El Real Consejo de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa ha donado al Museo de Bellas Artes de Sevilla un conjunto de cuatro pinturas sobre tabla, atribuido a un autor anónimo próximo al pintor Juan Sánchez de Castro, el más importante maestro sevillano del último tercio del siglo XV. Dedicadas a diferentes santos presentados por parejas, estas tablas, pintadas al temple y al óleo y datadas hacia 1480 y 1500, ya eran exhibidas en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, donde se encontraban en depósito desde 1908.
Desde su ingreso, estas pinturas han sido consideradas las más relevantes de la colección de arte medieval del museo por ser muy representativas de la producción artística sevillana de esta etapa, circunstancia a la que se suma el hecho de que la pinacoteca conserva una colección pictórica muy reducida de este periodo.
Tras el acto oficial celebrado en el Museo de Bellas Artes, encabezado por la viceconsejera de Cultura y Deporte, Macarena O’Neill, y por el presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares, Pedro de Borbón Dos Sicilias y de Orleans, duque de Calabria, este conjunto gótico ha pasado a ser titularidad del museo, que lo ha cuidado, restaurado, estudiado y exhibido a lo largo de casi 120 años.
Al acto han asistido también el secretario general de Innovación Cultural y Museos, José Ángel Vélez, la directora general de Museos y Conjuntos Culturales, Aurora Villalobos, la delegada de Turismo y Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Angie Moreno, el delegado de la Junta en Sevilla, Ricardo Sánchez y la directora de la pinacoteca sevillana, Valme Muñoz, además de varios miembros del Consejo de Órdenes Militares.
La viceconsejera de Cultura y Deporte ha agradecido esta «excepcional cesión», al tiempo que ha resaltado que «donar una obra de arte es mucho más que un acto de altruismo, ya que conlleva poner una piedra angular en la construcción de una sociedad implicada en la transmisión y conservación de su legado cultural».
Esta cesión se suma a las ocho importantes donaciones realizadas al Museo de Bellas Artes de Sevilla desde 2021, que han permitido incorporar a sus colecciones más de 210 nuevas obras. Entre ellas, las de la donación Luque Cabrera, con más de 190 originales, la de Adela Perea, compuesta por tres óleos de su abuelo, el pintor sevillano Manuel González Santos, o la reciente donación de la vista de la Alameda en el siglo XVIII, realizada por el hispanista británico John Elliott y su esposa Oonah.

A esta política de estímulo de las donaciones privadas, la Junta de Andalucía ha asociado una estrategia de adquisiciones, de modo que, desde 2019, la Consejería de Cultura y Deporte ha comprado para la pinacoteca obras por un valor superior a 1,5 millones de euros, frente a los 40.000 euros invertidos en adquisiciones en el mismo periodo por el Ministerio de Cultura. Entre ellas, destacan la adquisición de piezas de Luisa Roldán ‘La Roldana’ (‘Virgen de la Leche’, por 275.000 euros en 2020), de Alonso Cano (‘Santa María Magdalena de Pazzi’, por 165.000 euros en 2021) y de Bartolomé Esteban Murillo (‘Santa Catalina de Alejandría’, por 1,08 millones de euros en 2022).
Cuatro tablas y ocho santos
Las cuatro pinturas sobre tabla -compuestas por las representaciones de San Antonio Abad y San Cristóbal, San Jerónimo y San Antonio de Padua, Santa Catalina y San Sebastián, y San Andrés y San Juan Bautista-, fueron pintadas para la iglesia de San Benito que la Orden de Calatrava tuvo en Sevilla, construida tras la conquista de la ciudad por Fernando III y reedificada en 1393.
Formaban parte del retablo mayor de este recinto, que aún se conserva, si bien muy alterado. En el siglo XVII se llevó a cabo una reforma del edificio y se renovó su decoración. Como parte de ese proceso, se contrató la realización de un nuevo retablo mayor y se encargaron nuevas pinturas a Juan de Valdés Leal, un conjunto barroco que en la actualidad se encuentra en la capilla de la Hermandad de la Quinta Angustia, en la parroquia de la Magdalena.
Las tablas del retablo anterior quedaron guardadas en otras dependencias de San Benito hasta el siglo XIX. Posteriormente se trasladaron al antiguo convento dominico de Montesión y, finalmente, en 1908, se entregaron, como depósito, al Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Cronológicamente, las obras se sitúan en las décadas finales del siglo XV, cuando el arte pictórico sevillano se vincula con las formas del llamado gótico internacional, en el que confluyen elementos procedentes tanto de Flandes como de Italia. En ellas destaca la ausencia de San Benito, titular del templo, que puede ser explicada por la existencia de una tabla central, actualmente perdida, en la que se representaba a la Virgen acompañada de San Benito y San Bernardo.
El autor de estas tablas realiza rostros muy expresivos, de líneas redondeadas, con los ojos muy marcados y el cabello o las arrugas descritas con detalle, por lo que las figuras ofrecen una imagen melancólica. También destaca el detallado tratamiento de la vestimenta de los personajes, un procedimiento que se extiende a las solerías de cerámica, que recuerdan a las que existieron en Sevilla, que el pintor reproduce minuciosamente.
Carmen, la cigarrera
El Museo de Bellas Artes de Sevilla, que recibirá Medalla de Sevilla por su labor del fomento de las Artes y la Cultura, ha programado del 27 al 29 de mayo, en sesión doble –a las 18.00 y a las 19.30- unas charlas musicadas frente al cuadro de ‘Las Cigarreras’, de Gonzalo de Bilbao. En el transcurso de esta actividad, se destacarán las conexiones existentes entre la ópera ‘Carmen’ y el gran óleo del pintor hispalense.
Con la intervención de un pianista, un cantante y un especialista en pintura y ópera, estas charlas con música han sido organizadas conjuntamente por la pinacoteca sevillana y el Teatro de la Maestranza para conmemorar el 150º aniversario del estreno de la ópera de Bizet en París. La entrada a esta actividad es libre hasta completar aforo.