El pasado sábado, el FMI anunció la suspensión temporal de la Línea de Crédito Flexible (LCF) que mantenía con Colombia, una herramienta que el país sudamericano había obtenido en 2009 gracias a su entonces sólida política económica. El organismo comunicó que la permanencia de Colombia en la LCF está ahora sujeta a la finalización de la consulta del Artículo IV y a una posterior revisión intermedia. Aunque la suspensión no implica un retiro definitivo del respaldo, sí refleja una creciente preocupación por la estabilidad macroeconómica colombiana.
El FMI advirtió que “las restricciones de liquidez contribuyeron a una acumulación de grandes rezagos presupuestales (2,8% del PIB)”, lo que equivale a unos 48 billones de pesos considerando un PIB colombiano de 1.700 billones de pesos en 2023. Adicionalmente, el informe reveló que “los déficits y la deuda pública han aumentado más de lo previsto”, señalando que el déficit fiscal global del gobierno central alcanzó el 6,7% del PIB en 2024, frente al 4,2% del PIB en 2023 y 1,1 puntos porcentuales por encima de la meta oficial establecida en el marco fiscal de mediano plazo. Todo esto a pesar de esfuerzos de ajuste fiscal hacia finales del año pasado.
Hasta el momento, el Ministerio de Hacienda de Colombia no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre los pasos a seguir. Se esperan reuniones técnicas entre las autoridades colombianas y el FMI para definir el futuro de la relación financiera.

FMI: un panorama distinto para la Argentina.
En su último Informe de Perspectivas Económicas Globales (WEO), el organismo descartó cualquier impacto negativo para el crecimiento argentino a pesar de las recientes barreras arancelarias impuestas por Estados Unidos. De hecho, el FMI reafirmó una proyección de crecimiento del 5,5% del PBI argentino para 2025 y estimó una inflación controlada entre el 18% y el 23% anual, cifras impensadas hace apenas un año.
Según Petya Koeva-Brooks, directora del Departamento de Investigación del FMI, «todavía mantenemos la mejora del 5,5% para Argentina. Y esto está relacionado con las sorpresas positivas que hemos visto a pesar de un ajuste fiscal muy fuerte. Creo que la recuperación de la confianza ha influido en gran medida en este pronóstico», en una clara alusión a los sólidos fundamentos del plan económico impulsado por el presidente Javier Milei.

La economía global, en cambio, atraviesa tiempos difíciles. El FMI proyectó que el crecimiento mundial será de apenas 2,8% en 2025, por debajo del 3,3% previsto anteriormente, afectado por el auge del proteccionismo comercial —especialmente tras la batería de aranceles aplicada por Washington en abril de 2025, que llevó las tarifas a su nivel más alto en más de un siglo—.
Pese a reconocer riesgos globales importantes —como volatilidad comercial, tensiones geopolíticas y flujos de capital inciertos—, el FMI resalta que aquellos países que restauren su espacio fiscal, implementen reformas profundas y mantengan políticas monetarias prudentes podrán sortear el temporal.