El censo de pájaros acuáticos invernantes del Alt Ter 2024 registra 7.700 individuos de 72 especies diferentes

El pasado sábado, 11 de enero, se llevó a cabo el censo anual 2025 de pájaros acuáticos invernantes del Alt Ter. El censo está coordinado por Centro de Estudios de los Ríos Mediterráneos (CERM) de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC) y el Área Ambiental del Museo del Ter, y tiene la colaboración de observadores voluntarios, la mayoría de los cuales son miembros del Grupo de Estudio y Defensa de la Naturaleza del Ripollès, el Grup d’Anellament de Calldetenes-Osona i el Grup de Naturalistes d’Osona (ICHN-IEC)

En el trabajo de campo para elaborar el censo anual de 2025 se observaron muchos zampullínes, cormoranes gruesos, martinetes blancos, chivitones, chivitas y mosquiteros comunes. Entre las curiosidades, destaca la observación de dos agachadizas sordas, una especie invernante escasa, y la de un martinete de noche joven en Roda de Ter, una especie estival de la que, a veces, queda algún individuo. También se vio una nutria nadando debajo del puente Nou de Roda de Ter (por segundo año consecutivo), lo que muestra que esta especie se vuelve cada vez más común. La salida para realizar el censo de pájaros invernantes acuáticos de 2025 ha coincidido con la reciente publicación de los datos cerrados del censo correspondiente a 2024.

En el censo de pájaros acuáticos invernantes del Alt Ter de 2024 se contabilizaron un total de 7.707 pájaros de 72 especies diferentes en las comarcas de Osona, el Ripollès y una parte de la Selva (hasta el embalse del Pasteral ), entre los que destaca la presencia del cormorán grande (Phalacrocorax carbo). En el censo del pasado año se constata una recuperación del número de pájaros de esta especie en relación con los datos de los últimos años, cuando entre 2019 y 2021 la tendencia era el descenso de individuos. El fin de semana que se hizo el censo de invernantes de 2024 se contaron 300 cormoranes grandes a lo largo del recorrido, 34 de ellos en el Alt Ter. Sin embargo, entre todas las jocas (lugares donde se concentran los pájaros para dormir) de Osona se contaron 169, con lo que se sospecha que había alguna joca no identificada.

El pato de collar (Anas platyrhynchos), que en 2020 mostró un fuerte descenso poblacional y los ejemplares se redujeron prácticamente a la mitad respecto al año anterior —pasando de 1.529 a 823—, experimentó una recuperación de la especie durante los años 2022 y 2023. En 2024 se ha vuelto a observar una bajada del número de patos y, desde el CERM, “no se descarta que pueda ser debido a algún brote importante de botulismo junto al impacto directo de la falta de agua debido a la sequía acumulada desde 2022”, explica Marc Ordeix, director del CERM.

En cuanto a la garza real (Casmerodius albus), este pájaro ha vivido una expansión en toda Europa y también en nuestro país. Desde hace unos 15 años en la comarca de Osona se detecta un número relativamente pequeño de ejemplares (entre 10 y 20) y en el censo de 2024 se contaron 18 individuos. Entre los ardeidos (pájaros mayoritariamente de tamaño grande) más extendidos como invernantes, destaca la garza real (Ardea cinerea), que presenta oscilaciones interanuales de entre 60 y 90 ejemplares. En 2024 se contaron 97 aunque desde el CERM advierten que habría que controlar sus juegos para contabilizar a los individuos reales presentes en Osona. Otro ardeido presente en la Plana de Vic desde 1990 es la garcilla bueyera (Bubulcus ibis) del que durante los días del censo de 2024 sólo se conoció una única juego establecida en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Vic, donde se contaron 143 individuos.

Aunque es poco abundante en invierno en el conjunto del Alt Ter, el día en que se hizo el censo de 2024 se detectó un grupo numeroso de martinete blanco (Egretta garzetta) de 25 ejemplares en el meandro del Gelabert, en Manlleu, el mayor registro observado de la serie histórica del Alt Ter. A lo largo de los años también se constata una tendencia al alza de la presencia del mirlo de agua (Cinclus cinclus), un buen indicador de la calidad del agua. Durante el 2024 se detectaron 60 mirlos de agua, algo por debajo de las 80 del 2022. Otro pájaro muy ligado al medio acuático ya menudo asociado a una buena calidad del ecosistema fluvial es el martín pescador (Alcedo atthis), del que en 2024 se contaron 23 individuos, cifra muy similar a la de 2023 (24) y uno de los valores más elevados de la serie de datos de la que se dispone.

Por último, a pesar de no ser una especie estrictamente ligada al medio acuático, anualmente se contabilizan los petirrojos (Erithacus rubecula). «Su presencia puede variar en función de los individuos que llegan como invernantes y fluctuar en función de la intensidad del frío en las zonas de procedencia de estos pájaros», comenta Laia Jiménez, investigadora del CERM. En 2024, la llegada de petirrojos fue algo superior a la de años anteriores y se contabilizaron 351, cifra que queda algo lejos de los casi 600 ejemplares del 2021.

Una actividad anual que se realiza en el mes de enero

El censo de pájaros acuáticos invernantes en la cuenca del Alt Ter es una actividad de voluntariado que se lleva a cabo anualmente cada mes de enero desde 1989. Consiste en un recorrido matinal a orillas del río, en grupos, con el propósito de contabilizar todos los pájaros que puedan identificarse, así como otros animales, incluidos sus rastros. Paralelamente a cada recorrido, al atardecer se hacen censos específicos de las jocas de garzas reales y afines (ardeidos), cormoranes y gaviotas (láridos) presentes en los diversos sectores. Esta información se complementa con datos meteorológicos de temperatura, presencia de hielo, niebla, estado del cielo y nivel del agua en los pantanos.

La edición de 2024 se llevó a cabo el día 20 de enero y participaron un total de 48 personas que se repartieron en 12 tramos del río Ter. El informe “Cens d’ocells aquàtics hivernants de l’Alt Ter 2024” ya está disponible para su consulta.