El ‘Informe de Absentismo’ presentado hoy por la consultora Biok, encargado por el Departamento de Industria y de Transición Ecológica y Digital Empresarial con el objetivo de conocer la situación actual, su evolución, causas y consecuencias en la Comunidad Foral, parte una combinación metodológica; análisis de fuentes secundarias (analizar los datos y los informes que ya hay sobre el fenómeno), las entrevistas en profundidad y grupos de discusión (metodología cualitativa) con la encuesta (metodología cuantitativa) permite tener cifras, pero también obtener información sobre causalidad, de tipo explicativo y propositivo, entre otros.
Las conclusiones del informe han sido presentadas hoy por el consejero de Industria yd e Transición Ecológica y Digital Empresarial, Mikel Irujo, y la consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, Carmen Maeztu, junto con las expertas en investigación social y mercados, Arantza Santillana y Miriam García de la consultora Biok.
La primera cuestión que arroja el estudio es la complejidad del fenómeno. Existe una concepción diferente de lo que significa el absentismo para todas las partes y denota un significado específico para el que no existe una acepción consensuada. Asimismo, la cantidad de datos y cifras existentes es muy variada, heterogénea y no permite hacer una lectura objetiva de los datos. Por tanto, el primer paso es entender la multicausalidad del fenómeno y romper, independientemente de cómo se denomine o se conciba el “absentismo” para las posiciones dispares y trabajar en la construcción colectiva de soluciones. La multicausalidad del fenómeno requiere implementar medidas en los diferentes ámbitos; público, empresa y negociación colectiva, etc.
Encuesta, ¿qué dicen las propias empresas?
De las empresas encuestadas sobre el término “absentismo” se desprende que algo menos de un 40% de empresas incluyen “todo” dentro del concepto absentismo, incluidas las horas sindicales. Otro grupo importante, en torno al 30%, incluyen únicamente las ausencias en el puesto sin causa justificada y las IT (incapacidad temporal) por contingencias comunes. Y un tercer grupo, en torno a un 30% de empresas, incluyen además de las ausencias no justiciadas, la IT por Contingencias Comunes, y por contingencia profesional.
Por otro, la cifra media “global” mensual de “absentismo” en Navarra señalada por las empresas que han contestado al cuestionario es del 7,86% y la cifra media de incapacidad temporal por contingencias comunes, señalada por las empresas que han contestado el cuestionario es de un 5,14%. Asimismo, las empresas más pequeñas son las que menor porcentaje de ausencias al trabajo por contingencia común presentan, por debajo del 4% y el de las empresas de entre 50 y 250 trabajadoras/es llega casi al 6%, es el más alto.
Por sectores es la industria la que presenta un mayor nivel de absentismo por contingencia común y para casi el 90% de las empresas el nivel de ausencias al trabajo se ha incrementado en los últimos cinco años, concretamente para el 89,5%.
En términos socio demográficos, el 71,7% de las personas empleadas no ha tenido baja laboral en los últimos tres años. Por otro lado, la mayor o menor correlación no se corresponde con variables sociodemográficas concretas, sino con personas concretas, esto es, las empresas manifiestan que el mayor número de ausencias al trabajo se concentran en un mismo grupo de personas de muy diferente perfil.
Otros factores que influyen a la hora de ausentarse al trabajo
Según el propio estudio los ciclos económicos y el cambio social de la concepción del trabajo demuestran influir a lo largo de la vida laboral de una persona trabajadora a la hora de ausentarse al trabajo. Por otro lado, factores relacionados con las personas como cambio en la concepción social del propio estado de salud percibido; el vínculo con la empresa-implicación con la empresa y el mal uso el “mal uso” o “abuso” de los derechos de algunas personas también demuestran ser factores influyentes.
Los factores endógenos, relacionados con la empresa, la actividad y sector, como la exposición a factores de riesgo psicosocial en la empresa; los cambios en las empresas para afrontar la Covid-19 y determinadas condiciones de trabajo y las condiciones organizativas también salen a luz.
Por último, factores exógenos a las empresas y a las personas como el tiempo de las listas de espera en diagnósticos y tratamientos; el criterio médico y el incremento de patologías relacionadas con la salud mental, como la falta de servicios-ayudas-derechos de apoyo a la conciliación también son parte importante del fenómeno.
Una visión 360 del estudio
El estudio ha sido elaborado haciendo partícipe a todas las partes implicadas: empresas clave de la economía navarra de diferentes sectores de actividad, tamaño y ubicación; asociaciones empresariales; ámbito público directamente implicado: dirección General de Economía Social y Trabajo; dirección General del Fomento Empresarial; Instituto Navarro de Salud laboral; ámbito de la salud INSL; Mutuas; Facultativas/os médicos/as de atención primaria: parte social: agentes sociales y trabajadoras/es; comité de empresa de una industria del norte de navarra (2 delegadas/os sindicales de personal y prevención); sindicatos, grupo discusión: trabajadoras/es del sector industrial (3 trabajadoras/es de producción, 3 trabajadoras/es del colectivo técnico).
Las propuestas
El informe subraya que no hay sólo un factor determinante para el problema de absentismo que está viviendo el tejido por tanto hay que trabajar desde diferentes vías para buscar una solución colaborativa entre todas las partes implicadas: administración, el tejido empresarial y la negociación colectiva.
Estas propuestas parten de la integración de la solución, aportando elementos de actuación desde diferentes ámbitos de gestión que traten de abordar un problema complejo y multifactorial.
Las recomendaciones de este estudio, en el ámbito empresarial, insisten en la importancia de que las empresas se doten de sistemas permanentes de recogida de información sobre la evolución del absentismo que proporcione datos actualizados y homogéneos sobre la evolución del fenómeno. Así mismo, dado que el factor propio del entorno del trabajo es importante en los índices de absentismo, es necesario fomentar modelos empresariales que intervengan ante el origen de las causas, relacionados con los trastornos musculoesqueléticos y la salud mental, incorporando sistemas organizativos que reduzcan estas incidencias como la rotación de puestos, la flexibilidad y la conciliación. Este tipo de cambios se impulsan desde organizaciones con una mayor implicación de las plantillas y por tanto con modelos de liderazgo participativo.
Desde el punto de vista de la salud mental se identifica una doble recomendación, que subraya la necesidad de implementar en las empresas sistemas de evaluación de riesgos sicosociales, ya que este tipo de patologías está aumentando considerablemente y supone unos de los principales retos del sistema por su alta incidencia en el absentismo.
En el ámbito de la concertación social, es importante señalar que el Diálogo Social y el Plan de Empleo 2025-2028, recoge como prioridad afrontar este problema y por tanto se dota de herramientas para actuar, desde la colaboración con los agentes sociales y económicos, buscando como objetivo reducir 2 puntos porcentuales las ausencias al trabajo.
La perspectiva que nos dota el diálogo social, permite activar herramientas de concertación para monitorizar el problema y desarrollar propuestas conjuntas que se puedan aplicar posteriormente en la negociación colectiva. De tal modo que el Plan de Empleo 2025-2028, recoge la creación de un grupo de trabajo permanente para abordar cuestiones importantes señaladas en el informe, como la definición de un término de consenso, el diseño de un sistema de seguimiento, análisis y evaluación de los datos, así como el desarrollo y consenso de propuestas de intervención.
El informe recomienda que, desde las Administraciones, se debe mejorar en la gestión e integración de datos relacionados con las ausencias al trabajo desde las fuentes que disponen de la información como la TGSS y el INSPL estableciendo bases de datos comunes. A su vez, profundizar en la vía de normalización de los tiempos en la gestión sanitaria para pruebas, diagnósticos e intervenciones, proceso que se vio frenado por la COVID-19, consiguiendo reducir las listas de espera.
Finalmente, debemos activar una responsable cultura de la salud, ayudando a las personas trabajadoras a realizar un uso consciente de los derechos en general y de las bajas y permisos en particular, desarrollando campañas de sensibilización y concienciación en este sentido.