El diario nacional El País, es su sección Icon Design, ha publicado hoy, jueves 19 de diciembre, el artículo de Daniel Díez Martínez “Diez edificios de universidades públicas que son joyas de la arquitectura española” que, como su título indica, recopila una serie de inmuebles que “hacen que la formación universitaria sea mucho más que recibir unas clases y presentarse a un puñado de exámenes”. Uno de ellos ha sido la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna diseñada por GPY Arquitectos e inaugurado en septiembre de 2014 (aunque el artículo lo fecha en 2015).

El texto destaca su forma de “curva sinuosa continua de hormigón rugoso que se enrosca sobre sí misma”, de tal modo que se protege del exterior e, interiormente, cierra una plaza pública de acceso que es el “corazón de la facultad”. Alrededor de ella se despliegan zonas de circulación, “fundidas en un continuo de terrazas, rampas y pasillos abiertos que diluyen la tradicional separación entre interior y exterior”.

También destaca la utilidad de sus espacios interiores polivalentes, que sirven para fines didácticos y de investigación artística pero también como espacios expositivos, y la posibilidad de reconfigurar los interiores mediante paredes móviles. El artículo incliye una cita de los autores de proyecto: “Nos gusta ver la nueva Facultad de Bellas Artes como un edificio que ofrece espacios rompedores e innovadores para la educación experimental y creativa de los futuros estudiantes de artes visuales”.

En su artículo, Díez Martínez denuncia la “opresión financiera” que viven las universidades públicas y reivindica su papel social: “La buena arquitectura, como le sucede a la buena educación, se distingue por unos valores representativos intrínsecos que desbordan lo meramente utilitario”.

Su selección de edificios, ordenada cronológicamente, incluye la Ciudad Universitaria de Madrid, la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Valencia, la Facultad de Geológicas y Biológicas de la Universidad de Oviedo, la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Sevilla, la Universidad Laboral de Almería, la ampliación de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, el Campus de la Universidad de Vigo (1999-2003), la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna, la Facultad de Psicología y Logopedia de la Universidad de Málaga y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza.

Interior de la Facultad de Bellas Artes.Edificio singular

El edificio de la actual Facultad de Bellas Artes es obra de Antonio González Pérez, Urbano Yanes y Constanze Sixt, bajo la forma GYP Arquitectos. Su gestación no estuvo exenta de problemas, pues fue proyectado en 2003 y no sería hasta 2014 cuando pudo ser inaugurado. Entre medias hubo varias dilaciones por diversas causas técnicas que se agudizó con la crisis financiera de 2008, que obligó a una política de austeridad institucional.

El edificio resultante está construido principalmente con hormigón armado y vidrio colado y fue concebido no solo para cumplir los obvios requerimientos académicos, sino también para convertirse en un espacio abierto a la sociedad. Para intensificar dicha finalidad, este mismo año la facultad creó su Centro de Investigación y Prácticas Artísticas (CIPA), con vistas a contribuir a la dinamización del ecosistema artístico y cultural de la isla, facilitar la transición del alumnado egresado al mundo de la creación profesionalizada y abrir la facultad a la sociedad a través de estas acciones de transferencia.

Ya desde sus inicios fue recibido con buenas críticas, y de hecho, en 2014 fue invitado a participar en la 8ª edición del Festival Internacional de Arquitectura y Urbanismo Architecture Week Prague 2014, y un años después, recibió dos prestigiosos galardones: The International Architecture Award 2015, otorgado por The Chicago Athenaeum: Museum of Architecture and Design y The European Centre for Architecture Art Design and Urban Studies; y Best of Best – Iconic Awards 2015, concedido por el Consejo de Diseño Alemán.

En esta su primera década de existencia, el edificio se ha convertido en uno de los iconos no solo de la Universidad de La Laguna, sino de Tenerife. Prueba de ello es la cantidad de rodajes de cine, publicidad y videoclips y reportajes fotográficos que ha acogido desde su apertura, dada la singularidad de sus espacios curvos y abiertos.