Cuando llegan las altas temperaturas, muchas personas notan cambios en su cuerpo, como mareos, sensación de fatiga o bajadas de tensión. Por eso, es lógico preguntarse si el calor sube o baja la presión arterial, especialmente en personas mayores, que son más sensibles a los efectos del clima.
Desde nuestra residencia de ancianos, observamos con frecuencia cómo el calor del verano influye en la salud de nuestros adultos mayores. Si te preocupa este tema, te invitamos a seguir leyendo. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber para cuidar la salud cardiovascular en los días más calurosos.
¿Afecta el calor a la presión arterial?
La respuesta es afirmativa: el calor afecta la presión arterial de manera significativa. Cuando la temperatura ambiental se eleva, el cuerpo activa mecanismos para disipar el exceso de calor y mantener una temperatura interna estable. Uno de estos mecanismos es la vasodilatación, que consiste en el ensanchamiento de los vasos sanguíneos para facilitar la pérdida de calor a través de la piel [1]. Este proceso puede provocar una disminución de la presión arterial, especialmente si no se acompaña de una adecuada ingesta de líquidos.
Durante el verano, es habitual observar que con el calor baja la presión arterial, sobre todo en personas mayores, cuyo sistema de regulación térmica pierde eficacia con la edad. Por ello, en las residencias geriátricas, como las del Grupo Emera, el personal sanitario presta especial atención a estos cambios para evitar mareos, caídas o desmayos.
Valores normales de la tensión arterial
Para evaluar si una persona tiene la tensión normal, es necesario conocer los rangos aceptados como saludables. Las guías clínicas internacionales establecen los siguientes parámetros [2]:
- Presión arterial normal: por debajo de 120/80 mmHg.
- Hipotensión: presión sistólica inferior a 90 mmHg o diastólica por debajo de 60 mmHg.
- Hipertensión arterial: valores que superan de forma sostenida los 140/90 mmHg [2][3].
Es importante señalar que la presión arterial no es un valor fijo, sino que fluctúa a lo largo del día en función de la actividad física, la alimentación, el nivel de estrés o el clima. Estas variaciones son más acentuadas en personas mayores debido a los cambios fisiológicos asociados al envejecimiento, como la rigidez arterial o una menor capacidad de autorregulación del sistema cardiovascular [3].
Durante los meses de calor, es probable que la tensión descienda más de lo habitual. Aquí es donde las personas mayores corren un mayor riesgo de sufrir hipotensión, especialmente si están expuestas al calor sin una adecuada hidratación o toman ciertos medicamentos antihipertensivos [4]. Por eso, es esencial monitorizar los niveles con regularidad y actuar ante cualquier síntoma sospechoso, como mareos, debilidad o sensación de desmayo.
Cómo afecta el calor a la presión arterial
Cuando suben las temperaturas, el cuerpo activa distintos procesos que modifican la tensión arterial. A continuación, te explicamos los principales:
Cambios en la dilatación de los vasos sanguíneos
El calor activa la vasodilatación periférica. Cuando sube la temperatura ambiente, los vasos sanguíneos cercanos a la piel se dilatan, lo que permite que una mayor cantidad de sangre fluya hacia la superficie corporal. Este proceso favorece la disipación del calor hacia el exterior [1]. Al ensancharse los vasos, la resistencia vascular disminuye y, como consecuencia directa, la presión arterial disminuye.
En adultos mayores o en quienes toman medicación antihipertensiva, esta respuesta puede intensificarse, generando síntomas como mareo, fatiga o incluso desmayos si no se actúa con rapidez [5].
Pérdida de líquidos
El calor hace que sudes para mantener la temperatura del cuerpo bajo control. Sin embargo, cuando la sudoración es intensa, pierdes una cantidad considerable de agua y minerales esenciales como el sodio y el potasio, lo que favorece la deshidratación [6]. Esta pérdida de líquido reduce el volumen de sangre en circulación y, con ello, también desciende la presión arterial.
Por lo general, las personas mayores tienen una menor percepción de la sed, lo que incrementa el riesgo de deshidratarse sin darse cuenta. Para prevenir complicaciones, te recomendamos que sigas nuestros consejos para una buena hidratación en ancianos.
Mecanismos del cuerpo para regular la temperatura
Además de sudar, el cuerpo acelera el ritmo cardíaco para garantizar el riego sanguíneo. El corazón bombea más deprisa para compensar la menor presión provocada por la vasodilatación y la pérdida de volumen. No obstante, cuando el cuerpo no dispone de suficiente líquido, este esfuerzo es menos eficaz y puede agravar la sensación de fatiga.
A su vez, la sudoración continua y la exposición prolongada al calor aumentan la carga sobre el sistema cardiovascular, lo que conlleva descompensaciones en personas con enfermedades previas [7].
Por esta razón, durante los meses calurosos conviene mantenerse hidratado, evitar el ejercicio intenso en las horas de más temperatura y controlar los síntomas de alarma, especialmente en adultos mayores.
Cómo controlamos la presión arterial de los ancianos en Emera
Mantener la presión arterial bajo control en ancianos es una prioridad en nuestros centros. En Emera, aplicamos protocolos para minimizar los riesgos asociados a las altas temperaturas.
Además de cuidar la presión arterial, las siguientes acciones forman parte de nuestros consejos para un envejecimiento saludable.
Hidratación adecuada
Incentivamos la ingesta regular de líquidos (agua, zumos naturales diluidos, infusiones) a lo largo del día, incluso antes de que los mayores sientan sed. Nuestro personal ofrece líquidos frecuentemente a los residentes, sobre todo a quienes tienen dificultades para beber solos o presentan deterioro cognitivo. Evitamos las bebidas azucaradas, con cafeína o alcohólicas, ya que favorecen la deshidratación.
Evitar exposición prolongada al sol o al calor extremo
Planificamos las actividades en verano para adultos mayores durante las horas más frescas, es decir, por la mañana temprano o al atardecer. Nos aseguramos de que los residentes permanezcan en ambientes interiores frescos, bien ventilados o con aire acondicionado durante las horas de más calor. Asimismo, limitamos el tiempo de exposición directa al sol.
Uso de vestimenta ligera
Aconsejamos y facilitamos el uso de ropa holgada, de colores claros y de tejidos transpirables como el algodón o el lino. Estas prendas ayudan a la evaporación del sudor y mantienen el cuerpo más fresco.
No hacer ejercicio intenso
Adaptamos los programas de actividad física para evitar esfuerzos extenuantes durante los días calurosos. Priorizamos ejercicios suaves en interiores climatizados, modificando la intensidad y duración de las sesiones según las condiciones térmicas ambientales.
Seguir un plan nutricional equilibrado
Nuestro equipo nutricional elabora menús específicos con alimentos ligeros que facilitan la digestión. Las comidas para personas mayores en verano incluyen un mayor consumo de frutas y verduras con alto contenido de agua (como sandía, melón, pepino y tomate) que ayudan a mantener la hidratación corporal de forma natural.
Por su parte, reducimos el sodio para evitar retención de líquidos y proporcionamos suplementación electrolítica cuando es médicamente apropiada.
Ajustes en la medicación bajo supervisión médica
En Emera contamos con un equipo médico y de enfermería que se ocupa del seguimiento cercano de los residentes. En particular, prestamos especial atención a quienes padecen cardiopatías o toman fármacos que afectan la tensión o la termorregulación (diuréticos, betabloqueantes).
Si es preciso, ajustamos la medicación, siempre bajo estricta supervisión médica, para adaptarla a las condiciones de calor y prevenir episodios de hipotensión o descompensaciones.
¿Qué hacer cuando le baja la tensión a una persona mayor?
Una bajada de tensión (hipotensión) en una persona mayor requiere una actuación rápida por el riesgo de caídas y lesiones. Por ello, es vital que sepas reconocer los síntomas y actuar rápidamente.
Reconoce los síntomas de una bajada de tensión
Los principales síntomas de hipotensión son [8]:
- Mareo o aturdimiento.
- Visión borrosa.
- Debilidad o fatiga.
- Náuseas.
- Piel fría, pálida y húmeda.
- Respiración rápida y superficial.
- Confusión.
- Desmayo (síncope).
Acostar a la persona con las piernas elevadas
Si la persona está consciente, ayúdala a tumbarse inmediatamente. Eleva sus piernas por encima del nivel del corazón (unos 30 cm) con cojines u otro soporte. Esto facilita que la sangre retorne al cerebro y a los órganos vitales.
Evitar movimientos bruscos
Mantén a la persona estable y tranquila, sin permitir que se incorpore rápidamente. Evita cambios de posición súbitos, conserva el ambiente tranquilo y fresco, y háblale de forma calmada para reducir su ansiedad.
Posición de seguridad en caso de vómitos
Si aparecen náuseas o vómitos, coloca a la persona de lado en posición de seguridad lateral. Mantén las vías respiratorias despejadas, ten contenedores para vómito a mano y no administres líquidos por vía oral hasta que cesen los vómitos.
Llamada al 112 en caso de alta gravedad
Llama inmediatamente a los servicios de emergencia (112) si observas alguno de los siguientes síntomas:
- Pérdida de conocimiento o no responde a estímulos.
- Respiración dificultosa o muy superficial.
- Dolor en el pecho.
- Confusión severa.
- Los síntomas no mejoran tras 10-15 minutos de haberla tumbado con las piernas elevadas.
La hipotensión en personas mayores requiere atención médica urgente para prevenir cualquier complicación.
Como hemos visto, ante la duda de si el calor sube o baja la presión arterial, la respuesta más común es que tiende a bajarla debido a la vasodilatación y la posible deshidratación. Con medidas sencillas, como beber con frecuencia, evitar el sol directo y controlar la actividad física, puedes proteger tu salud y la de quienes te rodean.
Referencias:
[1] Fletcher, J. (2020, enero 3). What to know about vasodilation. Medical News Today. https:// medicalnewstoday.com/articles/327402
[2] American Heart Association (AHA). (2024, mayo 17). Understanding Blood Pressure Readings. https:// heart.org/en/health-topics/high-blood-pressure/understanding-blood-pressure-readings
[3] Weber, C. (). (2024, febrero 25). What Happens to Blood Pressure as We Age. Verywell Health. https:// verywellhealth.com/what-happens-to-blood-pressure-as-we-age-1763944
[4] National Institute on Aging (NIA). (2022, septiembre 2). Hot Weather Safety for Older Adults. https:// nia.nih.gov/health/safety/hot-weather-safety-older-adults
[5] Enciclopedia Médica A.D.A.M. (2023, agosto 20). Medicamentos antihipertensivos. https:// medlineplus.gov/spanish/ency/article/007484.htm
[6] Manhattan Cardiology. (s.f.). Does the Summer heat affect blood pressure? https:// manhattancardiology.com/blog/does-the-summer-heat-affect-blood-pressure/
[7] Cleveland Clinic. (2023, febrero 2). The Link Between Dehydration and Blood Pressure. Heart Health. https:// health.clevelandclinic.org/dehydration-and-blood-pressure
[8] Mayo Foundation for Medical Education and Research (MFMER). Low blood pressure (hypotension). Diseases & Conditions. https:// mayoclinic.org/diseases-conditions/low-blood-pressure/symptoms-causes/syc-20355465