La resistencia antimicrobiana (AMR, Antimicrobial Resistance) —o capacidad de los microorganismos para resistir a los tratamientos antimicrobianos, especialmente los antibióticos— ha sido identificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las mayores amenazas para la salud global , para la seguridad alimentaria y para el desarrollo. El conflicto en Ucrania ha agravado la propagación de genes de resistencia a los antibióticos y ha acelerado su expansión por Europa. Esto se debe al aumento de la prescripción de estos fármacos a los pacientes hospitalizados ya la falta de políticas que limitan la administración de antibióticos al ganado destinado a la industria alimentaria.
Desde el punto de vista medioambiental, los antibióticos y los genes de resistencia que se encuentran en las deyecciones ganaderas y se utilizan para fertilizar los campos, van a parar a los sistemas acuáticos, con lo que este agua llega al consumo humano. Además, los genes de resistencia también se encuentran en las aguas residuales urbanas, que no se eliminan en las depuradoras y contaminan los ríos y sus aguas, que también pueden llegar finalmente a los hogares.
Las resistencias antimicrobianas se generan más rápidamente que la capacidad que tiene la búsqueda de producir nuevos fármacos. Por eso, es clave hacer un uso limitado y restrictivo de los antibióticos. La falta de datos sobre el AMR en Ucrania limita el seguimiento de su propagación en el país y dificulta su evaluación, por lo que es indispensable impulsar nuevas políticas, con una base y un apoyo científico, que permitan hacer frente a ese desafío.
Ante esta realidad, esta semana ha tenido lugar el inicio del “SURE-AMR”, un proyecto europeo en el que participa de forma destacada el Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), además del Hospital Universitario de Bonn (Alemania), el Instituto Superior de Sanidad de Italia y el Instituto Nacional de Medicina de Polonia. El proyecto, de tres años de duración, está financiado por el programa Horizonte Europa y trabajará para mejorar las capacidades de investigación e innovación del Instituto de Biología Molecular y Genética de Ucrania (IMBG) en el ámbito de investigación del AMR .
Este proyecto conecta con el rol que el CT BETA ha tenido en la iniciativa global Science for Ukraine, una ONG nacida espontáneamente al día siguiente del inicio de la guerra de Ucrania, en febrero de 2022. A lo largo de sus dos años de historia, Science For Ukraine ha ofrecido miles de oportunidades a científicos ucranianos para que realicen estancias de investigación en todo el mundo, ha promovido convenios entre instituciones y ha iniciado programas de movilidad para estudiantes. Para Sergio Ponsá, director del CT BETA, «SURE-AMR es un ejemplo más del compromiso que adoptamos con el ecosistema de investigación ucraniano». También recuerda que «construir un ecosistema de investigación es muy difícil, por eso es necesario preservar el de Ucrania, ya que será una pieza clave para reconstruir el país».
Un nuevo centro de referencia en Europa en este ámbito
El “SURE-AMR” es una iniciativa que quiere promover la excelencia científica en Ucrania bajo un enfoque de salud única (OHA, One Health Approach) y mejorar la reputación científica del IMBG, coordinador del proyecto. Ada Domingo, responsable del proyecto por parte del CT BETA, explica que “SURE-AMR reforzará la transferencia de conocimiento e impulsará nuevos casos de estudio, y todo ello debe servir para crear nuevos programas de formación para investigadores y personal del ‘IMBG, en muchos casos tomando el CT BETA como ejemplo”.
El instituto ucraniano contará con una nueva generación de jóvenes científicos y fortalecerá la experiencia de su personal investigador gracias a la cooperación con socios de la Unión Europea (UE) que ya tienen una sólida excelencia científica en este ámbito. Estos socios tienen una probada experiencia al generar impacto económico, y al promover la sensibilización y la integración de estas investigaciones en las políticas nacionales.
El proyecto trabajará para posicionar el IMBG en los estándares de la UE, mediante la colaboración internacional en la creación de capacidad científica. “SURE-AMR” actuará en el ámbito científico, social y económico. Desde el punto de vista científico, se prevé que ayude a ampliar la comunidad investigadora en resistencia antimicrobiana en el IMBG ya crear una comunidad más fuerte y conectada. Socialmente, se busca mejorar la salud pública y la calidad ambiental de Ucrania y la UE, a través de un enfoque de salud global que ayude a una mejor prevención y gestión del AMR. Por último, en el ámbito económico el proyecto ayudará a crear protocolos y soluciones innovadoras para el sector sanitario y ambiental, y dará fuerza a las empresas regionales para mejorar los procesos, la innovación y la creación de empleo.