El desperdicio de alimentos en hospitales: un problema puesto sobre la mesa



Imagen: Freepik.es

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Un estudio realizado por tres profesoras del área de Organización de Empresas plantea un modelo de gestión circular que favorezca las prácticas sostenibles en los servicios hospitalarios.

Redacción / Irene Vega

El desperdicio y la pérdida de alimentos es un problema global con implicaciones importantes para el medio ambiente, la economía y la salud pública. Esta realidad plantea desafíos que requieren una acción urgente y coordinada, incluyendo políticas gubernamentales, inversiones en tecnología y mejores infraestructuras. Sin embargo, los hospitales, grandes generadores de desperdicio alimentario, aún carecen de un modelo claro y efectivo para reducir el impacto de este fenómeno.

Conscientes de la magnitud de este problema, las profesoras del área de Organización de Empresas María Torrejón, Sonia Medina y Marta Ortiz de Urbina han plantado un modelo de gestión basado en la cooperación, coordinación y comunicación (modelo de la triple C Circular) entre profesionales de la salud, pacientes y proveedores de alimentos. Además, este modelo, promueve un enfoque multidisciplinario y pretende favorecer la implementación de prácticas sostenibles como el compostaje o el uso de tecnologías inteligentes para la gestión de residuos. Los resultados de este trabajo han sido publicados recientemente en la revista Gaceta Sanitaria.

“El corazón de nuestra propuesta es el modelo de la triple C circular, que sugiere que la clave para reducir el desperdicio de alimentos en hospitales radica en la colaboración entre todos los actores involucrados: desde los gestores de los hospitales hasta los proveedores y, por supuesto, los pacientes”, explica Sonia Medina. Por tanto, este modelo busca generar conciencia sobre el impacto que la gestión de residuos tiene en la salud pública y en la eficiencia de los servicios hospitalarios. “Al trabajar juntos, podemos no solo reducir el desperdicio, sino también mejorar la calidad de los alimentos ofrecidos y fomentar una cultura de sostenibilidad dentro del entorno hospitalario”, añade Marta Ortiz de Urbina.

Este estudio no solo subraya el impacto ambiental y económico del desperdicio de alimentos en los hospitales, sino que también plantea soluciones viables para un cambio en la gestión de los recursos alimentarios en el ámbito sanitario. “Nuestro modelo promueve un enfoque sistémico e interconectado, donde pequeños ajustes pueden generar grandes beneficios en términos de sostenibilidad, salud pública y reducción de costos”, señala María Torrejón.

El objetivo final de este estudio, según apuntan sus autoras, es inspirar más investigaciones y colaboración entre diferentes disciplinas, políticas públicas y avances hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), contribuyendo a un futuro más saludable y respetuoso con el medio ambiente.