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El presidente Sergio Rodríguez ha dirigido una carta a la ministra para la Transición Ecológica y Rego Demográfico, Sara Aagesen, solicitando su intervención
El Cabildo de La Palma, a través de su presidente Sergio Rodríguez y del consejero insular de Energía, Fernando González, denuncian la insostenible situación que atraviesa la isla debido a la reiterada inestabilidad del suministro eléctrico, y que ha provocado un nuevo cero energético el martes 10 de junio. Múltiples apagones, hasta un total de cuatro en las últimas semanas y el mencionado cero energético, han afectado gravemente tanto al bienestar de los ciudadanos como a la viabilidad de la economía insular, generando una profunda inquietud y exigiendo una respuesta inmediata y contundente.
En ese contexto, también se le exige a la Consejería regional de Transición Ecológica y Energía que La Palma no sea las últimas de las prioridades en las soluciones que se han buscado también para Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura.
En ese sentido, el presidente palmero ha dirigido una carta a la ministra Sara Aagesen, en la que reclama la intervención del estado en las empresas en las que participa para garantizar este servicio esencial a la ciudadanía de la Isla.
En la carta se le recuerda a la ministra que, en los últimos 20 años, La Palma ha sufrido al menos siete apagones generales, siendo los más recientes los ocurridos los días 8 y 9 de mayo de 2025. Estos apagones dejaron sin luz a más de 20.000 usuarios y paralizaron servicios esenciales, comercios, centros educativos y sanitarios. A ellos se suman incidentes similares registrados en 2009, 2013, 2018 y 2019, todos ellos con un denominador común: fallos estructurales en la red de generación y distribución eléctrica, envejecida y carente de la necesaria inversión. El de este martes dejó a más de 50.000 usuarios sin energía.
La central térmica de Los Guinchos, principal infraestructura generadora de la isla, opera con equipos que superan ampliamente su vida útil recomendada, con más de 50 años de actividad, lo que provoca fallos en cascada y desconexiones totales del sistema. A esto se suma una red de transporte y distribución deficiente, sin las debidas inversiones en redundancia o refuerzo, y una escasa penetración de energías renovables, inferior al 10%, muy alejada de los objetivos nacionales y europeos.
Esta situación ha ocasionado considerables perjuicios económicos a un tejido empresarial ya debilitado por diversas crisis, incluyendo el impacto de la erupción volcánica de 2021, la pandemia de COVID-19 y el aislamiento propio de la ultraperiferia. Los apagones han provocado interrupciones de actividad, daños en infraestructuras y equipamientos, pérdida de confianza en la inversión privada y un retroceso en sectores clave como el turismo, la agroindustria y los servicios.
Sergio Rodríguez ha subrayado que, además de comprometer la seguridad y la calidad de vida de los ciudadanos, estas interrupciones vulneran gravemente las condiciones necesarias para el desarrollo económico sostenible de la Isla y contravienen la legislación vigente, tanto española como europea, en materia de calidad, fiabilidad y sostenibilidad del suministro eléctrico.
Declaración de emergencia energética
Además, el pasado octubre, la Consejería de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias impulsó la declaración de emergencia energética en el archipiélago, dejando fuera de ese marco a La Palma.
En ese sentido, la Isla cuenta con mayores desventajas respecto a otras. Lanzarote y Fuerteventura cuentan con sistemas obsoletos como los de La Palma, pero están interconectadas, con lo cual, en caso de ser necesario, pueden tirar de ese sistema para alimentar a la otra Isla. En el caso de Gran Canaria y Tenerife, su exceso de demanda requiere una repotenciación, pero no se trata de problemas de generación.
La Gomera cuenta con equipos de generación suficientes y con una planificación para interconectarse con Tenerife, mientras que El Hierro además del uso de energías fósiles, cuenta también con sistemas de generación de energías renovables que la hacen autosuficiente.
En ese contexto, es La Palma la única que no cuenta con planes alternativos, sin sistemas de apoyo y, ni siquiera, ha sido incluida en el decreto de declaración de emergencia energética, algo que se reclama desde el Cabildo de La Palma.