El concejal de Medio Ambiente, Alberto Castellano Barragán, ha explicado que “a través de todos los efectivos con los que contamos se lleva a cabo este plan anual para reducir el volumen y la altura de las copas de los árboles de la ciudad y pedanías, controlar su estado fitosanitario y eliminar ramas secas o en peligro de caída con el fin de evitar posibles riesgos para las personas y también la afección a viviendas, alumbrado público, semáforos u otras infraestructuras”.
Este Plan de Podas, que arrancó en el mes de noviembre, se extiende hasta febrero y se desarrolla trabajando por zonas o calles enteras para que todo el arbolado de esa zona quede podado y minimizado el riesgo. Asimismo, se procede a la tala de árboles que presentan un deficiente estado fitosanitario o que tengan un grado de inclinación tal que supongan riesgo de caída o fractura.
En concreto, las actuaciones se basan en la reducción del volumen de la copa y la reducción de la altura de los árboles; la limpieza de ramas secas, rotas o en deficiente estado; la reducción de la longitud de ramas con excesivo peso que presenten riesgo de rotura; la formación de la estructura de copa en arbolado joven; y la eliminación de ramas bajas que dificulten el paso de peatones y vehículos, o que incidan sobre edificios, tejados, farola, señales de tráfico, etc.