datos recopilados.  

 

EXPERIMENTOS CIENTÍFICOS 

La final nacional del desafío tuvo lugar los días 13 y 14 de mayo en Galicia, reuniendo a los equipos ganadores de cada comunidad autónoma para competir por una plaza en la final europea, donde representarán a España frente a otros países miembros de la ESA. En el certamen se proclamó ganador el equipo ‘ZephySat’, del IES Santo Domingo de El Puerto de Santa María.   

El desafío CanSat tiene como objetivo acercar la ciencia espacial a los y las jóvenes, fomentando su interés por las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), al tiempo que les introduce en conceptos clave de la ingeniería aeroespacial. Los estudiantes deben diseñar e integrar en el reducido espacio de una lata todos los sistemas necesarios de un satélite real: sensores, fuentes de energía, sistemas de comunicación y paracaídas, además de asegurar su recuperación intacta tras el aterrizaje.

Desde el IFCA se valora muy positivamente esta iniciativa, que permite al alumnado conocer de primera mano el trabajo en equipo en experimentos científicos, cómo se resuelven los problemas reales y el aprendizaje que se obtiene al participar en un proyecto científico con aplicaciones espaciales. “Este tipo de actividades son esenciales para inspirar vocaciones científicas y que conozcan de verdad la investigación cuando son tan jóvenes», ha comentado el investigador del IFCA. 

 

Pie de foto: El alumnado del Castroverde con el investigador del IFCA, Daniel García.